|  CANCIÓN DE LA ESPERA Espero tu sonrisa y espero tu 
fragancia por encima de todo, del 
tiempo y la distancia.
 Yo no sé 
desde donde, hacia donde, ni cuando
 regresarás... sé solo que te estaré 
esperando.
 En lo alto del bosque y 
en lo hondo del lago,
 en el minuto 
alegre y en el minuto aciago,
 en la 
función pagana y en el sagrado rito,
 en el limpio silencio y en el áspero 
grito.
 Allí donde es más fuerte la 
voz de la cascada,
 allí donde está 
todo y allí donde no hay nada,
 en 
la pluma del ala y en el sol del ocaso,
 yo esperaré el sonido rítmico de tu 
paso.
 Comprendo que de mí ya se ría 
la gente
 al ver como te espero 
desesperadamente.
 Cuando todos los 
astros se apaguen en el cielo,
 cuando todos los pájaros paralicen el 
vuelo
 cansados de esperarte, ese día lejano
 yo te estaré esperando 
todavía.
 No importa:
 aunque me 
digan todos qué desvarío,
 yo te 
espero en las ondas musicales del río,
 en la nube que llega blanca de su 
trayecto,
 en el camino angosto y en 
el camino recto.
 Niño, joven o 
anciano, sonriendo o llorando,
 en 
el alba o la tarde, yo te estaré esperando,
 y si me convenciera que ese ansiado 
día
 no habría de llegar nunca, 
también te esperaría.
 JOSE ANGEL 
BUESA
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