Cuando tenemos que tomar una decisión, muchas veces subestimamos

el tiempo  que necesitamos para culminar un trabajo o un proceso de

vida por el que estamos atravesando, y pensamos  que nos sobrará el tiempo

y otras veces sobreestimamos el tiempo que tenemos  en el presente y queremos

abarcar demasiados objetivos.   Esto sucede porque no nos damos cuenta 

ni somos cosncientes que las elecciones del momento presente  tienen consecuencias

en el futuro y entonces más  o menos tarde en la vida vemos 

que nos equivocamos o que no fuimos certeros en el

momento de elegir una u otras opciones.

Nuestras decisiones operan de forma inconsciente, quizás desde lo que

comemos hasta lo que creemos, porque dependen de nuestra ley interna

o sistema de creencias. Por ello muchas personas no se dan el derecho

a elegir y siempre hacen lo mismo,  por lo que  tienen siempre los mismos

resultados. Y sufren. Y no entienden, creen que es su destino.

 Todos y cada uno de nosotros pasamos en  nuestra vida teniendo que tomar

decisiones. Algunas decisiones tienen una  importancia relativa

mientras que otras son  cruciales, por eso es necesario pensar

bien antes de actuar y ser dueños conscientemente de nuestros actos

tomando buenas  decisiones, pese a quien le pese.

Tomar una decisión es un acto de libertad y también es un acto de fe

porque si creemos en nosotros mismos no tenemos miedo a equivocarnos

y si nos equivocamos no lo vemos como un error,  sino como un

necesario aprendizaje en nuestro camino hacia la evolución

personal  y plenitud en nuestras vidas.

Dejar de lado los pensamientos negativos y empezar a pensar en positivo

es una forma de cambiar de adentro hacia fuera y es una  herramienta

invaluable a la hora de decidir crear  nuestro futuro porque no existen

las malas decisiones cuando se tiene certeza que estamos  en el camino

correcto y que   lo que hacemos está en consonancia con lo que pensamos

y que lo que hacemos es una elección propia que nada tiene que ver

con los resultados que obtenemos, sino con la creencia que fuera

cual fuera la situación que debemos afrontar, seremos capaces de

solucionarla satisfactoriamente y de acuerdo a

nuestro buen sentir y pensar.

Entonces,  que vamos a temer. 

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