Si la oración hace en la mañana:
Nos ponemos en tu presencia, Dios bondadoso y Padre Nuestro. Te agradecemos que nos hayas dejado empezar el presente día, pues despertamos, una vez más, al conocimiento de nuestra propia existencia… que tu amor nos concede y sostiene. El saber que existimos es el don más grande de tu bondad. ¿De qué nos serviría existir, ante tu presencia, si no estuviéramos conscientes de ello? Además, nuestra vida está profundamente unida a la tuya, por el gran amor del cual nos has hecho participar… de tu amor no podemos dudar. Es el nuestro hacia ti… el que falla con mucha frecuencia. Nos disponemos, ante la grandeza de tu majestad, a los 5 minutos de oración. Te pedimos que des fuerza a la debilidad de nuestra mente y enciendas el fuego de tu amor en nuestros corazones. Padre Nuestro…
Si la oración se hace en la tarde:
Estamos reunidos, Señor, para reconocer tu amor que nos sostiene en el don de la vida… y para reconocer tu bondad que nos colma de beneficios. En las horas que ya pasaron y disfrutamos, tuvimos la oportunidad de hacer sentir tu amor y tu bondad, a través de nuestra propia bondad, en todos aquellos que nos rodean, familiares y amigos y en nuestro mundo tan necesitado de ti y de tu amor. Este día fue un paso más hacia tu eternidad, a la que nos llamaste desde el día en que nos diste la existencia. Si lo aprovechamos, hemos guardado un tesoro. Si lo desperdiciamos… tenemos que redoblar nuestro amor en tu servicio. Que durante estos 5 minutos de oración podamos olvidarnos de los intereses humanos, para estar atentos a tu amor y a tu Palabra. Guía nuestros corazones por el camino de tu voluntad. Padre Nuestro.
Lecturas para este día: Hechos 15: 1-6. Juan 15: 1-8.
¨Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva. Si una de mis ramas no da uvas, la poda y la limpia para que dé más. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he dicho, sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de si misma si no está unida a la vid; de igual manera, no permanecen unidos a mí¨.
Juan 15: 1-4.
Las uvas en este semil o comparación con la que Jesús se expresa, son obras ¨justas¨ o ¨santas¨ del hombre que vive la dimensión del amor de Dios en su vida terrena. Ese amor de Dios está manifestando en Jesús que se nos dio para que aceptándolo y aceptando sus enseñanzas, seamos dignos de fructificar ante el Padre. Ustedes están limpios por las palabras que les he dicho. Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes.
Es de notarse, como Jesús, en estas palabras señala un intercambio vital entre nuestra vida y la suya, cuando expresa su unión con nosotros comparándola a la unión que un sarmiento tiene con el tronco o cepa. La rama o sarmiento, no tiene vida en sí misma. La sabia vital la toma, o ¨chupa¨, del tronco y las raíces. Si la rama es separada de la cepa, se seca y se malogra el fruto. Pero si la podan o limpian debidamente, los frutos serán abundantes y mejores.
Podemos permanecer unidos a Jesús por la fe y el amor… y eso depende de nosotros mismos a quienes se nos ha invitado: Sigan unidos a mí. Si lo hacemos, el mismo Padre cuidará de esa unión, para que junto con Jesús demos frutos abundantes de vida eterna. Si no lo hacemos… daremos frutos de condenación en la vida eterna.
Del Salmo 95: Cantemos la grandeza del Señor. Aleluya.
Reflexión y comentarios..
Oración final del día 25 al 30 de abril
San Pablo recomienda a los jóvenes someterse a la autoridad de los mayores, con humildad, porque es lo que agrada del Señor: SEÑOR, SOSTEN LA VIRTUD DE NUESTROS JOVENES.
Vivimos una época en que los jóvenes se rebelan a los buenos consejos de los mayores, porque desde niños les faltó el amor en su corazón hacia Dios. SEÑOR, SOSTEN LA VIRTUD DE NUESTROS JOVENES.
Padre, concédenos creer en las enseñanzas de Jesús, tu Hijo, para alcanzar la vida eterna. SEÑOR, SOSTEN LA VIRTUD DE NUESTROS JOVENES.
Que no nos apartemos de la luz de tu verdad, para no vivir en las tinieblas del error y la maldad. SEÑOR, SOSTEN LA VIRTUD DE NUESTROS JOVENES.
Tu bondadosa providencia, Jesús, dio a comer a una multitud en un lugar apartado; que no nos falte a nosotros la bondad de tu misericordia. SEÑOR, SOSTEN LA VIRTUD DE NUESTROS JOVENES.
Que la multiplicación de los cinco panes para saciar a la multitud, nos recuerde el Pan de tu Cuerpo, que es nuestro alimento para alcanzar la vida eterna. SEÑOR, SOSTEN LA VIRTUD DE NUESTROS JOVENES.
Los apóstoles eligieron de entre los primeros creyentes, ayudantes que prestaran los servicios de caridad, para dedicarse ellos a la evangelización. Que nuestros corazones estén dispuestos a servir siempre dentro de nuestras comunidades. SEÑOR, SOSTEN LA VIRTUD DE NUESTROS JOVENES.
Se pueden agregar otras peticiones…
OREMOS: Padre misericordioso, te pedimos que nuestro ser y nuestro nombre de cristianos, en verdad lo sea, estando dispuestos a cumplir tus deseos y tu voluntad, en servicio de nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.