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General: Puede el Hombre Ser Salvo Sin la Expiación de Jesús?
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Resposta  Mensagem 1 de 4 no assunto 
De: Damarit Espinoza  (Mensagem original) Enviado: 05/04/2022 21:10

Puede el Hombre Ser Salvo Sin la Expiación de Jesús?

Cada día está más de moda decir que el hombre puede salvarse sin necesidad del sacrificio de Jesús en la cruz. Este es, quizá, el mensaje más ecuménico y el más aclamado por los defensores del movimiento de la Nueva Era. Uno de los últimos grandes dignatarios religiosos que se sumó a esta idea fue el fallecido Juan Pablo II cuando dijo que los judíos pueden salvarse sin necesidad de creer en Jesús.

No obstante, para todos los que somos cristianos esto no es más que una falacia insostenible Bíblicamente. Si como cristianos, y si creemos que la Biblia es el fundamento para nuestra fe y creencias, entonces tendremos que averiguar si la Biblia ofrece alguna posibilidad de salvación para todos aquellos hombres que no creen ni quieren creer en Jesús.

El mensaje del evangelio se resume en tres “R”: Ruina, Redención, y Regeneración. La primera “R” le pertenece al hombre por su libre elección. Las otras dos “R” le pertenecen a Jesús.

 

RUINA

En hombre por su propia elección cayó en la ruina del pecado:

“Estabais muertos en vuestros delitos y pecados”. (Efesios 2:1) Es un completo error pensar que hay algo bueno en nosotros mismos. Esa es la premisa de la que parten las filosofías orientales y que los lleva a pensar que tenemos que buscar dentro de nosotros para solucionar nuestros problemas. En cambio, Jesús mismo cuando le calificaron como buena persona dijo: “Ninguno hay bueno sino uno: Dios.” (Mateo 19:17)

 

REDENCION

¿Quién toma la iniciativa en la redención?

La redención es el acto voluntario por el que Dios mismo tomó la iniciativa de salvar a la humanidad sin necesidad de ayuda o mérito alguno por parte del hombre. Es lo que se conoce como justificación.

A diferencia de las culturas paganas donde los hombres presentaban sacrificios animales o humanos a un Dios enfadado para aplacar su ira, en el evangelio es Dios mismo el que se ofrece sin necesidad de que el hombre ofrezca nada. No es un Dios enfadado, es un Dios misericordioso que toma la iniciativa. En el libro de Juan encontramos la mayor evidencia de esta idea cuando Jesús mismo, en tres ocasiones, hace referencia a que el mismo es el que voluntariamente ofrece su vida:

“El buen pastor da su vida por sus ovejas.”

Juan 10:11

“Yo pongo mi vida por las ovejas.”

Juan 10:15

“Yo pongo mi vida.”

Juan 10:17

En otro libro la Biblia lo explica de esta forma: “(Jesús) se presentó una vez para siempre por el sacrificio de si mismopara quitar de en medio el pecado”. (Hebreos 9:26)

Jesús lo tenía muy claro cuando dijo: “He venido…a salvar al mundo.” (Juan 12:47) Y el apóstol Pablo lo entendió también al escribir: “Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores”. (1ª Timoteo 1:15)

¿Podemos ser salvos por medio de algún otro?

La Biblia no sólo dice que Jesús vino a salvar al mundo, sino que además dice que El es el único que puede hacer esa obra. Según la Biblia:

“La redención es en Cristo Jesús.” (Romanos 3:24) “En ningún otro hay salvación.” (Hechos 4:12)

Si Jesús no hubiera hecho ese sacrificio ninguno podría ser salvo, y nadie excepto El lo hizo, así que nadie excepto El puede salvarnos. Jesús no fue un líder espiritual más. Jesús no es comparable a Mahoma, Buda, Confucio o Krishna. Jesús es el hijo de Dios, y Jesús es el único en el que hay salvación.

 




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Resposta  Mensagem 2 de 4 no assunto 
De: Damarit Espinoza Enviado: 05/04/2022 21:15

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REGENERACION

¿Qué más vino a hacer Jesús a la tierra?

Pero Jesús no sólo vino a hacer una obra fuera del hombre. Jesús también quiere hacer una obra dentro del hombre.  La obra de Dios no se limita a la redención, Dios quiere llegar a lo profundo del corazón del hombre y resolver su problema de corrupción. Esa corrupción es la enfermedad que en lenguaje bíblico conocemos como pecado. El pecado no es una materia etérea que circula en nuestra atmósfera, el pecado es algo que circula por nuestras venas junto con la sangre. El pecado es algo tan real como que nacemos con él. (Salmo 51:5) Nos impulsa y nos domina de tal forma que estamos bajo su absoluto control. Encontramos un buen ejemplo en la Biblia cuando dice: “Ningún hombre puede domar la lengua.” (Santiago 3:8) Y lo peor que no podemos hacer nada por nosotros mismos para deshacernos del pecado.

No obstante, a pesar de que el pecado es una animal que no podemos dominar, Dios si que lo puede hacer si nosotros le pedimos que lo haga. La promesa que le dio el ángel que se le apareció a José con respecto a Jesús fue: “El salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mateo 1:21) El apóstol Juan haciendo referencia a Jesús dijo: “El apareció para quitar nuestros pecados.” (1ª Juan 3:5)

Así que Jesús no sólo vino a redimirnos, sino que vino a tomar control de nuestras vidas a través del Espíritu Santo. Esta es la obra de la santificación.

 

¿Cuál es la clave para que el pecado no domine nuestra vida?

  • “Fuisteis rescatados de vuestra manera de vivir (…) con la sangre preciosa de Cristo (…) ya destinado desde antes de la fundación del mundo.” (1ª Pedro 1:18-20)
  • “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.” (1ª Juan 1:7)
  • Jesús puede “limpiarnos de toda maldad.” (1ª Juan 1:9)
  • “…la sangre de Cristo…limpiará vuestras conciencias.” (Hebreos 9:14)
  • “Somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.”(Hebreos 10:10)
  • “Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.” (Hebreos 13:12)
 

¡Así que la muerte de Jesús es esencial para nuestra santificación! Y cuando esa santificación sea una realidad en nuestra vida dice Pablo: “El pecado no os dominará.” (Romanos 6:14) Cuando hayamos sido transformados por Dios su poder en nosotros será mayor que el del mundo: “Todo lo que es nacido de Dios vence el mundo.” (1ª Juan 5:4) Ya no viviremos dominados por la enfermedad del pecado.

 

¿Quiénes serán los únicos que Dios se lleve al cielo?

“Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.” (Apocalipsis 7:14) Nuestro carácter (ropas) sólo puede emblanquecerse por el poder que ofrece la sangre de Jesucristo. Si ella no hay posibilidad de salvación. Los cristianos sólo obtendrán la victoria final por medio del poder espiritual de la sangre de Jesucristo. Así lo dice la Biblia en su último libro:

“Y ellos (los salvos) han vencido por medio de la sangre del Cordero…”

Apocalipsis 12:11

Si alguien piensa que no hacía falta que Jesús muriera en la cruz para poder ser salvos está diciendo que la Biblia miente. Si alguien cree que la Biblia miente, está haciendo a Dios mentiroso. Si alguien piensa que no nos hace falta la muerte de Jesús para ser salvos está ignorando y rechazando el sacrificio de Jesús en la cruz que fue necesario no sólo para nuestra redención, sino también para nuestra regeneración


Resposta  Mensagem 3 de 4 no assunto 
De: Damarit Espinoza Enviado: 05/04/2022 21:22




JESUS-ARREPENTIMIENTO-PERDÓN

Siendo que Dios es justo y el hombre pecador, era necesario hacer justicia con él para resolver el problema del pecado. Como “la paga del pecado es muerte” (Rom.6:23) el hombre había quedado bajo la condenación de su propio pecado. La maldición y la muerte podían haber recaído sobre Adán y Eva cuando pecaron y Dios habría sido justo si lo hubiera hecho. Pero prefirió “pasar por alto los pecados de los hombres” (Rom.3:25) y aplicar su justicia y sentencia de juicio sobre Jesucristo en la cruz.

Cristo cargó con la condenación del pecado y soportó la justicia de Dios cuando bebió la copa de la ira. Ese fue el mayor dolor que sufrió en la cruz. No fue la expectativa del martirio lo que le hizo agonizar en el Getsemaní, fue la copa lo que llevó a decir: “Si puede ser, pase de mí esta copa.” Mt.26:39)

Jesús padeció por nuestros pecados para nosotros pudiéramos ser librados de la destrucción. El que era justo sufrió por nosotros injustos. (1ªPed.3:18) De esa forma, demostró su justicia. (Rom.3:25) y a la vez mostró que es amor. (1ªJn.4:8,16)

Solamente de esa forma era posible que Dios fuera justo y que, a la vez, el hombre pudiera ser salvado de la eterna condenación. Por medio de la cruz el hombre es declarado justo y ya no está bajo la condenación de su pecado. “Justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de Jesucristo.” (Rom.5:1)

Como Jesús nos ama, además de haber entregado su vida por nosotros, nos da el don del arrepentimiento y del perdón.

Arrepentimiento

Cuando el hombre conoce lo que Dios y su Hijo hicieron por la humanidad y no se resiste a la acción del Espíritu Santo, debe ser “contristado para arrepentimiento.” (2ªCor.7:9) Esa “tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación.” (2ªCor.7:10)

No es el hombre el que por sí mismo puede arrepentirse sino que “su bondad te guía al arrepentimiento.” (Rom.2:4) “No nos arrepentimos para que Dios nos ame, sino que él nos revela su amor para que nos arrepintamos.” (PVGM 147.4) “Ni siquiera podemos arrepentirnos sin la ayuda del Espíritu de Dios, (…) El arrepentimiento proviene de Cristo tan ciertamente como el perdón.” (DTG, 147)

Por eso es que “Dios manda a todos los hombres, en todo lugar que se arrepientan porque ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia.” (Hech.17:30,31)

El Señor es paciente con nosotros porque no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se arrepientan. (2ªPed.3:9) Porque sabe que si no nos arrepentimos, todos pereceremos.

Perdón

Es el conocimiento de lo que se me ha perdonado lo que me motiva a amar a Dios. Si alguien acepta el evangelio sin que se le haya mostrado la ley y su pecado, nunca podrá sentir dolor por su pecado, recibir el don del arrepentimiento y entender el perdón de Dios plenamente.

“Es verdad que el arrepentimiento precede al perdón de los pecados; porque es únicamente el corazón quebrantado y contrito el que siente la necesidad de un Salvador.” (CC, 26)


Resposta  Mensagem 4 de 4 no assunto 
De: Damarit Espinoza Enviado: 16/04/2022 00:07



Estos versículos señalan un tiempo en el porvenir cuando el anuncio de la caída de Babilonia, tal cual fue hecho por el segundo ángel de Apocalipsis 14:8, se repetirá con la mención adicional de las corrupciones que han estado introduciéndose en las diversas organizaciones religiosas que constituyen a Babilonia, desde que ese mensaje fue proclamado por primera vez, durante el verano de 1844. Se describe aquí la terrible condición en que se encuentra el mundo religioso. Cada vez que la gente rechace la verdad, habrá mayor confusión en su mente y más terquedad en su corazón, hasta que se hunda en temeraria incredulidad. En su desafío de las amonestaciones de Dios, seguirá pisoteando uno de los preceptos, del Decálogo hasta que sea inducida a perseguir a los que lo consideran sagrado. Se desprecia a Cristo cuando se manifiesta desdén hacia su Palabra y hacia su pueblo. Conforme vayan siendo aceptadas las enseñanzas del espiritismo en las iglesias de la madre e hijas , irán desapareciendo las vallas impuestas al corazón carnal, y la religión se convertirá en un manto para cubrir las más bajas iniquidades. La creencia en las manifestaciones espiritistas abre el campo a los espíritus seductores y a las doctrinas de demonios, y de este modo se dejarán sentir en las iglesias las influencias de los ángeles malos. 

Se dice de Babilonia, con referencia al tiempo en que está presentada en esta profecía: “Sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades”. Apocalipsis 18:5. Ha llenado la medida de sus culpas y la ruina está por caer sobre ella. Pero Dios tiene aún un pueblo en Babilonia; y antes de que los juicios del cielo la visiten, estos fieles deben ser llamados para que salgan de la ciudad y que no tengan parte en sus pecados ni en sus plagas. De ahí que este movimiento esté simbolizado por el ángel que baja del cielo, alumbrando la tierra y denunciando con voz potente los pecados de Babilonia. Al mismo tiempo que este mensaje, se oye el llamamiento: “Salid de ella, pueblo mío”. Estas declaraciones, unidas al mensaje del tercer ángel, constituyen la amonestación final que debe ser dada a los habitantes de la tierra. 

Terrible será la crisis a que llegará el mundo. Unidos los poderes de la tierra para hacer la guerra a los mandamientos de Dios, decretarán que todos los hombres, “pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos” (Apocalipsis 13:16), se conformen a las costumbres de la iglesia y observen el falso día de reposo. Todos los que se nieguen a someterse serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se decretará que son dignos de muerte. Por otra parte, la ley de Dios que impone el día de reposo del Creador exige obediencia y amenaza con la ira de Dios a los que violen sus preceptos. 

Dilucidado así el asunto, cualquiera que pisotee la ley de Dios para obedecer una ordenanza humana, recibe la marca de la bestia; acepta el signo de sumisión al poder al cual prefiere obedecer en lugar de obedecer a Dios. La amonestación del cielo dice así: “¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente, o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que está preparado sin mezcla alguna en el cáliz de su ira!” Apocalipsis 14:9, 10.





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