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General: LA IGLESIA DE SATANAS PELEA CONTRA CRISTO Y SU PUEBLO
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Respuesta  Mensaje 1 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 17/04/2022 19:14

  ESCRITO ESTA EN LA SANTA BIBLIA  LO CONFIRMA El Apóstol Pablo, en su segunda carta a los Tesalonicenses, predijo la gran apostasía que había de resultar en el establecimiento del poder papal. Declaró, respecto al día de Cristo: “Ese día no puede venir, sin que venga primero la apostasía, y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición; el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Dios, ostentando que él es Dios”. 2 Tesalonicenses 2:3, 4 (VM). Y además el apóstol advierte a sus hermanos que “el misterio de iniquidad está ya obrando”. Vers. 7. Ya en aquella época veía él que se introducían en la iglesia errores que prepararían el camino para el desarrollo del papado. 

Poco a poco, primero solapadamente y a hurtadillas, y después con más desembozo, conforme iba cobrando fuerza y dominio sobre los espíritus de los hombres, “el misterio de iniquidad” hizo progresar su obra engañosa y blasfema. De un modo casi imperceptible las costumbres del paganismo penetraron en la iglesia cristiana. El espíritu de avenencia y de transacción fue coartado por algún tiempo por las terribles persecuciones que sufriera la iglesia bajo el régimen del paganismo. Mas habiendo cesado la persecución y habiendo penetrado el cristianismo en las cortes y palacios, la iglesia dejó a un lado la humilde sencillez de Cristo y de sus apóstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes y gobernantes paganos, y sustituyó los requerimientos de Dios por las teorías y tradiciones de los hombres. La conversión nominal de Constantino, a principios del siglo cuarto, causó gran regocijo; y el mundo, disfrazado con capa de rectitud, se introdujo en la iglesia. Desde entonces la obra de corrupción progresó rápidamente. El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y al culto de los que profesaban ser discípulos de Cristo. 

Esta avenencia entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollo del “hombre de pecado” predicho en la profecía como oponiéndose a Dios y ensalzándose a sí mismo sobre Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra maestra del poder de Satanás, un monumento de sus esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la tierra según su voluntad. DANIEL 7:25 proferirá palabras contra el Altísimo y pondrá a prueba a los santos del Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos y la ley, y los santos serán entregados en sus manos por un tiempo y tiempos y medio tiempo.   Y Apocalipsis 12:9Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Angeles fueron arrojados con él 13:2,4vers17,18. La Bestia que vi se parecía a un leopardo, con las patas como de oso, y las fauces como fauces de león : y el Dragón le dio su poder y su trono y gran poderío.

3 Una de sus cabezas parecía herida de muerte,

 pero su llaga mortal se le curó; entonces la

 tierra entera siguió maravillada a la Bestia.

4 Y se postraron ante el Dragón, porque había dado el poderío a la Bestia , y se postraron ante la Bestia diciendo: «¿Quién como la Bestia? ¿Y quién puede luchar contra ella?»   cap17 :8  La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reapareceráUna de las principales doctrinas del romanismo enseña que el papa es cabeza visible de la iglesia universal de Cristo, y que fue investido de suprema autoridad sobre los obispos y los pastores de todas las partes del mundo. Aun más, al papa se le han dado los títulos propios de la divinidad. Se le ha titulado “Señor Dios el Papa” y se le ha declarado infalible. Exige que todos los hombres le rindan homenaje. La misma pretensión que sostuvo Satanás cuando tentó a Cristo en el desierto, la sostiene aún por medio de la iglesia de Roma, y muchos son los que están dispuestos a rendirle homenaje

Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 2

[V.2-> Leopardo... oso... león. Una evidente alusión al simbolismo de Dan. 7. Daniel vio tres bestias: la primera era semejante a un león; la segunda, a un oso; la tercera, a un leopardo. La bestia que vio Juan tenía características físicas tomadas de las tres, lo que indica, sin duda alguna, que el poder representado por la bestia de Apocalipsis posee características evidentes en los imperios de Babilonia, Persia y Grecia. Algunos han notado que Juan alude a estos poderes en el orden inverso de su aparición en la historia, o mirando retrospectivamente desde sus días. Dragón. Ver com. Ap 12:3. Le dio su poder. El dragón representa en primer lugar a Satanás, y en un sentido secundario recibió del dragón “su poder, y su trono, y grande autoridad” fue, claramente, la Roma papal. “De las ruinas de la Roma política se levantó el gran imperio moral en la “forma gigantesca” de la Iglesia Romana” (A. C. Flick, The Rise of the Mediaeval Church [ 1900], p. 150). Esta identificación es confirmada 832 por las especificaciones enumeradas en los versículos siguientes. Detrás de todo estaba Satanás, que procuraba exterminar a la iglesia. Cuando se dio cuenta que sus esfuerzos para aniquilar a los seguidores de Cristo por medio de la persecución resultaban ineficaces, cambió sus tácticas y se propuso separar de Cristo a la iglesia por medio del establecimiento de un sistema religioso falso y complejo. El dragón no actúa directamente por medio del paganismo, sino que empieza a trabajar tras la fachada de una organización profesamente cristiana, esperando de este modo disfrazar su identidad. Trono. Gr. thrónos. Los papas ascendieron al trono de los césares. La capital del sistema papal era la misma que la que había ocupado el Imperio Romano durante su apogeo. Grande autoridad. El papado predominó en los asuntos políticos y religiosos, y sobre la conciencia de los hombres. ] .





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Respuesta  Mensaje 18 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 18/04/2022 23:19

Todo el mundo será reunido en un lado con Cristo o en el otro satanás papado aliados .

Todo el mundo estará de un lado o del otro del asunto en litigio. Tendrá lugar la batalla del Armagedón, y ese día no debe encontrar a ninguno de nosotros durmiendo. Debiéramos estar completamente despiertos, como vírgenes prudentes que tenemos aceite en nuestras vasijas y en nuestras lámparas. El poder del Espíritu Santo debe estar sobre nosotros, y el Capitán de las huestes del Señor estará a la cabeza de los ángeles del cielo para dirigir la batalla.—

La enemistad de Satanás contra lo bueno se manifestará más y más a medida que ponga en actividad sus fuerzas para llevar a cabo su última obra de rebelión, y toda alma que no esté plenamente entregada a Dios y protegida por el poder divino formará alianza con Satanás contra el cielo, y se unirá en la batalla contra el Gobernante del universo.—

Pronto todos los habitantes de la tierra se habrán decidido en favor o en contra del gobierno del cielo.




Respuesta  Mensaje 19 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 00:18
ANTICRISTO  
Término que puede significar uno que se opone a Cristo, o uno que ocupa
el lugar de Cristo, o uno que combina ambos papeles al asumir las
prerrogativas de Cristo de tal modo que en realidad actúa contra el espíritu,
los principios y la persona de Cristo. El término aparece en el NT sólo en
los escritos de Juan (1 Jn. 2:18-29; 4:3; 2 Jn. 7). El apóstol supone que sus
lectores ya han aprendido lo relacionado con el anticristo, y que ellos creen
que su plena manifestación ocurrirá en relación con los últimos días.
Como resultado, no identifica específicamente al anticristo como una
persona u organización particular. Habla, en realidad, de muchos
anticristos y de que ya estaban activos en sus días (1 Jn. 2:18). Sin
embargo, hace notar que se caracterizan por la negación de que Jesús es
el Cristo y el encarnado Hijo de Dios.
Aunque Juan es el único que usa el término "anticristo", la doctrina de un
anticristo aparece en otros pasajes del NT. El Apocalipsis, bajo la figura de
un leopardo, describe un gran poder que se opondría a Cristo y a su pueblo
(13:1-18; véase CBA 7:831-838). Particularmente, el poder descripto por
Pablo en 2 Ts. 2:1-12 ha sido llamado el "anticristo". Este pasaje prediceuna apostasía que se desarrolla en la iglesia y que culmina con la
revelación del "hombre de pecado" u "hombre impío" (BJ), que se sentará
en el templo de Dios y se declarará Dios. A esta manifestación le seguirá
61 la 2ª venida de Cristo, la que destruirá al anticristo. Este pasaje parece
tener una doble aplicación, pues primero describe la apostasía que se
desarrolla en la iglesia cristiana, y luego la obra engañosa de Satanás, el
anti-Cristo y anti-Dios por excelencia.
Satanás se ha opuesto a Cristo por medio de diversas agencias humanas
y demoníacas. Introdujo muchas herejías a través de los siglos, todas
destinadas a engañar: en los días de Juan, tanto el docetismo como el
gnosticismo fueron reconocidos como anticristianos; más tarde, al
transcurrir la historia, muchos identificaron al papado con el anticristo.
Además, al final de los tiempos Satanás jugará un papel más personal en
los asuntos de la tierra (2 Ts. 2:9), pero su "venida" (gr. parousía; cf 1 Jn.
4:3) será seguida prontamente por su eventual y total destrucción.



Respuesta  Mensaje 20 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 00:31


Arca, I
(heb. '
arôn, "arca [arcón, baúl]", "cofre" o "caja"; gr. kibçtós).
Caja adornada que servía de custodia de las tablas de piedra grabadas
con los Diez Mandamientos. También se la llamaba "arca del pacto
[testimonio]" (heb. '
arôn he-berît; Nm. 14:33; Ex. 40:21; etc.). Ubicada en el
lugar santísimo del santuario del antiguo Israel (Ex. 26:34; 30:6), y más
tarde en el templo (1 R. 8:6), tenía 2,5 codos de largo, 1,5 codo de ancho y
1,5 codo de alto (Ex. 25:10). Si tomamos el largo del codo egipcio tendría
cerca de 1,30 m de largo por 76 cm de ancho y de alto. Estaba construida
de madera de acacia y recubierto, por dentro y por fuera, con oro puro (Ex.
25:10-22). Las 2 anillas a cada lado de la parte inferior permitían que fuera
trasladada con 2 palos llevados sobre los hombros por los levitas de Coat
cuando Israel se mudaba de un lugar a otro (Nm. 3:29-31; 4:5-15; Jos. 3:3)
y en ciertas ocasiones solemnes (Jos. 8:33; 1 R. 8:2, 3). Sobre la cubierta
de oro macizo, llamada propiciatorio,* había 2 querubines de oro (uno en
cada extremo) mirando hacia abajo, al lugar donde estaba el Señor cuando
hablaba a su pueblo (Nm. 7:89; Ex. 25:22).
El arca era el objeto central de todos los muebles del santuario. A primera
vista, contenía sólo las tablas de piedra con los Diez Mandamientos (Ex.
25:21; Dt. 10:3, 5); pero más tarde estuvieron "delante de Jehová", "delante
del testimonio" o "al lado del arca" (Ex. 16:33, 34; Nm. 17:10; Dt. 31:24-26)
la vara de Aarón que floreció, una vasija con maná y los "libros de la ley".
Los primeros 2 elementos se habrían conservado en el arca (He. 9:4), pero
aparentemente fueron sacados en un período posterior de la  turbulenta
historia de Israel, como lo indica el autor de Reyes (1 R. 8:9). 9Mientras Israel peregrinaba desde el Sinaí hacia la tierra prometida, el arca
"fue delante de ellos" (Nm. 10:33). Sus portadores se detuvieron en medio
de las aguas divididas del Jordán mientras el pueblo pasaba al otro lado
(Jos. 4:9-11). Fue llevada durante 7 días alrededor de Jericó en una
marcha que precedió a la caída de la ciudad (6:1-20). Después de la
conquista de Canaán, permaneció en el tabernáculo en Silo (18:1),
aparentemente hasta que fue capturada en tiempos de Elí. Con la
esperanza de que la presencia del arca diera vuelta el resultado de la
guerra contra los filisteos, los hijos de Elí, sin interesarse por las
condiciones bajo las cuales Dios opera en relación con los hombres, la
llevaron a la batalla, donde fue tomada por el enemigo (1 S. 4:1-11).
Devuelta al territorio hebreo (5:1-6:15) residió sucesivamente en
Bet-semes (6:15-21), Quiriat-jearim (7:1, 2) y en la casa de Obed-edom, en
Perez-uza (2 S. 6:1-11; 1 Cr. 13:5-14). Finalmente, David la llevó a
Jerusalén (2 S. 6:12-17; 1 Cr. 15:25-16:1), donde se la ubicó "en medio de
una tienda que David le había levantado" (2 S. 6:17; 7:1, 2; 1Cr. 16:1, 4-6).
Más tarde fue puesta en el lugar santísimo del templo de Salomón (1 R.
8:1-9), donde permaneció hasta que Nabucodonosor destruyó la ciudad.
Las Escrituras guardan silencio con respecto a su suerte en ese tiempo o
su historia posterior.
Arca, II
(heb. têbh [sólo se usa en los escritos de Moisés], "arca", "barco [navío]";
palabra tomada del egip. db3t; gr. kibçtós, "arca").
1.
Barco o navío que construyó Noé, bajo la dirección divina, para alojar a su
familia y conservar parejas vivas de especies animales durante el diluvio
que afectó a todo el mundo (Gn. 6:14-9:18). Tenía 300 codos de largo, 50
codos de ancho y 30 codos de altura (6:15). Construida con madera de
gofer* e impermeabilizada con brea (v 14), tenía 3 pisos o cubiertas y la
entrada por una puerta lateral (v 16). Su "ventana" (heb. tsôhar) era
probablemente el techo, y su "cubierta" (heb. miksêh), corrida después del
diluvio para poder ver las aguas que descendían (8:13), quizá formaba
parte del techo. Miksêh se usa en Ex. 26:14 para designar el techo del
tabernáculo, y en Nm. 4:10-12 para las cubiertas que estaban sobre el
tabernáculo. Como éstas estaban hechas de cueros, algunos han
sugerido que la del arca habrían sido del mismo material.
2.
Canasta, hecha de juncos o papiros y pintada por dentro y por fuera con
brea para impermeabilizarla, en la que Moisés fue escondido a orillas del  río Egipto .

Respuesta  Mensaje 21 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 00:41
Bautismo El Bautismo sumergido  en Agua 
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Marcos 16:16. 

(gr. báptisma; baptismós, "ceremonia de purificación", "bautismo", "ablución
(lavamiento)" [del verbo baptízç, "sumergir (hundir)", "bautizar", "lavarse"]).
Rito religioso originado en tiempos precristianos. Los judíos lo practicaban
como una ceremonia para recibir a prosélitos dentro del judaísmo (así lo
demuestran varios de sus escritos). Cuando se los bautizaba, el rito
probablemente tenía la función de limpiarlos de la impureza contraída
como paganos, porque se usa el mismo término miqwêh, para otros baños
de purificación. También se lo consideraba como el repaso de uno de los
acontecimientos que hizo de Israel una nación: el cruce del Mar Rojo. Junto
con la circuncisión y los sacrificios hacían del prosélito un integrante del
mismo pacto del que participaban los israelitas de nacimiento. El estatus
legal de este prosélito era el de un recién nacido (cf Jn. 3:3-10). Es
significativo que los dirigentes judíos no cuestionaran la validez del
bautismo de Juan, sino sólo su autoridad para administrarlo (Jn. 1:19-28).
Los esenios también practicaban el bautismo en conexión con sus ritos
religiosos. En Khirbet Qumrn, su probable centro religioso, se
descubrieron 146 varios estanques con peldaños para bajar a ellos (fig
504). Se habrían utilizado para ritos bautismales, que aparentemente
involucraban la inmersión, como ocurría con el bautismo de los prosélitos
judíos.
Casi todas las confesiones cristianas practican el bautismo, aunque varían
el modo de administrarlo: aspersión, derramar agua sobre la cabeza o
inmersión total de catecúmeno. El método usado en tiempos del NT era la
inmersión (se lo deduce del significado del término griego), según las
descripciones bíblicas de la realización de la ceremonia y de las
aplicaciones espirituales que hace la Biblia del rito. El término baptízç se
empleaba antiguamente para describir la inmersión de la tela para teñirla, y
de una vasija para llenarla de agua; cuando se lo aplica al bautismo
cristiano su significado más obvio es "sumergir" (las referencias bíblicas a
los bautismos muestran claramente que se usaba la inmersión). Juan el
Bautista bautizaba "en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas
aguas" (Jn. 3:23). No habría razón para buscar un lugar donde había
"muchas aguas" si volcar o asperjar un poco de agua era la forma de
bautizar. El relato sobre el bautismo del eunuco etíope afirma que Felipe y
el eunuco "descendieron ambos al agua" y luego "subieron del agua" (Hch.
8:38, 39), actos que indican con toda certeza más que un asperjar o volcar
agua.
El apóstol Pablo realizó una aplicación espiritual del rito bautismal, que
sólo es clara si se refiere al de sumersión. Al analizar el significado delbautismo, Pablo señala que: 1. Así como Cristo murió por el pecado, el
cristiano debe morir a los pecados. 2. Así como Cristo, después de que
murió, fue sepultado, el cristiano debe ser "sepultado" simbólicamente con
él en el sepulcro de agua del bautismo. 3. Así como Cristo fue levantado
de la tumba, el cristiano se debe levantar a una vida espiritual nueva (Ro.
6:3-5; cf Col. 2:12). Obviamente, las figuras de sepultura y resurrección no
tendrían sentido si no pensáramos en una inmersión total. Vale la pena
notar que la presencia de bautisterios en las iglesias más antiguas
muestra que por siglos la iglesia cristiana practicó el bautismo por
inmersión.
Queda claro que a los cristianos se le exigía el bautismo: Cristo ordenó a
sus discípulos que bautizaran (Mt. 28:18, 19; Mr. 16:15, 16) y enseñaran a
los nuevos conversos a observar todas las cosas ordenadas por él (Mt.
28:20); los apóstoles enseñaron la necesidad del bautismo (Hch. 2:38; 10:
48; 22:16), y practicaron el rito (8:12; 16:14, 15, 33; 19:5; etc.). Entre los
prerrequisitos para el bautismo señalados por las Escrituras están la
aceptación de Jesucristo como el Hijo de Dios (8:36, 37; cf v 12; 18:8) y el
arrepentimiento (2:37, 38).
El término "bautizar" también se usa en sentido figurado. Juan el Bautista
declaró que Cristo bautizaría con "el Espíritu Santo y con fuego" (Mt. 3:11;
Lc. 3:16), lo que significaba el derramamiento del Espíritu Santo en
Pentecostés bajo el símbolo del fuego (Hch. 2:3, 4) o tal vez la destrucción
final de los malvados (Mt. 3:11, 12). Jesús habló simbólicamente de su
muerte como un bautismo (Mt.20:20-23: Mr. 10:37-39; cf Lc. 12:50), y Pablo
en forma figurada de la experiencia de Israel al salir de Egipto: "En Moisés
fueron bautizados en la nube y en el mar" (1 Co. 10:1, 2). Además, en la
Biblia se registran 2 incidentes interesantes con respecto al rito: ciertos
creyentes de Efeso, después de recibir verdades nuevas e importantes y el
"bautismo de Juan", fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús (Hch.
19:1-5); y en un pasaje difícil (1 Co. 15:29) Pablo se refiere al bautismo por
los muertos (se sugirieron muchas explicaciones, pero ninguna parece
concluyente). Véanse Ablución; Baño.
Bib.: Talmud, 'Erubin 4b; Yebamoth 47a. 47b; CBA 6:801, 802.La señal de entrada en el reino—Cristo ha hecho del bautismo una señal de entrada en su reino espiritual. El ha hecho de esto una positiva condición con la cual deben cumplir todos los que quieren que se reconozca que están bajo la autoridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Antes que el hombre pueda encontrar un hogar en la iglesia, antes de traspasar el umbral del reino espiritual de Dios, ha de recibir la impresión del nombre divino: “Jehová, justicia nuestra”. Jeremías 23:6. 




Respuesta  Mensaje 22 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 00:57
Jehová
(heb. YHWH, "Yahweh", "el que existe en sí mismo", "yo soy").
Transliteración conjetural del sagrado nombre de Dios por el cual Israel
debía llamarlo, según instrucción divina, para distinguirlo de todos los
falsos dioses (Ex. 3:13-15). En hebreo consonántico el nombre se escribía
YHWH, el que, de acuerdo con LVTL, aparece 6.823 veces en el AT. Estas
4 letras reciben el nombre de Tetragrámaton. Aunque no hay evidencias
documentales contundentes para confirmar la vocalización Yahweh
(generalmente españolizado Jehová), por lo general los eruditos están de
acuerdo en que esa era la pronunciación original.
Por causa de lo sagrado que consideraban el nombre Yahweh, y el temor
de profanarlo y así transgredir el 2º mandamiento del Decálogo, los judíos
poco a poco dejaron de pronunciar el nombre. Este proceso ocurrió
durante el período intertestamentario, aunque no se puede precisar la
fecha exacta. Los autores de los libros bíblicos postexílicos (como
Esdras-Nehemías y Malaquías) no vacilaron en usar la palabra Yahweh en
la misma forma en que lo hicieron los autores preexílicos. En el s III a.C.,
cuando los primeros libros de la Biblia fueron traducidos al griego, el
nombre Yahweh se escribió en caracteres hebreos en los manuscritos
griegos, como lo demuestran el papiro Fuad 266 de Dt (ss I o II a.C.) y un
fragmento de los Profetas Menores (comienzos del s I d.C.) encontrados en
una cueva del Nahal Hever. Sin embargo, en manuscritos posteriores de la
LXX el nombre de Dios aparece regularmente traducido como Kúrios,
"Señor". Esto indica que en los primeros siglos de la era cristiana se había
establecido firmemente el siguiente hábito: leer '
Adóny, "Señor", cada vez
que aparecía el término Yahweh en la lectura de un pasaje bíblico en
hebreo, y Kúrios, "Señor", cuando el texto hebreo era traducido al griego.
Que esta costumbre estaba bien establecida en la nación judia del s I d.C.
lo demuestra el hecho de que Cristo y los apóstoles usaron la palabra
Señor en forma regular cuando los escritores del AT hubieran usado el
nombre Yahweh. En realidad, el término Señor había reemplazado tan
completamente al de Yahweh, que Yahweh o Jehová no aparece en ningún
pasaje del NT.
Cuando los masoretas comenzaron a agregar las vocales a los
manuscritos hebreos consonánticos (ss VII u VIII d.C.), añadieron las
vocales de la palabra '
Adôny a las consonantes YHWH. Hasta hoy se ha
seguido esta costumbre en todas las Biblias hebreas, aun las impresas
por no judíos. Los judíos siempre sustituyen 'Adónáy en lugar de Yahweh
cada vez que lo encuentran en la Biblia. Al no conocer esta costumbre
judía, algunos traductores de las Escrituras a los idiomas modernos a
partir del s XII d.C. tradujeron YHWH con las vocales que tenía '
Adôny (dando "Jehová", y lo pronunciaron de ese modo; Ex. 6:3; Sal. 83:18; Is.
12:2; etc.).
Generalmente se cree que YHWH es una forma del verbo hyah, "ser", en
cuyo caso significaría "el Eterno [el que vive eternamente]", "el que existe
por sí mismo", "el autosuficiente". El atributo divino particularmente
destacado por este título es el de la autoexistencia y la fidelidad, apuntando
al Señor como el Dios viviente, la fuente de la vida, en contraste con los
dioses de los paganos que no tenían existencia fuera de la imaginación de
sus adoradores (ls. 41:23-29; 44:6-20). Véase a continuación algunas
combinaciones con el nombre YHWH (se dan en orden de aparición; salvo
el 3, 5 y 10, nuestra RVR tradujo todos los demás):

Respuesta  Mensaje 23 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 01:03
Encantamiento
(heb. lajash).
Procedimiento empleado en las artes mágicas u ocultas por medio del
cual se invoca un poder sobrenatural para conseguir efectos deseados u
obtener información (Ex. 7:22; Is. 47:9; etc.): para producir conjuros
mágicos se usaban la magia, la hechicería y la brujería; para predecir
eventos venideros, la adivinación; para averiguar la voluntad de los dioses
o conocer el futuro, la astrología (observar estrellas); para una supuesta
comunicación con los muertos, la necromancia (una forma del espiritismo
moderno). La adivinación tomó diversas formas: examen de las entrarías
de animales sacrificados, interpretación de sueños, observación de
diversos aspectos del mundo natural. En la Biblia, las variadas formas de
encantamiento se mencionan por sus nombres. Véanse adivinación;
Magia.



Respuesta  Mensaje 24 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 01:17


Dios
(heb. Kl, Klh, 'Elôhîm, 'Elôah, YHWH; gr. Theós).
I. Definición.
La filosofía y la religión afrontan su mayor desafío en su esfuerzo por definir
a Dios. La filosofía, en su mayor parte, ha igualado a Dios con la "primera
causa", "ley natural", "fuerza cósmica" o, en el mejor de los casos, acepta a
Dios como la "realidad última". La Biblia atribuye a Dios una personalidad,
y lo describe como Creador, Sustentador, Legislador, Juez, Gobernante y
Padre (Gn. 18:25; Dt. 33:2; Sal. 103:13; 104:27-29; Is. 40:28; Dn. 4:17; Hch.
17:25-28; Ro. 8:15). La filosofía religiosa lo describe en términos como"omnipotente", "omnisciente" y "omnipresente". palabras que enseñan
ciertas verdades importantes acerca de él.
II. Existencia.
Está universalmente confirmada por su creación y lo corrobora la
naturaleza del hombre (Ro. 1:19, 20; 2:14, 15). Pero este testimonio, aparte
de la revelación que Dios dio de sí mismo en las Escrituras, proporciona
sólo un concepto limitado y a menudo erróneo (incluso él revela sólo lo que
necesitamos saber). Pero debemos recurrir a la Biblia para obtener
nuestra definición de Dios. Toda especulación más allá de la revelación es
inútil y aun peligrosa.
III. Nombres.
Los nombres básicos de Dios son: heb. 'Kl [plural '
Elôhîm], "Dios"; 'Elyôn
[aram. 'Illy] "Altísimo"; '
Elôah [aram. '
Elh], el singular de '
E'lôhîm cuando
éste hace de singular (tiene el mismo significado que 'Kl ); YHWH, "Yahwe
h"; gr. Theós. Es interesante comprobar ciertas combinaciones en los
versículos bíblicos. Por ejemplo: "Yo soy el Señor [YHWH] tu
Dios ['
Elôhîm] Dios ['Kl ] celoso" (Dt. 5:9); "Entonces Melquisedec, rey de
Salem y sacerdote del Dios Altísimo ['Kl 'Elyôn]" (Gn. 14:18); "Y plantó
Abrahán . . . e invocó allí el nombre de Jehová Dios Eterno [YHWH 'Kl
'ôlm]" (21:33); "Y 333 erigió allí un altar, y lo llamó El-Elohe-lsrael
['Kl-'
Elôhê-YîÑr-'êl]" (33:20); etc. Para las combinaciones con YHWH véase
Jehová.
En Ex. 3:14 se da una frase muy particular: 'Ehyeh 'ªsher 'Ehyeh, "YO SOY
EL QUE SOY"; y en Ex. 6:2, 3 se amplía la revelación anterior (para más
detalles, véase CBA 1:179-182).
IV. Carácter-Naturaleza.
El Dios de la Biblia se presenta como un Dios de amor (Jn. 3:16; 1 Jn. 4:7,
8; etc.). Se lo describe como "misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y
grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que
perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado" (Ex. 34:6, 7), pero también
como un Dios de justicia "que de ningún modo tendrá por inocente al
malvado" (v 7). Estos 2 aspectos se presentan en la declaración del NT:
"Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios" (Ro. 11:22).
La Biblia describe a Dios como un ser capaz de crear, de comunicarse, de
amar. Su trato con Abrahán ilustra esta relación personal y cálida. Tenía
un plan para el patriarca como lo expresó en el "pacto" que hizo con él.
Seis veces se repitió ese pacto: 1. Cuando Dios llamó a Abrahán para dejar
su hogar paterno (Gn. 12:1-4; Hch. 7:2, 3). 2. Cuando llegó a la tierra a la
que Dios lo había llamado (vs 6, 7). 3. Cuando experimentó el chasco de la
elección egoísta de Lot (13:14-17). 4. Cuando necesitó que se restaurarasu confianza después de la batalla contra los reyes (15:1, 5, 6). 5. Cuando
pecó y necesitó perdón (17:1-8). 6. Cuando demostró su fidelidad en una
crisis severa (22:15-18). También otros experimentaron esta clase de
amistad (Ex. 33:11; Nm. 14:13, 14; Sal. 139:7-10; Is. 40:28, 29; etc.).
El testimonio del AT es significativo y revelador. En una época en que los
dioses de las naciones estaban representados como terrenos y
sensuales, los escritores del AT presentan la naturaleza ética de Dios (Sal.
24:4; Hab. 1:13). También lo vieron como universal y no tribal, y como un
Dios en vez de una proliferación de deidades en competencia (Gn. 14:22;
Dt. 6:5; Is. 45:25; 66:1; Dn. 4:17). La concepción que el hombre tenía del
Eterno no podía estar completa hasta que él se revelara a sí mismo en la
persona de Jesús. "A Dios nadie lo vio jamás; el unigénito Hijo, que está
en el seno del Padre, él le ha dado a conocer" (Jn. 1:18). Así, la
información más completa que el hombre puede encontrar de Dios no está
en la naturaleza, o en la experiencia personal, ni siquiera en los rollos de
los profetas antiguos, sino en la narración de los Evangelios y en las
enseñanzas de los apóstoles. Estas revelaciones son las normas
mediante las cuales se han de medir todas las demás revelaciones acerca
de él. Jesús, en la instrucción que dio a sus discípulos, describió esta
revelación (Jn. 14:1-10), como también lo hizo en la oración por sus
discípulos (cp 17) y en He. 1:1-5. Para un mundo que entendió mal al
Padre, Jesús retrató su carácter (Mt. 5:44, 45; Lc. 1:78, 79; 6:35). En el
sacrificio de Cristo se vieron la infinita sabiduría, el amor, la justicia y la
misericordia de Dios. La comprensión y el aceptación de su voluntad no
sólo informará sino también transformará (2 Co. 3:18; Ef. 3:14- 9; Col.
1:9-11).
Se presenta a Dios como quien demanda mucho, pero también da
liberalmente (Mt. 16:24; Ro. 8:32). El espera obediencia, pero paga un
precio infinito para que la obediencia sea posible (Ex. 23:21; Dt. 11:27, 28;
Is. 5:4; Os. 14:4; Jn. 3:16). Tiene una ley inmutable, pero suministra gracia
inagotable (Mt. 5:17-19; Ro. 5:20; Fil. 4:13). Odia el pecado con
aborrecimiento profundo, pero ama al pecador con amor maravilloso (Sal.
101:3; Is. 63:9; Jer. 31:3; Ro. 2:8, 9; 9:25). El es Creador y Sustentador del
universo ilimitado, y sin embargo, es el Padre ansioso que espera en la
puerta el regreso del hijo pródigo (Sal. 33:6, 13, 14; 104:27, 28; Is. 44:22;
Lc. 15:20). Desafía al intelecto del hombre más brillante que el mundo
haya conocido, y sin embargo acepta la devoción de un niñito (Job. 36-41;
Is. 45:20, 21; Jer. 9:12; Sal. 103:13; Mt. 7:11). Jesús se refirió a Dios como
misericordioso (Lc. 6:36), preocupado por las necesidades humanas (Mt.
6:32), generoso (7:11), amante (Jn. 3:16), espiritual (4:24).
Ocasionalmente, los escritores bíblicos rompen en rapsodias de alabanza
al Eterno. Lo que la prosa del intelecto no puede expresar, la poesía de la
alabanza es capaz de pintar. Después de describir el plan de Dios para
salvar a los hombres, Pablo declara: "¡Oh profundidad de las riquezas de la
sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, einescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor?
¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese
recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él
sea la gloria por los siglos. Amén" (Ro. 11:33-36).


Respuesta  Mensaje 25 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 01:25


Diez Mandamientos.
 La ley, registrada en Ex. 20:2-17 y también llamada Decálogo, que resume
lo que Dios demanda de los hombres y define su deber para con sus
semejantes (cf Mt. 22:34-40). Los principios enunciados por los Diez
Mandamientos son eternos, porque se basan en el carácter de Dios, pero
la forma de estos principios dados en el Sinaí estaba adaptada a la
comprensión e instrucción de los hombres en su estado de
pecaminosidad y natural inconformidad a la voluntad divina. Los 10
mandatos del Decálogo tienen la singular distinción de ser las únicas
palabras que en forma audible Dios dirigió a toda la congregación de Israel
(Ex. 20:1, 18, 19; Dt. 4:10-13; 5:22). Todas las demás leyes y reglas queDios ordenó fueron comunicadas mediante Moisés como intermediario (Ex.
20:19- 22; Dt. 4:14; 6:1). Después de la entrega oral de la ley, Dios escribió
estos 10 mandatos sobre 2 tablas de piedra que dio a Moisés para
conservarlas en el arca (Ex. 31:18; 32:19; 34:1-4; Dt. 5:22; 10:1-5). El
informe mosaico original de la ley, como fue proclamado por Dios y más
tarde grabado sobre tablas de piedra, presenta el Decálogo con las
palabras de Ex. 20:1-17. Más tarde, Moisés repitió la ley en forma oral con
ligeras variantes en las palabras (Dt. 5:6-21). La única diferencia
significativa en esta repetición de la ley es la razón específica para la
observancia del sábado: la liberación de la esclavitud egipcia, en lugar de
la creación del mundo en 6 días, como estaba en la forma original. Las
muchas reglas civiles puestas en vigencia en el monte Sinaí eran una
aplicación de los principios de la 2a tabla del Decálogo para la sociedad y
para las necesidades del pueblo judío. La ley ceremonial, que presenta un
sistema de adoración ordenado divinamente y apropiado para el período
de la historia de la tierra en que fue dada la ley, era una extensión y un
desarrollo de los principios enunciados en el Decálogo, en particular con
respecto a la relación del hombre para con Dios.
En tiempos de Cristo, los judíos habían ordenado y numerado los 10
mandatos del Decálogo como los tienen la mayoría de los protestantes en
la actualidad. La disposición y enumeración que sigue la Iglesia Católica
Romana, dividiendo el 10º (sobre la codicia), es la que adoptó San Agustín,
que prefirió, de los 2 métodos que había en su tiempo, el que combina el 1º
y el 2º mandamientos y divide el 10º. De este modo, él asignó 3
mandamientos a la 1a tabla del Decálogo, y 7 a la 2a. Una de sus razones
para adoptar esta disposición fue la de incluir los números simbólicos 3, 7
y 10 en el Decálogo.
El 1er mandamiento ordena el monoteísmo, o la adoración exclusiva al
único y verdadero Dios, Yahweh,* en contraste con el politeísmo, o la
adoración a muchos dioses. El 2º prohibe la idolatría de todo tipo; es decir,
el intento de adorar al Dios invisible mediante formas visibles (cf Os. 8:6;
Col. 1:15- 17). El 3º prohibe toda irreverencia, en especial la mención
innecesaria del nombre de Dios en la conversación ordinaria, el perjurio
acompañado por una invocación del nombre divino. El 4º ordena la
observancia del sábado e identifica al verdadero Dios como el Creador del
cielo y de la tierra. Si al guardar el sábado los hombres debían recordarlo
como tal, habrían quedado protegidos contra toda falsa adoración. El 5°
ordena el respeto y la sumisión a los padres, a quienes Dios ha designado
como agentes para la transmisión de su voluntad revelada a las
generaciones sucesivas (véase Dt. 4:9; 6:7). El 6º protege la vida como
algo sagrado. El 7º ordena la pureza y así salvaguarda la relación
matrimonial para que el hogar pueda cumplir sus objetivos divinamente
señalados. El 8º protege la propiedad. El 9° salvaguarda la verdad y
previene contra el perjurio. El 10º ataca la raíz de todas las relaciones
humanas al disponer que el hombre no codicie 324 lo que pertenece aotro, y mucho menos, privarlo de ello por la fuerza.
Una hoja fragmentaria de papiro, el famoso Papiro Nash, contiene el
Decálogo en la forma presentada en Dt. 5 junto con la "Shemá", una cita de
Dt. 6:4 y 5. Este famoso documento hebreo, proveniente del s I a.C., está
ahora en Cambridge, Inglaterra. Hasta el descubrimiento de los Rollos del
Mar Muerto era el documento más antiguo en hebreo que contenía una
porción de la Biblia (fig 165).
Bib.: FJ-AJ iii.5.5.
165. Los Diez Mandamientos en el Papiro Nash (c 100 a.C.).


Respuesta  Mensaje 26 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 01:32

Cuerno
(heb. qeren, "cuerno" [de macho cabrío, de carnero o de cualquier animal];
aram. qeren, "cuerno" [de carnero o de cabra]; heb. shôfr [cuerno de
carnero]; gr. kéras [Lc. 1:69, DHHI).
Como Palestina era un país ganadero, desde el comienzo de su historia
los israelitas usaron los cuernos de sus animales de diversos modos. 1.
Como instrumentos para transmitir señales (Jos. 6:4, S). El término
hebreo es generalmente shôfr, a menudo traducido como "trompeta";*
pero en 4 pasajes (1 Cr. 15:28; 2 Cr. 15:14; Sal. 98:6; Os. 5:8) se lo traduce
por "bocina" para distinguirlo de las trompetas de metal (j
atsôtserh). En
Dn. 3:5, 7, 10, 15 se tradujo el término arameo como "bocina". 2. Como
recipientes para el aceite que se usaba en el ungimiento (1 S. 16:1, 13; 1 R.
1:39). 3. Como salientes o proyecciones en los altares; a veces con la
forma de cuernos (Ex. 30:10; 1 R. 1:50, 51; etc.; véase CBA 3:41, 42).
143. Dos cuernos judíos. Arriba: cuerno judío del s XII DC.; abajo
cuerno grabado perteneciente a la Gran Sinagoga de Londres.
En sentido figurado, el cuerno era el símbolo de la arrogancia y la
insolencia -(Sal. 75:4, 5; la primera parte del v 5 dice literalmente: "No
levantéis vuestro cuerno"; cf BJ)-, de fuerza o poder político (porque los
cuernos de un animal eran símbolo de su fuerza; Sal. 132:17, literalmente
"cuerno de David"; Jer. 48:25, literalmente "cuerno de Moab"). En el
simbolismo profético, los cuernos representan reyes, reinos u otros
poderes (Dn. 7:8, 20, 21, 24; Ap. 17:12, 16).
Cuerno pequeño.
Símbolo, en el libro de Dn. (cps 7 y 8), de un gran enemigo del pueblo
escogido de Dios. Para los hebreos, una nación muy pastoril -familiarizada
con la forma en que los animales domésticos, como los carneros y lostoros, usaban su cornamenta en defensa propia y en ataque-, los cuernos
naturalmente llegaron a representar poder. Los textos que describen el
"cuerno pequeño" y sus actividades son los cps 7:8, 20-26 y 8:9-14, 23-25.
Pasajes paralelos, que por su contexto, evidentemente, describen en
lenguaje literal el mismo poder y los mismos hechos, son 9:26, 27;
11:29-45 y 12:1, 6-11. Las características y obras que se le atribuyen en los
cps 7 y 8 llevan a la conclusión de que las 2 visiones describen al mismo
poder en diferentes aspectos de su actividad y desde un punto de vista
ligeramente diferente.
En cada caso, el "cuerno" es "pequeño" cuando se lo ve por primera vez en
el escenario profético (7 8; 8 9), pero con el tiempo crece hasta hacerse
muy grande (7:20; 8:9). En el cp 7 surge "entre" (v 8) los 10 cuernos de la 4ª
bestia terrible (v 7) y "tras" ellos (v 24), desplazando a 3 de los 10 al
levantarse (vs 8, 20, 24); mientras que el cuerno pequeño del cp 8 aparece
después de los "cuatro cuernos notables" (que reemplazaron al "gran
cuerno" del carnero), hacia el fin del dominio ejercido por ellos "cuando los
transgresores lleguen al colmo" (vs 23, 24). Del cuerno pequeño del cp 7
se dice que tiene "ojos como de hombre" (vs 8, 20); del cuerno pequeño del
cp 8, que tiene "sagacidad" en relación con su obra (v 25). La interpretación
del cuerno pequeño del cp 7 implica claramente que representa a un "rey"
(v 24), mientras que del cuerno del cp 8 se dice textualmente que es un
"rey" (v 23). El cuerno del cp 7 hace "guerra contra los santos", los vence y
los quebranta (vs 21, 25); el del cp 8 echa por tierra "parte del ejército" (es
decir, "el pueblo de los santos") y los pisotea (vs 10, 13, 24). Con su "boca
que hablaba grandes cosas", el cuerno del cp 7 "hablará palabras contra el
Altísimo" e intentará o "pensará en cambiar los tiempos y la ley" ordenados
por el Altísimo (vs 20, 25); el cuerno del cp 8 "se engrandeció contra el
príncipe de los ejércitos" (v 11), a quien se describe como "el Príncipe de
los príncipes" (v 25) -evidentemente nuestro Señor-, y "echó por tierra la
verdad" (v 12). Se dice que el período durante el cual el cuerno pequeño
oprime a "los santos del Altísimo" es "tiempo, y tiempos, y medio tiempo"
(7:25; cf 12:7, "tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo"). El cuerno
pequeño del cp 8 quita "el continuo sacrificio" y echa por tierra "el lugar de
su santuario" (v 11), pero después de un período, llamado "dos mil
trescientas tardes y mañanas" (v 14), el santuario es "purificado" (o
"reivindicado", BJ). En el cp 7 la venida del "Anciano de días" al juicio priva
al cuerno pequeño de su poder y otorga el reino a los "santos 286 del
Altísimo" (vs 13, 18, 22, 26, 27). En el cp 8, al fin del período indicado de
tiempo, el santuario es "purificado" de la "prevaricación asoladora" que el
cuerno pequeño había establecido en él (vs 13, 14). En 9:26, 27 el mismo
poder destruye Jerusalén y el templo, haciendo "cesar el sacrificio y la
ofrenda" y asolando el santuario. En 11:30 y 31 el mismo poder entra en "la
tierra gloriosa" -Palestina- (vs 16, 41, 45), se levanta contra "el príncipe del
pacto" (v 22), contamina el santuario y quita el continuo sacrificio, pone la
abominación desoladora (vs 30, 31) y conspira para eliminar la adoración
del verdadero Dios (v 30), todo durante "tiempo, tiempos, y la mitad de untiempo" (12:7).
Los judíos del s I a.C. y del s I d.C. aplicaron la profecía del cuerno
pequeño a Antíoco Epífanes, que en el 168 a.C., y por el período de unos 3
años, sustituyó el sacrificio diario en el templo con un altar idólatra, y quien
por unos 3 1/2 años oprimió cruelmente al pueblo judío y procuró eliminar
todo vestigio de religión judía (1 Mac. 1:19-64; 4:36-60). Durante ese
tiempo las Escrituras judías fueron proscriptas y destruidas, y se
prohibieron los ritos del judaísmo. Durante el s I d.C. algunos intérpretes
judíos comenzaron a aplicar la profecía a los romanos. Nuestro Señor
aplicó la profecía paralela de Dn. 11:31 y 12:11 a los romanos (véase Mt.
24:15-20; cf Lc. 21:20-24), la que se cumplió en el 70 d.C. cuando éstos
destruyeron Jerusalén y el templo, y asolaron la nación judía. Algunos
intérpretes protestantes han adoptado la antigua interpretación judía; otros
han aplicado la profecía del cuerno pequeño primero a los eventos del 70
d.C., y luego a la Roma papal de los siglos pasados, cuando no toleraba la
disensión y los disidentes y persiguió a los que no aceptaban su autoridad.
Bib.: FJ-AJ x.11.7; xii.5.3,4; xii.7.6, 7; FJ-GJ i.1.1, 2; FJ-AJ x.11.7; CBA
4:852-861, 868-870, 890-960.


Respuesta  Mensaje 27 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 01:48
Día del Señor Sábado séptimo dia
(gr. kuriaké h'méra, "día señorial" o "día del Señor").
Con este nombre identifica Juan en Ap. 1:10 el día cuando estaba "en el
Espíritu", es decir, cuando vio la visión registrada en el cp 1. Esta
expresión, que aparece sólo en este lugar de las Escrituras, ha sido
interpretado de varias maneras:
1. El gran día del juicio final.
En el AT (véase Jl. 2:11, 31; Sof. 1:14; Mal. 4:5) y en el NT (1 Ts. 5:2, 2 P.
3:10) "el día de Jehová" se refiere al tiempo cuando Dios destruirá el
pecado y a los pecadores, y liberará a su pueblo. Los abogados de este
punto de vista señalan que el Apocalipsis centra su atención en el 319 gran
día final de Jehová, y en los eventos que lo anteceden. Traducen la frase
gr. en t'´ kuriak'´ h'méra, "en el día del Señor", por "con respecto al día de
Jehová". Sin embargo, la frase griega traducida como "el día de Jehova"
siempre es t' h'méra (tóu) Kuríou (1 Co. 5:5; 2 Co. 1:14; 1 Ts. 5:2; 2 P. 3:10).
Si hubiera sido la intención de Juan señalar que sus visiones tenían quever con acontecimientos relacionados con el gran "día de Jehová", se
podría esperar con cierto fundamento que usara la fraseología corriente de
los escritores bíblicos para ese suceso. Sin embargo, en Ap. 1:1 ya había
anunciado que el panorama de las visiones que había recibido abarcaba
las "cosas que deben suceder pronto". En el v 9 se identifica, da el lugar
donde recibió las visiones y explica por qué estaba allí. Por lógica, se
podría esperar que en el v 10 se dieran más informaciones relacionadas
con la recepción de la visión y no con su contenido. La evidencia textual,
junto con la analogía de la Escritura, parece así eliminar la posibilidad de
aplicar kuriak' h'méra al gran día de Jehová,* al fin de la era evangélica
2. Un aniversario imperial.
Inscripciones y restos de vasijas romanas con grabados de los tiempos
del NT muestran que el adjetivo kuriakós se aplicaba al "tesoro imperial" y
al "servicio imperial", que pertenecían al emperador como "señor" del
imperio. Generalmente se llamaba kúros, "señor", al emperador. En
consecuencia, su tesoro y su servicio eran el "tesoro del señor" y el
"servicio del señor". Por tanto, algunos sugieren que kuriak' h'méra indica
un día imperial, tal vez el del nacimiento del emperador o el aniversario de
su coronación. Sin embargo, no se ha encontrado hasta ahora ningún
ejemplo de su uso para tal expresión. Además, los judíos del s I d.C. y los
cristianos, por lo menos en el s II d.C., rehusaron llamar kúrios al César.
Por ello parecería poco probable que Juan se hubiera referido a un día
imperial como "el día del Señor", especialmente en una época cuando él y
sus hermanos cristianos estaban sufriendo amarga persecución por
rehusarse a adorar al emperador como "señor".
Bib.: FJ-GJ vii. 10. 1; El martirio de Policarpo 8.
3. El Domingo.
Según esta postura, kuriak' h'méra es una designación cristiana para el
1er día de la semana. Sin embargo, no hay evidencia alguna de que los
cristianos de tiempos del NT usaran una sola vez la frase griega para
identificar al domingo, aunque el término kuriak'´ sin h'méra se empleó
algunas veces para designar al domingo en la literatura cristiana posterior.
Los eruditos cristianos conservadores están de acuerdo en que Juan, autor
del Apocalipsis, también escribió el 4o Evangelio más o menos en la
misma época. Sin embargo, en Jn. 20:1 designa al domingo como "el
primer día de la semana", el título corriente que usan todos los otros
escritores del NT. La analogía de la Escritura también está en contra de la
interpretación de kuriak' h'méra como el 1er día de la semana. Un examen
del contexto, hecho sin prejuicios, de los pasajes del NT citados para
apoyar esta interpretación no bíblica nuestra que los textos nada dicen
sobre el tema de un cambio de día de reposo _.4. El sábado.
En Mr, 2:27, 28 nuestro Señor declaró específicamente que él era el "Señor"
del sábado (7o día de la semana). En el 4o mandamiento (Ex. 20:8-11)
Dios especificó el 7o día de la semana como suyo en un sentido especial:
"El séptimo día es reposo [sábado] para Jehová tu Dios" (v 10), y en Is.
58:13 y 14 categóricamente lo llama "mi día santo". La conclusión más
lógica es que con la expresión "día del Señor" Juan estaba identificando al
sábado, 7o día de la semana, como el día en que se le dio la visión
descripta en Ap. 1.


Respuesta  Mensaje 28 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 02:11


Idolatría
(gr. eidçlolatría).
De acuerdo con el uso bíblico, idolatría incluye tanto la adoración de falsos
dioses en diversas formas como la adoración de imágenes como
símbolos de Yahweh. El NT amplia el concepto de idolatría para incluir
prácticas como la glotonería (Fil. 3:19) y actitudes como la codicia (Ef. 5:5),
lo que está en armonía con el énfasis espiritual en el NT.
La idolatría se practicó desde muy temprano en la historia. Los
antepasados inmediatos de Abrahán "servían a dioses extraños" (Jos.
24:2). Los patriarcas se dedicaron a la adoración monoteísta de Jehová,
pero miembros de sus familias fueron influidos a veces por la idolatría (Gn.
31:30, 32-35; 35:1-4). Fue un pecado frecuente en Israel (Dt. 32:16; 2 R.
17:12; Sal. 106:38) y una preocupación más que pasajera en la iglesia
cristiana primitiva (1 Co. 12:2). El paganismo cananeo era popular por
causa de sus bajas normas éticas en contraste con las elevadas de la
religión hebrea, y la religión más exigente a menudo era abandonada por la
adoración más fácil de Baal.El problema de la idolatría era tan grave en la antigüedad que los primeros
2 mandamientos del Decálogo se ocupan en forma muy definida de esta
fase de la vida religiosa (Ex. 20:3-6). Durante el período del éxodo hubo 2
violaciones notables de estos mandamientos: primero fue la adoración del
becerro de oro (cp 32); segundo, la apostasía en Sitim, donde Israel cayó
en las prácticas licenciosas de la idolatría moabita (Nm. 25:1, 2).
Desde la conquista de Canaán hasta la cautividad babilónica, la idolatría
fue una modalidad persistente y desmoralizadora en la experiencia de
Israel. En el período más temprano se repetía una y otra vez este
esquema: Israel caía en la idolatría y era víctima de la agresión (Sal. 106);
luego surgía un juez que lo liberaba y restablecía el culto a Yahweh. La
fluctuación entre la adoración al Dios de Israel y la idolatría prosiguió
durante el tiempo de los reyes, con frecuencia fortalecida por alianzas
políticas y casamientos con paganos (1 R. 11:1-13; etc.). En esos tiempos
la batalla contra los ídolos fue encabezada por profetas: Elías desafió al
idólatra Acab (21:17-27); Amós previno al pueblo de que la cautividad sería
el resultado de la adoración a dioses falsos (Am. 5:1, 26, 27); Oseas
denunció el "becerro de Samaria" (Os. 8:4-6); Isaías ridiculizó la locura de
adorar la obra de las propias manos (Is. 44:9-20); Jeremías predijo el
castigo divino como resultado de la adoración de ídolos (Jer. 7:16-20,
29-34); Ezequiel anunció la desolación del país por causa de la idolatría
(Ez. 6). La repetición de estas advertencias es muy frecuente, lo que indica
la seriedad del problema en tiempos del AT.
Durante el cautiverio, los israelitas aprendieron la lección con respecto a la
idolatría. Su rechazo de las imágenes llegó a ser tan fuerte y duradero que
siglos más tarde consideraron que aun los estandartes romanos los
contaminaban; y hasta llegaron a destruir el águila de oro del templo de
Herodes. Hicieron todo esfuerzo posible por aislarse de cualquier
influencia que pudiera inclinarlos hacia la idolatría. La nueva adoración en
la sinagoga, que era muy común en tiempos del NT, fue una protección
efectiva contra la influencia extranjera. La tendencia anterior de
confraternizar con las naciones vecinas dio lugar a un aislamiento fanático
(Jn. 4:9; Hch. 10:28) que tuvo consecuencias muy negativas.
Los conversos del paganismo en tiempos del NT estaban en constante
peligro de recaer en la idolatría, por lo que hay muchas advertencias contra
ella (1 Co. 5:10, 11; 6:9; 10:7; Ef. 5:5; Ap. 21:8; 22:15; etc.). Uno de los
problemas que más preocuparon sobre el particular fue el comer
alimentos sacrificados a los ídolos. Algunos conversos del paganismo no
podían, con limpia conciencia, hacer uso de ellos. Pablo recomendó que
se los tratara con consideración, y que los cristianos más maduros, para
quienes los ídolos no eran nada 572 y, por lo tanto, el alimento sacrificado
a ellos no tenía ninguna diferencia con los que no lo fueran, no presionaran
las conciencias de aquéllos (1 Co. 8; cf Ro. 14). El genio del judaísmo y del
cristianismo es el monoteísmo ético. La creencia de que "Dios es uno" yque "Dios se interesa por lo que la gente hace" contrasta con el politeísmo
degradado de los siglos.
Bib.: FJ-GJ ii.9.2, 3; FJ-JA xvii.6.2, 3.
Idolo.
Figura, estatua, semejanza, etc., venerada como representación de una
divinidad. Un ídolo, en un sentido amplio, puede ser cualquier objeto
tangible que se adora como un dios, o como símbolo de ese dios.
"Imagen" tiene un sentido un poco más restringido, pues generalmente
designa una semejanza fabricada, que supuestamente "retrata" a la deidad
que representa. En la Biblia se usan estos términos para traducir muchos
vocablos hebreos y griegos, pocos de los cuales corresponden
exactamente a los vocablos españoles. Algunos vocablos bíblicos son
términos que se refieren a la forma o naturaleza del ídolo, o a la manera
en la que se lo hizo; otros representan diversas expresiones de desprecio
por lo absurdo y lo degradado de la idolatría.
Algunos importantes son el: 1. Heb. '
elîl, "nos dios", "nada" (Sal. 96:5; Is.
2:8). 2. Heb. 'eben, "piedra", que designaba el material con que estaban
hechos algunos ídolos. 3. Heb. gillûlîm ("bolitas de estiércol") y '
elîlîm
("diosecillos"), términos de desprecio por los falsos dioses (1 R. 21:26; Ez.
14:3-7). 4. Heb. psîl y pesel, originalmente una imagen de madera tallada,
un ídolo esculpido y, en escritos posteriores, cualquier otro tipo de imagen
(de piedra, arcilla, incluso de fundición; Ex. 20:4; Dt. 7:5; Jue. 3:19, 26; 2 Cr.
33:19; Is. 40:19, 20; 44:9, 10). 5. Heb. tselem, "imagen", "semejanza",
generalmente similar a la palabra española "imagen" (Ez. 23:14; Am. 5:26).
6. Heb. massêkh, ídolo de metal fundido. 7. Heb. t
emûnh, estatua
representativa de un dios calificándolo en alguno de sus atributos. 8. Heb.
t
erfîm, "terafines".* 9. Gr. eídçIon (de la que proviene nuestra palabra
"ídolo"; Hch. 7:41; 1 Co. 12:2; 1 Jn. 5:21). 10. Gr. eikon, "imagen",
"semejanza" (Ro. 1:23; cf su significado básico de "semejanza" en Mt.
22:20; 2 Co. 4:4; etc.; figs 163, 503)

.


Respuesta  Mensaje 29 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 02:21

Inmortalidad después de la segunda venida de Cristo los muertos de Cristo resucitan se van vivos al cielo .
(gr. athanasía, "inmortalidad"; qftharsía, "incorruptibilidad").
Este término ocurre sólo 5 veces en la Biblia; "inmortal" (gr. áfthartos)
aparece 2 veces. Se califica a Dios como inmortal (1 Ti. 1:17; Ro. 1:23) y
como el único que posee inmortalidad (1 Ti. 6:16). Se afirma que el
cristiano que busca inmortalidad (Ro. 2:7), la cual Cristo trajo a la luz a
través del evangelio (2 Ti. 1: 10 ), la recibirá "a la final trompeta" (1 Co.
15:52-54). Es obvio que ninguno de estos pasajes otorga el más mínimoapoyo a la idea ampliamente difundida de que la inmortalidad es inherente
al hombre.
De acuerdo con Gn. 2:7, en la creación, el hombre llegó a ser "un alma
viviente" como resultado de la recepción del aliento de vida que Dios le
impartió. De esta manera queda establecido el principio de que la vida se
derivó del Creador; el corolario de este principio es que la continuidad de la
vida humana está en las manos de Dios. Esta es la base filosófica de la
doctrina bíblica de la resurrección (Dn. 12:2; 1 Co. 15:51-54; 1 Ts. 4:16, 17).
El destino del no redimido no es la inmortalidad en el infierno, sino la no
recepción de la vida eterna. Las Escrituras declaran con respecto al impío:
"De Dios descendió fuego del cielo, y los consumió" (Ap. 20:9). Por
contraste, quien cree en Cristo no perecerá sino que tendrá "vida eterna"
(Jn. 3:16; cf v 36); a la "final trompeta" se vestirá de "inmortalidad" (1 Co.
15:51-53; cf 2 Co. 5:4). Contrariando la doctrina bíblica, a través de los
siglos muchos teólogos han enseñado: el hombre es inherentemente
inmortal. Pero otros han defendido la inmortalidad condicional. Entre
estos está William Temple, último arzobispo de Canterbury, que escribió:
"El hombre no es inmortal por naturaleza o por derecho; pero es
susceptible de inmortalidad y se le ofrece la resurrección de la muerte y la
vida eterna si desea recibirlas de Dios y en los términos divinos". Y Emil
Brunner, de la Universidad de Zurich, declaró: "La opinión de que los
hombres son inmortales porque sus almas son de esencia indestructible,
acaso divina, es definitivamente irreconciliable con la visión bíblica de Dios
y del hombre". Además, el NT dice que el hombre, por su aceptación de
Cristo, puede disfrutar de un goce anticipado de inmortalidad en su
experiencia espiritual de la vida presente. "Y esta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado"
(Jn. 17:3; cf Ro. 6:8; 8:11), La vida eterna, o inmortalidad, es un don de la
gracia de Dios a quienes tienen fe.
La idea de que un "alma" pueda tener existencia consciente separada del
cuerpo, o que posea una esencia inmortal, es totalmente ajena a la Biblia.
Este concepto se originó en las antiguas religiones paganas y los
sistemas filosóficos de Grecia y de Egipto, y no tiene apoyo en los escritos
inspirados. No hay nada en las palabras traducidas como "alma", o en
su uso en la Biblia, que implique ni remotamente una entidad consciente
que sobreviva al cuerpo después de la muerte, o a la que se le atribuya
inmortalidad. En realidad, el NT enseña específicamente que el alma
(psuje) se destruye junto con el cuerpo en el "infierno" (Mt. 10:28). Véase
Alma.
Bib.: William Temple, Nature, Man, and God [Naturaleza, hombre y Dios]
(Nueva York, Macmillan & Co., Ltd., St. Martin's Press, 1949), p 472; Emil
Brunner, Eternal Hope [Esperanza eterna] (Traducido por Harold Knight y
publicado en 1954 por la Westminster Press de Philadelphia), pp 105, 106.


Respuesta  Mensaje 30 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 02:33
     JUA  14:     15 Si me amáis, guardaréis mis mandamientos;

16 y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre,

17 el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros.

18 No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros.

19 Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros si me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis.

20 Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros.

21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.»

22 Le dice Judas - no el Iscariote -: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?»

23 Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.

24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado.

25 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros.   Espíritu Santo
(heb. Rûaj Qôdesh; gr. Pnéuma Háguios [Lc. 11:13; Ef. 1:13; 4:30; 1 Ts.
4:8]; a menudo la palabra pnéuma se usa sin el adjetivo háguios, pero el
contexto con frecuencia indica que se habla del Espíritu Santo [Ro. 8:26; 1 Co.
2:10; 12:4]).
Tercera persona de la Deidad (Mt. 28:19). Las acciones del Espíritu de
Dios son evidentes a través de toda la historia sagrada. Cuando el hombre
se volvió insufriblemente impío, Dios dijo: "No contenderá mi espíritu con el
hombre para siempre" (Gn. 6:3). Se informa que sobre varios hombres "el
Espíritu de Dios vino sobre él" (1 S. 11:6; 19:23; Mr. 12:36; 2 Cr. 15:1; 20:14;
etc.). El salmista reconoció la importancia del Espíritu de Dios en la
experiencia espiritual (Sal. 51:11); también afirmó su omnipresencia (Sal.
139:7-12). Joel profetizó que el Espíritu de Dios sería derramado sobre
toda carne (Jl. 2:28, 29), una promesa que citó Pedro cuando el Espíritu
Santo fue derramado el día del Pentecostés (Hch. 2:17-21). En general, los
escritores del AT comprendieron que el Espíritu de Dios es una fuerza
vitalizadora, sustentadora, 405 estimuladora y capacitadora, identificada
con Dios. Sin embargo, no es hasta los tiempos del NT cuando se observa
un cuadro más claro de la obra y la personalidad del Espíritu Santo. Cristo
enseñó a sus discípulos que el Espíritu Santo les enseñaría y les ayudaría
a recordar las cosas que les había dicho (Jn. 14:26), testificaría de él y lo
glorificaría (15:26; 16:14), convencería a los hombres de pecado y de su
necesidad de justicia (16: 8), y los guiaría a toda la verdad (v 13). Pablo
reveló que el Espíritu intercede por nosotros (Ro. 8:26), mora en nosotros (v
9), nos capacita con diversos dones espirituales (1 Co. 12:4, 8-11, 28; Ef.
4:11) y produce frutos en la vida de los cristianos (Gá. 5:22, 23). Habló del
cuerpo como del templo del Espíritu Santo (1 Co. 6:19), y advirtió contra
contristar al Espíritu Santo con el cual estamos sellados para el día de la
redención (Ef. 4:30).
Existió y existe mucha especulación con respecto a la naturaleza del
Espíritu Santo, pero la revelación ha mantenido bastante silencio sobre el
tema. Queda implícita su personalidad, porque se lo presenta realizando
actos como los de una persona: escudriña, conoce, intercede, ayuda, guía,
convence. Puede ser entristecido, y se te puede mentir y resistir. Se lo
enumera con las otras personas: Dios el Padre y Jesucristo el Hijo, de tal
modo que queda implícito que él también es una persona. Pero con
respecto a su naturaleza esencial, el silencio es oro.
El Espíritu Santo tuvo una parte, misteriosa para nosotros, en la concepción
de Jesús (Mt. 1:18, 20). Elisabet (Lc. 1:41), Zacarías (v 67) y Simeón (2:25,
26) actuaron bajo la influencia del Espíritu Santo. El Espíritu descendió conla forma de una paloma sobre Jesús en ocasión de su bautismo (Mr. 1:10),
y el mismo Espíritu lo condujo al desierto de la tentación (v 12). Se dice
que Jesús fue "lleno del Espíritu Santo" (Lc. 4:1), y Juan el Bautista predijo
que sería bautizado con el Espíritu Santo (Mt. 3:11). Jesús advirtió a los
dirigentes judíos del peligro de blasfemar contra el Espíritu Santo (Mt.
12:32; Mr. 3:29; Lc. 12:10).
Durante su última noche con sus discípulos, Jesús prometió que "otro
Consolador" estaría con sus seguidores para siempre (Jn. 14:16). El
término par, ákl'tos, traducido "Consolador", significa literalmente "llamado
para estar junto a". El Espíritu Santo prometido debía continuar con las
funciones de Jesús en todo el mundo a través de los siglos.
El cumplimiento de la promesa que hizo Jesús acerca del Espíritu Santo
comenzó a ocurrir poco después de su ascensión, como lo revela el libro
de Hechos. El libro se abre con las instrucciones de Jesús a sus
discípulos de testificar por él en todo el mundo después del descenso del
Espíritu Santo sobre ellos (Hch. 1:8; cf Mt. 3:11), lo que sucedió en el
Pentecostés y produjo muchas conversiones (cp 2). Siete diáconos "llenos
del Espíritu Santo" (6:3) fueron escogidos para cuidar de ciertos intereses
de la iglesia naciente. Uno de ellos, Esteban, fue usado por el Espíritu
para hacer una obra poderosa (v 8). Bernabé fue lleno del Espíritu Santo
(11:24).


Respuesta  Mensaje 31 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 02:52
 Arrepentimiento

¿CÓMO SE JUSTIFICARÁ el hombre ante Dios? ¿Cómo se hará justo al pecador? Sólo por medio de Cristo podemos ponemos en armonía con Dios y la santidad; pero, ¿cómo iremos a Cristo? Muchos formulan la misma pregunta que hicieron las multitudes el Día de Pentecostés, cuando, convencidas de su pecado, exclamaron: “¿Qué ha-remos?” La primera palabra de respuesta de Pedro fue: “Arrepentíos”. Poco después, en otra ocasión, dijo: “Arrepentíos y convertios, para que sean bo-rrados vuestros pecados”. 1 CC 21.1

El arrepentimiento incluye tristeza por el pecado y abandono del mismo. No renunciaremos al pecado a menos que veamos su pecaminosidad; mientras no lo repudiemos de corazón, no habrá cambio real en la vida. CC 21.2

Hay muchos que no entienden la verdadera natu-raleza del arrepentimiento. Gran número de personas se entristecen por haber pecado e incluso se reforman exteriormente porque temen que su mala vida les acarree sufrimientos. Pero esto no es arrepentimiento en el sentido bíblico. Lamentan el sufrimiento antes que el pecado. Tal fue el dolor de Esaú cuando vio que había perdido su primogenitura para siempre. Balaam, aterrorizado por el ángel que estaba en su camino con la espada desnuda, reconoció su culpa por temor a perder la vida; pero no experimentó un arrepentimiento genuino por el pecado, ni cambio de propósito, ni aborrecimiento del mal. Judas Iscariote, después de traicionar a su Señor, exclamó: “He peca-do entregando sangre inocente”. 2 CC 21.3

Esta confesión fue arrancada a la fuerza de su alma culpable por un tremendo sentido de conde-nación y una pavorosa expectación de juicio. Las consecuencias que le sobrevendrían lo llenaban de terror, pero no experimentó profundo quebranta-miento de corazón, ni dolor en su alma, por haber traicionado al inmaculado Hijo de Dios y negado al Santo de Israel. Cuando Faraón sufría bajo los juicios de Dios, reconocía su pecado para escapar del castigo, pero volvía a desafiar al Cielo tan pronto como cesaban las plagas. Todos éstos lamentaban los resultados del pecado, pero no sentían tristeza por el pecado mismo. CC 22.1

Pero cuando el corazón cede a la influencia del Espíritu de Dios, la conciencia se vivifica y el peca-dor discierne algo de la profundidad y santidad de la sagrada ley de Dios, fundamento de su gobierno en los cielos y en la Tierra. “La luz verdadera que ilumi-na a todo hombre que viene a este mundo” 3 ilumina las cámaras secretas del ser y se manifiestan las ocul-tas cosas de las tinieblas. La convicción se posesiona de la mente y el corazón. Entonces el pecador tiene conciencia de la justicia de Jehová y siente terror de aparecer en su iniquidad e impureza delante del Escudriñador de los corazones. Ve el amor de Dios, la belleza de la santidad y el gozo de la pureza; ansia ser limpiado y restituido a la comunión con el Cielo. CC 22.2

La oración de David después de su caída ilustra la naturaleza del verdadero dolor por el pecado. Su arrepentimiento fue sincero y profundo. No hizo ningún esfuerzo por mitigar su culpabilidad; ningún deseo para escapar del juicio que lo amenazaba inspiró su oración. David vio la enormidad de su transgresión; vio las manchas de su alma; aborreció su pecado. No imploró solamente por perdón, sino también por pureza de corazón. Deseó tener el gozo de la santidad: ser restituido a la armonía y comunión con Dios. Este fue el lenguaje de su alma: CC 23.1

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño”. 4
“Ten piedad de mí, Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones...
Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí...
Purifícame con hisopo y seré limpio, lávame y seré más blanco que la nieve...
¡Crea en mí, Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí!
No me eches de delante de ti y quites de mí tu santo Espíritu.
Devuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente...
Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación, cantará mi lengua tu justicia”. 5
 CC 23.2

Efectuar un arrepentimiento como éste está más allá del alcance de nuestro propio poder; sólo se lo obtiene de Cristo, quien ascendió a lo alto y ha dado dones a los hombres. 

Arrepentimiento
(heb. generalmente njam,"sentir pesar [disgusto]", "estar triste", "consolarse";
también nôjam, "arrepentirse", y shûb, "volver[se]", "retornar"; gr. metanoéç,
"cambiar de opinión [mente, dirección]", "sentir remordimiento", "arrepentirse",
"convertirse"; y metánoia, "cambio de opinión [mente, dirección]",
"arrepentimiento", "conversión").
Como término teológico es el acto de abandonar el pecado, aceptar el
gratuito don de Dios de la salvación e iniciar el compañerismo con Dios. El
verdadero arrepentimiento implica un cambio radical en la actitud hacia el
pecado y hacia Dios. Es su generosa bondad la que lleva a los hombres al
arrepentimiento (Ro. 2:4), operando en ellos "el querer como el hacer" (Fil.
2:13). Está precedido por la convicción del Espíritu Santo que impresiona
el corazón del pecador con la infinita justicia de Dios y su condición perdida
(cf Is. 6:5; Hch. 2:37). A la convicción sigue la contrición, y un
reconocimiento interior de nuestra necesidad de la gracia divina, unida a
una disposición de permitir que Dios obre su justicia en nuestra vida (cf
Sal. 34:18; 51:17; Is. 57:15; 66:2). El arrepentimiento se integra a la
conversión y en ésta alcanza su culminación (Hch. 3:19).
Arrepentirse se usa también con el matiz no teológico de "cambiar de
opinión", "lamentar". En este sentido se habla de que Dios se "arrepiente"
de algo (Gn. 6:6; 1 S. 15:11; Jer. 18:8; etc.). El no cambia su propósito, pero
el hombre, como ser moralmente libre, puede revertir el resultado de la
intención de Dios



Respuesta  Mensaje 32 de 62 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 19/04/2022 03:07

Armagedón es  Los que tienen la marca de la bestia catecismo papado irán contra el pueblo de Cristo del sábado 
(gr. Harmaguedon; transliteración compuesta del heb.).
Las opiniones difieren acerca de cuáles son las palabras hebreas que
representa la transliteración griega. De modo que, antes de pasar a
desarrollar el artículo, veremos las variantes etimológicas del término. El
1er componente, Har-, en hebreo significa "montaña"; o si es una
transliteración del heb. {r o {îr, significaría "ciudad". El 2º componente,
-maguedon, puede provenir del heb. Megiddô o Megiddôn (1 R. 9:15; 2 Cr.
35:22; Zac. 12:11), la ciudad de Meguido (por tanto, "montaña de Meguido").
O posiblemente (aunque es más improbable) de mô{êd, palabra que
comúnmente se usa en el AT para "reunión" (Ex. 27:21; etc.), "compañía" o
"lugar de reunión" (Lm. 1:15; 2:6). En Is. 14:13 Har-mô{êd se traduce como
"monte de la reunión"(BJ) o "monte de la asamblea"(NBE), y designa la
colina sobre la que el "rey de Babilonia" aspiraba a sentarse. Meguido
recordaría la dramática victoria de Israel sobre los cananeos junto a las
aguas de Meguido (Jue. 5:19).
En el uso popular moderno, "Armagedón" designa cualquier gran conflicto
militar que involucra a las naciones de la tierra, generalmente sinreferencias al contexto del término en la profecía bíblica. En el uso bíblico,
es designación críptica del campo de batalla en que los reyes de la tierra
serán congregados para "la batalla de aquel gran día del Dios
Todopoderoso" (Ap. 16:14, 16). El secamiento del "Eufrates" y la reunión de
las naciones en "Armagedón" ocurren bajo la penúltima de las 7 plagas
finales (vs 12, 16; cf 17:16). Esos acontecimientos son el resultado del
derramamiento de la 6ª copa y las actividades obradoras de milagros de
los "tres espíritus inmundos a manera de ranas" (el dragón, la bestia y al
falso profeta; 16:12-14). Que no se mencionen peleas en la "batalla de
aquel gran día del Dios Todopoderoso", implica que ésta ocurre más tarde
(durante la 7ª plaga, bajo la cual la "gran Babilonia" recibe "el cáliz del vino
del ardor de su ira [de Dios]"; v 19). Además, que la Babilonia antigua
estaba situada sobre el río Eufrates implica una relación estrecha, en la
simbología apocalíptica, entre el Eufrates de la 6ª plaga y la ciudad de
Babilonia en la 7ª. Por el contexto, los vs 16 y 17 implican que tan pronto
como las naciones se reúnen en "Armagedón", el 7º ángel derrama su
copa y se pronuncia el decreto "Consumado es" desde el trono de Dios (v
17). Con la reunión de las naciones en Armagedón, la rebelión sobre la
tierra alcanza su clímax y Dios interviene para ejecutar el "furor de su ira"
sobre la Babilonia apóstata y para liberar a su propio pueblo los que tendrán la marca de la bestia los impíos (16:19; 17:14;
18:20; 19:2).
La gran batalla del día de Dios se describe con más detalles en Ap.
17:11-18 y 19:11-21. En el cp 17 se representa a los reyes de la tierra
como aliados de Babilonia la grande en su obra de perseguir a los santos y EXTERMINARLOS  con el decreto de muerte inquisición mundial 
(vs 1-6, 12, 13), pero de esa manera están peleando "contra el Cordero" en
su papel de "Rey de reyes y Señor de señores " (v 14; cf 19:16). Como tal,
domina a la coalición de reyes, quienes, dándose cuenta de su derrota
(17:14), se vuelven contra Babilonia y la destruyen (vs 16, 17). Juan
presenta una descripción muy figurativa de este evento en el cp 18:4-24.
Un canto de victoria sobre Babilonia ocupa los versículos iniciales del cp
19. Entonces Cristo toma el reino y se consuman "las bodas del Cordero"
figuradas (vs 7-10). En los vs 11-21 se presenta el papel de Cristo en esta
última gran batalla como "Rey de reyes y Señor de señores" (v 16). Sale del
cielo para "herir... a las naciones... con vara de hierro" y para "pisar el lagar
del vino del furor y de la ira de Dios" (v 15). En el v 19 -como en los cps
16:13-16 y 17:12-14- los reyes de la tierra son "reunidos para guerrear"
contra Cristo, pero sufren una derrota (19:19-21). El terror espantoso de
estos "reyes" al encontrarse cara a cara con "el que está sentado en el
trono", se describe en forma gráfica en 6:15-17, donde Cristo es llamado
otra vez "el Cordero", y la ocasión, "el gran día de su ira".
Como ocurre con los símbolos en general en el Apocalipsis, el lenguaje
figurado asociado con la "batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso"
(Ap. 16:12-16) se basa en paralelos históricos del AT que describen la
antigua Babilonia* como la opresora más destacada del pueblo escogido
de Dios (Jer. 50:11; etc.). Así como en los tiempos antiguos la ciudad literalde Babilonia "estaba sentada" sobre las aguas del río Eufrates (Jer. 51:12,
13, 63, 64), así la Babilonia mística, "aquella gran ciudad", se sienta sobre
"muchas aguas" (Ap. 17:1), las que se identifican en el v 15 como "pueblos,
muchedumbres, naciones y lenguas" (véanse los vs 1, 2, 18; cf 16:12, 19).
Así como la antigua Babilonia persiguió al pueblo de Dios, la mística
"Babilonia la grande" es descripta como "embriagada con la sangre de los
santos, y con la sangre de los 98 mártires de Jesús" (17:6). Así como en lo
antiguo "Jehová de los ejércitos" reunió a las naciones de la tierra como
"los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra" de Babilonia en "el
día de Jehová" (ls. 13:4-22; cf Jer. 25:32-38), y levantó "contra Babilonia
reunión de grandes pueblos" que se prepararon contra ella (Jer. 50:9), así
en el Apocalipsis son las naciones de la tierra las que cumplen el decreto
de venganza de Dios contra la Babilonia mística (Ap. 16:13-16; cf 17:12-17;
19:2; cf vs 18-21). En forma similar, sin duda alguna, el secamiento
figurado del Eufrates (16:12) se basa en la descripción profético de Ciro
-como el "siervo" de Dios- que secó el río Eufrates literal para poder tomar
la ciudad de Babilonia y liberar al pueblo de Dios de su cautividad (Is.
44:26-45:13; CBA 7:843, 844, 855-861,879-882).






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