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El personaje Disfrazas tus anhelos profundos en
hazañas novelescas de sangre derramada. Se mantiene entera la
posibilidad íntima de encarnar personajes, de esos bohemios relatos
creados por tu mente. Tienes la exclusiva en esas prácticas caprichosas
de amar lo imposible. Miras el tiempo con ojos perdidos, desentramando
las historias fugaces, logrando conocer lo profundo de esos juveniles
años que juegan a ser y poder, mientras tú te desvaneces en una realidad
inadecuada para tus ganas de partir. Hay cuestiones sombrías que se
ahogan en tus lagrimales, pensamientos forasteros que golpean las
puertas de tu pecho buscando refugio, y luego se fugan con la mirada en el
horizonte, sabiendo que fueron echadas por no tener autorización
para naufragar en tus praderas exquisitas. Se prepara el personaje
inmoral para dar el salto cuando el telón se abra sabiendo que luego
deberá soportar la inquisición del público sombrío y exigente, que nada
sabe de la profundidad del ser. Shaky Laden
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