Parte 73
Estas reflexiones no pretenden ser la llave que abra la puerta del conocimiento espiritual de Dios, sino más bien es una invitación para que cada persona que se dice cristiano o creyente de Jesús, se interese por conocer más de Dios a través de la lectura, estudio reflexión y meditación de la Palabra de Jesús, y se decida a utilizar de manera adecuada la llave que le abrirá de par en par la Puerta del Reino de Dios en abundancia en este mundo, y de la vida eterna en el mundo venidero.
Todo esto nos debe de llevar a entender las palabras que Jesús había dirigido antes al pueblo judío:
"Para que ustedes honren al Hijo como honran al Padre, el que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Juan. 5: 23
Si ponemos la debida atención acerca de lo que quieren decir estas palabras que Jesús dirige a los judíos, y si después lo comparamos con nuestra condición humana, nos daremos cuenta, de que si nosotros, como padres naturales, nombramos a nuestro hijo como único representante nuestro, lo estamos cubriendo con el mismo poder y la misma autoridad e investidura para que tome el control de todo en nuestra empresa, y si así lo declaramos deberá ser reconocido, y todo aquel que no quisiera reconocer ese poder y esa investidura con que cubrimos a nuestro hijo y se negara a aceptarlo, nos ataría a no escucharlos directamente ni a concederles nada de lo que nos pidan, porque tendremos que ser congruentes con la encomienda dada a nuestro hijo, así que, aunque nos entristeciera o preocupara no poder hacer nada, deberemos voltear al otro lado y respetar esa autoridad con que cubrimos a nuestro hijo para que sea cumplida fielmente la encomienda a la que se le envió. Y si nosotros, como simples seres humanos queremos que se respete esa decisión nuestra, intuyamos por un momento cuál será el deseo del Padre Celestial para con su Hijo después de que Cristo confirmó la decisión del Padre con todos los milagros y prodigios que realizó y que seguirá realizando hasta el fin de los tiempos.
Por eso su Palabra dice:
"Y lo que ustedes pidan en mi Nombre lo haré Yo, para que El Padre sea glorificado en su Hijo. Y también si me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré."
Juan. 14: 13-14
Esta Palabra confirma lo anterior, en el que Jesús manifiesta una vez mas que él tiene el Poder y la Autoridad que Dios mismo le confirió, lo cual deberemos de respetar y de obedecer con fidelidad si lo que queremos es que el Padre, y por supuesto el Hijo, escuchen nuestras peticiones para que nos sean dadas. ¿Estará usted de acuerdo con eso?
Para reafirmarlo Jesús nos dice:
“Al que me reconozca delante de los hombres, Yo lo reconoceré delante de mi Padre que está en los cielos. Y al que me niegue delante de los hombres, Yo lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos”
Mateo. 10:32-33