El Espíritu Santo mencionado en la presente edición, ha sido conceptuado y especificado conforme a la creencia del cristianismo unitario, y descrito de distintas maneras, en cuanto al poder que el Omnipotente ha conferido a sus servidores.

Espíritu Santo, concepto             

Es un carácter sagrado para referirse al propio poder que emana del Padre Creador, como portentosa energía que desde el principio de la fundación del mundo y en el devenir de los tiempos, lo ha relacionado primeramente con Adán y Eva, luego con Melquisedec, Abraham, Isaac y su  descendencia Israel, y más comúnmente con los gentiles.

Espíritu Santo en el Cristianismo Unitario

En el cristianismo unitario se denota la creencia acerca del Espíritu Santo, conforme a la manera de interpretar las sagradas escrituras, acerca del poder que emana de Dios y lo derrama sobre sus siervos y siervas, para el otorgamiento de muchos dones espirituales.

Espíritu Santo, en cuanto al Poder conferido por el Todopoderoso a sus servidores.

En distintos relatos del Antiguo Pacto y del Nuevo Testamento se hallan ciertas características del Espíritu Santo, en cuanto al poder que en el devenir de los tiempos el Omnipotente ha conferido a sus servidores, conforme a las siguientes especificaciones:

1) Durante la creación:

En el libro "Génesis" del Antiguo Testamento, se cuenta como el Todopoderoso, mediante su palabra que acompañó con el poder de su Santo Espíritu, pudo lograr crear todas las cosas existentes en el universo, tal y como en resumen a continuación se menciona:

“La tierra se encontraba totalmente cubierta por las aguas, desordenada, vacía y no recibía luz de lumbrera alguna; y fue entonces cuando nuestro Padre Creador tomó la determinación de transformarla, que al pasearse su espíritu sobre las aguas y a pronunciar su poderosa palabra, se comenzó a realizar el proceso de creación: descubriendo primero lo seco; creando la luz; haciendo germinar la vegetación; creando a los animales; y a los primeros seres humanos (Gn. 1: 2-27).”

2) Vida dada al primer ser humano (Adán) mediante el soplo de Dios:

Entonces el Omnipotente formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente (Gn. 2:7; y 1ª de Co. 15:45).

3) Inspiración del Espíritu de Dios en los antiguos profetas, que les permitía revelar el futuro:

De la Primera y Segunda Carta del Apóstol Pedro, se puede inferir que con el fin de revelar se irían originando acontecimientos en el transcurso del tiempo, el Espíritu de Cristo (Espíritu Santo) estaba en los profetas o santos hombres inspirando toda la escritura; y por tanto esta ya no es de interpretación privada, porque nunca fue traída por voluntad humana (1ª de P. 1:11; y 2ª de P. 1:20-21). Esto concuerda con lo dicho en la Segunda Epístola a Timoteo y en la Primera Epístola enviada a los Corintios por el Apóstol Pablo, puesto que  lo revelado y hablado no son de sabiduría humana, sino que inspirado proviene del Espíritu de Dios (2ª Ti. 3:16; y 1ª de Co. 2:10-14).

4) Fuerza descomunal conferida a Sansón en detrimento de los filisteos

Fuerza esta que consistía en las manifestaciones hechas por el Espíritu del Padre Eterno en Sansón, con un poder sobrenatural que le permitió despedazar un enorme león, romper gruesas cuerdas con las que atado lo tenían, matar a muchos filisteos y derribar grandes y pesadas columnas de una casa (Jueces Cáp. 13, 14, 15 y 16).

5) Dones espirituales otorgados a los discípulos de Cristo por el Altísimo, para la realización de cosas que a los hombres les eran imposible:

Los dones espirituales son otorgados por el Altísimo a los discípulos de Cristo para tener fe, profecía, visiones, revelaciones durante los sueños, palabra de sabiduría, palabra de ciencia, discernimiento de espíritu y la posibilidad de hacer milagros, hacer sanidades, hablar en diversos géneros de lenguas sin que nunca las hayan aprendido y la facultad de poder interpretarlas (Joel 2:27-29; Juan 1-33; Hechos 1:4-8; 2:1-4; y 1ª de Corintio, Cáp. 12).