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General: EL CANTICO DEL REMANENTE DE CRISTO.
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De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 31/05/2022 19:36



EL CANTO DEL REMANENTE Y LA LEY DEL CIELO SINAI .

Salmos 119-> Ver. 1
Dichosos los que van por camino perfecto, los que proceden en la ley de Yahveh.
[V.1-> INTRODUCCIÓN.- EL Sal. 119 expone la alegría y el gozo que experimenta el que sigue la ley de Dios como su guía. Este es un salmo acróstico compuesto de 22 partes, cada una de las cuales consta de 8 versículos. Las 22 partes corresponden a las 22 letras del alfabeto hebreo (ver pág. 15). En hebreo todos los versículos de la primera sección comienzan con ‘álef, primera letra del alfabeto hebreo. Todos los versículos de la segunda sección con bet, segunda letra de ese alfabeto, etc. Encuanto a que David sea el autor del Sal. 119. ver El primer versículo presenta el tema en torno del cual gira todo el salmo. Salvo el Sal 119:122, todos los demás contienen alguna referencia inequívoca a la revelación de Dios a la humanidad. En la primera sección del salmo, aparecen las siguientes palabras: “ley”, “testimonios”, “caminos”, “mandamientos”, “estatutos” y “juicios”, las cuales indican los diferentes aspectos de la revelación divina (ver com. Sal 19:7). El uso de estos diferentes vocablos embellece el salmo y evita la monótona repetición de una misma palabra. Bienaventurados. Heb. ‘ashre (ver com. Sal 1:1). El salmo comienza con una bendición para los que obedecen la ley del Señor. Perfectos. Heb. temimim, plural de tamim, “completo”, “sin culpa”, “intachable”; se traduce también como “perfecto” (Gen 6:9). Que andan. Una vida santa equivale a vivir de acuerdo a la ley. Ley. Heb. torah, “enseñanza” o “instrucción” (ver com. Deu 31:9; Sal 19:7; Pro 3:1). ] 
Salmos 119-> Ver. 2
[V.2-> Testimonios. Ver com. Sal 19:7. Todo el corazón. No se puede servir al Señor con el corazón dividido (Deu 6:5; Mat 6:24; Mat 12:30; Luc 16:13). ] SALMO 91:1 El que mora en el secreto de Elyón pasa la noche a la sombra de Sadday,
Salmos 91-> Ver. 
[V.1-> lNTRODUCCION.- El Sal. 91 contiene un mensaje de consuelo para todos los que pasan por momentos de angustia, especialmente para “el pueblo de Dios que observa los mandamientos divinos del cielo Sinaí ” (8T 120), y para los que experimentarán el “tiempo de angustia” y los peligros de los últimos días la gran persecución inquisición mundial  que tendrán los que salen de la Madre de las rameras y no aceptan la marca de la Bestia  (Ed 177; PP 101; PR 395; CS 688; 8T 120, 121). El tema del salmo gira en torno de la seguridad de quien deposita su confianza en Dios. Es probable que el cambio de pronombres en los Sal 91:1-13 se deba al uso litúrgico de este salmo. Sus diversas partes quizá eran cantadas en el culto por solistas u otras voces que se respondían alternadamente (“antifónicamente”). Este salmo puede compararse con la descripción que presenta Elifaz de la vida del hombre bueno (Jnb 5:17-26), pero es más sublime (ver Pro 3:21-26). Habita. Da la idea de un tranquilo reposo como en una morada. Abrigo. Cuando somos “admitidos a la intimidad y comunión más estrecha con Dios” (DMJ 111) puede decirse que habitamos al “abrigo del Altísimo”. Altísimo. Heb. ‘Elyon. Ver t. 1, págs. 179-181, un estudio de este nombre divino y de los otros tres nombres empleados en los Sal 91:1; Sal 91:2: “Omnipotente” (Shaddai), “Jehová” (Yahweh), “Dios” (‘Elohim). Bajo la sombra. Ver com. Sal 17:8. Los Sal 91:1; Sal 91:4 serán motivo de especial consuelo en “el día de Jehová” (PP 164) para los que acaten la advertencia de Dios. ] 

La música del cielo

El nuevo canto que pronto se cantará—Hay un día que pronto ha de amanecer en que los misterios de Dios serán comprendidos, y todos sus caminos vindicados; cuando la justicia, la misericordia y el amor serán los atributos de su trono. Cuando la guerra terrenal haya terminado, y los santos estén todos reunidos en el hogar, nuestro primer tema será el cántico de Moisés, el siervo de Dios. El segundo tema será el cántico del Cordero, el cántico de gracia y redención. Este canto será más alto, y se entonará en estrofas más sublimes, resonando por los atrios celestiales. Así se canta el cántico de la providencia de Dios, que relaciona las variadas dispensaciones; porque todo se ve ahora sin que haya un velo entre lo legal, lo profético y el evangelio. 

La historia de la iglesia en la tierra y la iglesia redimida en el cielo tienen su centro en la cruz del Calvario. Este es el tema, éste es el canto—Cristo el todo y en todo—, en antífonas y alabanzas que resuenan por los cielos entonadas por millares y por diez mil veces diez mil, y una innumerable compañía de la hueste de los redimidos. Todos se unen en este cántico de Moisés y del Cordero. Es un cántico nuevo, porque nunca antes se ha entonado en el cielo.Los ángeles reciben al Rey y sus redimidos con un canto de triunfo—En aquel día los redimidos resplandecerán en la gloria del Padre y del Hijo. Tocando sus arpas de oro, los ángeles darán la bienvenida al Rey y a los trofeos de su victoria: los que fueron lavados y emblanquecidos en la sangre del Cordero. Se elevará un canto de triunfo que llenará todo el cielo. Cristo habrá vencido. Entrará en los atrios celestiales acompañado por sus redimidos, testimonios de que su misión de sufrimiento y sacrificio no fue en vano.—

Música celestial—El profeta percibe allí sonido de música y de canto, cual no ha sido oído por oído mortal alguno ni concebido por mente humana alguna, a no ser en visiones de Dios. “Y los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas: y retendrán el gozo y alegría, y huirá la tristeza y el gemido”. “Hallarse ha en ella alegría y gozo, alabanza y voz de cantar”. “Y habrá cantores con músicos de flautas”. (V.M.) “Estos alzarán su voz, cantarán gozosos en la grandeza de Jehová” Isaías 35:1051:3Salmos 87:7Isaías 24:14.—

¡Qué canto será aquel cuando los rescatados del Señor se encuentren en las puertas de la Santa Ciudad, que girarán sobre sus resplandecientes goznes, y las gentes que hayan guardado su Palabra—sus mandamientos—entrarán en la ciudad, cuando la corona del vencedor sea colocada sobre la cabeza de cada uno y sean puestas arpas de oro en sus manos! Todo el cielo resonará con preciosa música y cantos de alabanza al Cordero. ¡Salvados, eternamente salvados en el reino de la gloria! Tener una vida que se mide con la vida de Dios: esa es la recompensa.

Los 144.000 cantan sobre su experiencia—Sobre el mar de cristal ese mar de vidrio que parece revuelto con fuego por lo mucho que resplandece con la gloria de Dios—hállase reunida la compañía de los que salieron victoriosos “de la bestia, y de su imagen, y de su señal, y del número de su nombre”. Con el Cordero en el monte de Sion, “teniendo las arpas de Dios”, están en pie los ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los hombres; se oye una voz, como el estruendo de muchas aguas y como el estruendo de un gran trueno, “una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas”. Cantan “un cántico nuevo” delante del trono, un cántico que nadie podía aprender sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del Cordero, un canto de liberación. Ninguno sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden aprender aquel cántico, pues es el cántico de su experiencia—una experiencia que ninguna otra compañía ha conocido jamás. Son “éstos, los que siguen al Cordero por donde quiera que fuere”. Habiendo sido trasladados de la tierra, de entre los vivos, son contados por “primicias para Dios y para el Cordero”. Apocalipsis 15:2, 314:1-5.—

“En su templo todo proclama su gloria”, el canto que cantarán los redimidos, el canto de su experiencia, declarará la gloria de Dios: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Pues sólo tú eres santo”.










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