A veces un pequeño cambio en la manera de decir las cosas puede representar una enorme diferencia. Piensa en la palabra "pero". Agregar un "pero" al final de las intenciones que has manifestado, las cancela de inmediato. Piensa en todas las veces que te has encontrado a ti mismo diciendo cosas como “Necesitaría estar en mejor forma, pero no encuentro tiempo para hacer ejercicio”. Piensa qué sucedería si reemplazaras el “pero” por un “porque”. "Necesito estar en mejor forma porque de esa manera tendré mucha más energía". Agrega más fuerza aún usando la palabra “entonces". "Necesito estar en mejor forma porque de esa manera tendré mucha más energía. Entonces voy a reorganizar mis actividades de manera de tener tiempo de hacer ejercicio". Date cuenta cómo el uso de esas dos simples palabras, porque y entonces, pueden llevarte a modificar la perspectiva global que tienes de la situación, pasando de buscar excusas a hacer verdaderos progresos. Las palabras que elijas usar al hablarte a ti mismo o a los demás, pueden marcar una enorme diferencia. Busca maneras de hacer que tu lenguaje sea más consistentemente positivo, y tu actitud lo seguirá. Tendrá un efecto positivo en tus acciones y, en última instancia, en la calidad de los resultados que consigas.
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