Cristo resucitó y de verdad los dioses paganos no:

·      Predicción acerca del padecimiento y resurrección de Cristo:

Tanto en las Escrituras Sagradas Antiguas como en el Nuevo Testamento, está escrito que la carne del Santo no vería corrupción, pues, era necesario de que habiendo padecido primero cual Cordero sacrificado, resucitase al tercer día de los muertos (Slm. 16:10; 22:17-18; Hch. 13:35; Éx. 12:6; y Lc. 24:44-47). Cual luego en su siguiente venida como los discípulos lo vieron ir al cielo, resucitar a todos aquellos que en él han fallecido (Hch. 1:9-11; y 1 Ts. 4:13-18).

·     La resurrección de Cristo:

La resurrección de Cristo al tercer día de su muerte, ha sido insuperable para muchísimos que llamándose o le dicen dioses, no han podido por sus propias voluntades levantarse de entre los muertos; y de algunos de estos solamente se ha creado un mito que no tiene sustento en escrituras sagradas antiguas de que nacerían y que luego de morir se levantarían de entre los muertos. A diferencia del Divino Maestro, de quien ya se había escrito antes de nacer, morir y resucitar. Por esto se trae a colación, algunos relatos bíblicos y extrabíblico acerca de la resurrección de Cristo y comentarios de deidades paganas:

1)   Resurrección de Cristo de acuerdo al Evangelio de Mateo:

Al otro día, el siguiente a la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato y le dijeron: ‘Señor, recordamos que ese impostor dijo cuando aún vivía: ‘A los tres días resucitaré’. Manda, pues, que quede asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, lo roben y digan luego al pueblo: ‘Resucitó de entre los muertos’, y la última impostura sea peor que la primera’. Pilato les dijo: ‘Tenéis una guardia. Id, aseguradlo como sabéis.’ Ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia (Mt 27, 62-66). Pero a pesar de estas adversidades, Jesucristo al tercer día se levantó de entre los muertos como lo había dicho, y sin embargo que de esto fueron testigos los soldados que a petición de los enemigos del Señor, Pilatos hizo custodiar la tumba, los principales sacerdotes al enterarse de lo sucedido por algunos de ellos y previo habido consejo con los ancianos, de darles mucho dinero para que dijeran que fueron sus discípulos que se robaron el cuerpo de Cristo cuando yacían dormidos, así se pusieron de acuerdo, en el entendido de que para ponerlos a salvo, persuadirían a Pilato (Mt. 28:1-4, 11-15) No obstante a esto cabe decir, que sólo a los tontos convencieron los soldados, sobornados por los sumos sacerdotes, diciendo que mientras dormían, vinieron los discípulos y se lo llevaron, porque cualquier analítico no incauto, podía replicarles: Si dormíais, ¿cómo pudisteis verles venir, abrir el sepulcro y llevarse el cuerpo?

2)    Antiquities, Libro 18, capítulo 5, párrafo 2.

   Ahora, fue alrededor de este tiempo que Iesvs, un hombre sabio, si es correcto llamarle hombre, ya que fue el ejecutor de maravillosas obras, un maestro de aquellos hombres que reciben la verdad con placer. El atrajo tanto a muchos de los judíos como a muchos de los gentiles. Él era [el] Cristo. Y cuando Pilatos, a sugerencia de los principales hombres entre nosotros, lo condenó a la cruz, aquellos que le amaron desde el principio no lo abandonaron; porque él se les apareció vivo de nuevo al tercer día; como los divinos profetas habían predicho estas y diez mil otras cosas maravillosas concernientes a él. Y la tribu de los cristianos, así llamadas debido a él, no se han extinguido hasta hoy.

En observancia a esos dos relatos, es sorprendente de cómo se cumplió lo que Cristo había predicho, y de cómo toda una farsa en su contra, para que se creyese que no se había levantado de entre los muertos y que fueron los discípulos los culpables de robarse el cuerpo de su Divino Maestro; y por el otro lado, es el testimonio de Flavio Josefo, el historiador Judío, que entre otras cosas afirma en su obra “Antigüedades judías” la resurrección de Jesucristo. Todo esto que fue notorio en aquellos tiempos antiguos de la Roma imperial cuando primero el emperador era Tiberio Julio César, nacido con el nombre de Tiberio Claudio Nerón, y luego de siete cesares más, fue Vespasiano, pone entre dicho a las deidades paganas, de quienes comentó el Apóstol Pablo en su carta a los Corintios, que aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra [como hay muchos dioses y muchos señores], para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. Pero no en todos hay este conocimiento, porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia siendo débil, se contamina (1 Co. 8:5-7). Aquí el apóstol en mención, habla de un Dios y de un Señor para nosotros, en función de confrontar a quienes no tienen este conocimiento por su variedad de deidades y por sus varios señores, ya sea en el cielo o en la tierra, que catalogándolos de ídolos, dice que ellos de conciencia débil que comen lo que se les sacrifica, se contaminan.

1 de Corintios 8:5-7 es para algunos dualistas y trinitarios, un texto con el que dicen justificar que Dios y el Señor son dos seres distintos; pero el Apóstol Pablo quien sabía perfectamente que Dios fue manifestado en carne y esta es devenida de los israelitas, y por esto Jesucristo en su Espíritu es Dios sobre todas las cosas, con eso no estaba afirmando que fuesen dos individuos, antes bien, hay que discernir lo que él le escribió a los efesios acerca de un cuerpo y un Espíritu en la unidad, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio (Ro. 9:5; 1 Tmt. 3:15-16; y Ef. 4:4-12). En cuya Carne somos un cuerpo en unidad con el Espíritu Divino; y esto pues, que a similar circunstancia de Génesis 2:7, es lo que debemos tener a cuenta para determinar que es un solo ser, siendo el Espíritu Divino provisto de un cuerpo humano, quien es para nosotros un Dios y un Señor, no dos ni tres; y con el cual somos Herederos y coherederos de todas las cosas que fueron creadas para él (Ro. 8:17; y Col. 1:16-17). Adán fue el primer hombre, a quien se le constituyó en señor para que señorease sobre las obras de entre todas las cosas que proceden de Dios, y mediante Adán es el resto de la humanidad, de donde todos nosotros venimos (Gn. 1:28; Slm. 8:4-6; Hb. 2:5-18; y 1 Co. 8:6); y que dada su caída, vino el segundo Adán, que no solo es hombre nuestro Señor, sino que por ser Dios, es el Espíritu de vida o Espíritu vivificante, quien le quitó el velo a quienes a él nos hemos convertido, a diferencia de los que el conocimiento se le embotó, porque todavía no le ha sido quitado, hasta que se conviertan a Jesucristo, que en su humanidad es el Hijo, pero en su Deidad es el Dios Verdadero, por quien Juan insta a cuidarse de los ídolos (Gn. 3:1-20; 1 Co. 15:45-49; 1 2 Co. 3:13-18; 4:1-6; y 1 Jn. 5:20-21

3)   Diversidad de supuestos dioses que después de morir no han resucitado de verdad ni ascendido a los cielos:

De una diversidad de supuestos dioses que para mencionar algunos, y de quienes se sabe que después de morir no han regresado en realidad de la muerte y tampoco han ascendido a los cielos, son: Horus; Mithra; Buda; Attis, Zoroastro; Dionisio; y Krishna entre otros. En torno a cada una de estas deidades se ha tejido una leyenda parecida a IESUE de Nazaret, que no tiene fundamento escritural antes de haber nacido, y que cada cual para que se cumpliera la promesa de ser benditas todas las naciones de la tierra, no desciende de Abrahán y de ninguna de su descendencia. Acerca de esas deidades paganas, a continuación de cada una se hace un breve comentario:

1)   Egipto 3000 a.C, Horus: Nacido el 25 de diciembre de una virgen en un pesebre, nacimiento anunciado por una estrella, adorado por tres sabios, bautizado a los 30 años en el río Jordán, caminó sobre las aguas, resucitó a Osiris, tuvo 12 discípulos, lo crucificaron entre los ladrones y resucitó a los 3 días.

2)   Persia, 1200 a.C. Mithar: Nació de una virgen el 25 de diciembre, hizo milagros, tuvo 12 discípulos, descendió del cielo para salvar a los hombres de sus pecados, fue llamado: “Redentor”, “Cordero de Dios” y “Salvador”, resucitó a los 3 días de morir y se le adora en domingo.

 3)  Nepal, 560 a.C. Buda: Nacido de una virgen el 25 de diciembre, nacimiento anunciado por una estrella, bautizado a los 30 años, curó ciegos y enfermos, alimentó a 500 personas con una canasta de panes, caminó sobre las aguas, resucitó tras morir para subir al cielo.

4)   Grecia, 1200 a.C. Attis: Nacido de una virgen el 25 de diciembre, bautizaba a sus fieles para “limpiar pecados”, sus seguidores comían pan que representaba su cuerpo, murió crucificado, resucitó a los tres días.

5)   Asia Menor, 800 a.C. Zoroastro: Nacido de una virgen, bautizado en un río, comenzó a predicar a los 30 años, fue tentado por los demonios en el desierto, devolvió la vista a un ciego, la resurrección del alma y la salvación, se le adora celebrando una eucanstia “comiendo su cuerpo”.

6)   Grecia, 800 a.C. Dionisio: Nacido de una virgen mortal fecundada por un dios, el 25 de diciembre en un pesebre, estando montado en un burro hizo una procesión triunfal, transformó el agua en vino, dio de comer a sus seguidores “el cuerpo de Dios”, hizo milagros, resucitó tras su muerte.

7)   India, 3200 a.C. Krisha: Nacido de una virgen, nacimiento anunciado por una estrella, resucitó muertos, curó leprosos y ciegos, resucitó a los 3 días de ser asesinado.

Sobre cada una de esas deidades, no hay aún de sus historias, ningún testimonio de que los hayan visto con vida luego de supuestamente resucitar, ni tampoco de maravillas o prodigios que se le hayan atribuido después de sus muertes y presuntas resurrecciones.