OLVIDAR Y NO OLVIDAR
Más valiera olvidar, amigo mío. ¡Feliz del infeliz si la memoria fuera un cristal que no dejara historia, todo desvaneciéndose al pasar!
Sí, mejor olvidar, porque un recuerdo semeja siempre una ilusión perdida, una estrella brillante obscurecida por las sombras del tiempo y del pesar.
Mas no olvidemos, no: que para el alma templada en el dolor, su dolor mismo no es de amarguras insondable abismo, es de esperanzas refulgente luz.
Y siendo aquí de nuestra triste vida dolor profundo en realidad la esencia, no olvidar es tal vez de la existencia el don más bello, la divina cruz.
Elvira Antommarchi (colombiana)
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