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LA SÁBANA SANTA . TODO SOBRE LA RELIQUIA: SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA - II.
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: IGNACIOAL  (Mensaje original) Enviado: 19/11/2010 09:58

SOBRE LA AUTENTICIDAD DE LA SÁBANA SANTA (II)

En el capitulo anterior recogíamos los datos resultantes de la aplicación de la técnica del Carbono 14 a la Sindone y como estos no son tan decisivos como algunos piensan. En este vamos a centrarnos en puntos que prueban, a mi entender, que el lienzo de Turín no se trata de una falsificación.

2. Pruebas a favor de la autenticidad.

2.1. El hombre de la Sábana Santa. Dígase lo que se diga, y como iremos viendo, los detalles del hombre de la Sábana Santa son realmente impresionantes, no ya a la luz de la ciencia medieval sino de la actual. La persona que aparece en el lienzo mediría 1,80 metros y pesaría unos 80 kg. Está desnudo, tiene los brazos cruzados y unidos por las manos a nivel del pubis. Su rostro muestra un importante castigo, la nariz está hinchada y pequeños regueros de sangre surcan su frente distribuyéndose también en “manchas” de distinto tamaño por el resto del cuerpo. Amen de una gran herida en el costado derecho. Tiene barba, bigote y el cabello muy largo. Este, es cierto, cae un poco artificial (verticalmente), quizás porque le pusieron un pañolón debajo de la mandíbula y que ataron por encima de la cabeza para evitar que el maxilar inferior se desencajase. Una teoría muy sugerente es que se debiera a un sudario que, ya en la cruz, pusieron en su cabeza y lo mantuvieron anudado para que la sangre (donde está el alma para los judíos) no se perdiese (¿El Sudario de Oviedo?). Hay otros estudios que apuntan a que llevase el pelo recogido y trenzado (figura 12).


El doctor Hermosilla facilita diversos datos antropométricos recogidos por distintos autores, entre ellos los de Paricio Fontiñan; este señala por ejemplo que el color de la piel sería muy blanca, los ojos grandes y transversos, el cabello negro, la barba muy cerrada, los pies largos y planos de primer grado, etc. En base a estos datos se han realizado diversas aproximaciones de cómo sería el rostro de este hombre. Los más conocidos son los de Brunel que nos lo muestra en la paz de su muerte, el del armenio Aggemian que lo representa vivo o las interpretaciones Ricci apareciendo al poco de fallecer (figura 13).


Más recientemente Mattei y, sobre todo, nuestro entrañable amigo Miñarro, con las ultimas tecnologías a su alcance, ha realizado estudios muy encomiables y de gran verisimilitud (figura 14).


Y para finalizar este apartado, el pintor Trigueros nos da su genial visión hiperrealista del hombre y del lienzo (figura 15).


2.2. Un negativo fotográfico. En 1898, con motivo de la boda del futuro Víctor Manuel III y coincidiendo con una ostensión de la reliquia, Secondo Pía, abogado turinés y aficionado a lo que entonces hacia furor, fue autorizado a fotografiar el lienzo (figura 16).


Sorprendentemente observó que, salvo la sangre, la imagen era un negativo y en el cliché lo que aparecía, excepto dicha sangre, era un positivo. Cuando reveló su descubrimiento, pocos le creyeron y la mayoría le acusaron de fraude (figura 17).



Pasaron muchos años hasta que en 1931, un fotógrafo profesional, Giuseppe Enrie, corroborase este hallazgo. Desde entonces nadie duda que la imagen grabada en la Sindone es un negativo fotográfico, otra cosa diferente es que existan varias teorías, sin ninguna base científica, para explicar este fenómeno. Lo realmente cierto es que no hay otra imagen igual en el mundo, esto no ha ocurrido de forma natural. Y claro eso duele.
Primera sorpresa ¿Quién pudo hacer un negativo óptico perfecto siglos antes de descubrirse la fotografía?¿Con qué objeto, si nadie, incluido el propio autor, podía comprobar el resultado de su obra ¿Porqué no repitió el truco?

2.3. Palinología. Es la ciencia que se encarga de la identificación de los pólenes, además, estudiándolos sobre un determinado objeto permite conocer los lugares en los que ha estado. Para esto hay que tener en cuenta que el 95% de los pólenes, aún en condiciones extremas de fuerte viento, se desplazan un máximo de 400 metros y el otro 5% pueden llegar hasta los 30 kilómetros. El 21 de diciembre de 1973, Max Frei, un afamado científico suizo y no un funcionario gris como algunos dicen, recibió la autorización para recoger, con cintas adhesivas transparentes, pólenes del lienzo (figura 18).


Frei se equivocó al considerar como verdaderos unos supuestos diarios de Hitler, con ello algunos han pretendido rebajar su categoría de hombre de ciencia. No es cierto, errar es de humano, pero su currículum es muy importante: fundó y dirigió el laboratorio de la policía criminal suiza de Neufchtel, la policía alemana le encargó la creación de los laboratorios de Hiltrup, la ONU le encomendó investigar la misteriosa muerte de su secretario general Dag Hammarshölh, contribuyó al fin de las Brigadas Rojas al encontrar unos pólenes en sus armas y determinando los lugares donde estuvieron, etc. Durante 9 años llevó a cabo sus estudios microscópicos llegando a identificar 57 de estos pequeños corpúsculos. Pertenecían a plantas abundantes, y hasta específicas o endémicas, de determinadas zonas geográficas, esto le permitió aventurar cuál había sido el recorrido histórico de la Sindone (figura 19).


Destacan pólenes muy exclusivos del Neguev, Mar Muerto, región de Urfa (Edesa), alrededores de Constantinopla, Francia e Italia. No es cierto, como dicen algunos, que nadie haya corroborado los estudios de Max Frei. Se trata, como en tanto de lo que se escribe sobre la Sábana Santa, de una autentica falsedad interesada. Pasados unos años de su muerte, acaecida el 15 de enero de 1983, en 1988, toda la colección de sus muestras pasó al ASSIT y Paul C. Maloney, arqueólogo y director de dicha asociación, ha dado a conocer algunas actualizaciones significativas sobre el tema ya que Frei estaba trabajando en la identificación de 19 nuevas especies. Además, sometió los trabajos del suizo al juicio de Aarón Horowitz, un palinólogo israelí, que ha corroborado el aspecto polínico encontrado en la Sindone en lo referente a Israel y el norte de África. En 1997, Avinoan Danin, Catedrático de Botánica de la Universidad Hebrea de Jerusalén, también, trabajando en este caso con muestras que la esposa de Frei guardaba, ha encontrado pólenes de 28 especies que confirman un itinerario a través del Neguev y hasta las altiplanicies del Líbano, sobre todo este investigador detecta dos tipos de pólenes de plantas muy endémicas de la zona, tal como se observa en la figura 20: Gundelia tournefortii y Zygophyllun dumosun. Muchos de estos pólenes hallados pertenecen a plantas de floración primaveral y, según Dahl, probablemente algunos provengan de flores usadas en rituales litúrgicos sobre el lienzo.


Segunda sorpresa. Todos los datos reseñados pueden hacernos pensar que el hipotético falsificador del siglo XIV esparciría, sin poderlos observar al microscopio, por tanto sin saber lo que eran y de que plantas procedían, pólenes de distintas zonas bíblicas para reafirmar la autenticidad del lino o bien trajo el lienzo a Europa desde Palestina ya “contaminado” de los pólenes que necesitaba para reforzar su tesis de crear una reliquia fraudulenta, con idénticos problemas a los ya señalados. A todas luces difícil e imposible tarea.

2.4. Tridimensionalidad. Jackson y Jumper, católico y no católico respectivamente, en 1978, formando parte del STURP (siglas en inglés de un grupo de trabajo formado por numerosos científicos multidisciplinares, “Shroud of Turín Research Project”) y utilizando lo que entonces era un sofisticado equipo y el analizador de imágenes VP-8, demostraron que fotografías recientes del hombre de la Sábana Santa mostraban una tridimensionalidad manifiesta (figura 21).


Estos resultados han sido corroborados por diversos investigadores de prestigio, pero negados por otros. Este segundo grupo se basa en que los investigadores de 1978 y todos los que han confirmado posteriormente sus trabajos habrían cometido un fraude para conseguir tal efecto. Empleemos como siempre el sentido común en los estudios de la Sábana Santa. En un grupo de más de 30 científicos y los que le siguieron ¿se puede comprender que se cometiera tal fraude y nadie hablase del mismo? Unos medios de comunicación como los estadounidenses ¿no hubiesen escarbado en tal asunto hasta encontrar la supuesta mentira? ¿Por qué no lo hicieron? Simplemente porque es verdad ¿Y por qué tanto interés en negar que la tridimensionalidad sea cierta? Pues porque esto significaría que el lienzo envolvió un cuerpo y que el negativo de Turín tiene una luminosidad distinta en sus diversas zonas, la cual depende de la distancia del cuerpo al lienzo en proporción inversa: cuanto menor distancia más luminosidad y viceversa (figura 22).


Con un cliché normal esto no ocurre y se formaría una imagen irreal porque el grado de luminosidad no tiene nada que ver con la distancia a la lente (figura 23).


Claro si envolvió a un cadáver y luego este desapareció dejando una huella, pues es como decir que “algo raro sucedió” ¿La resurrección quizás? Y eso, no me lo neguéis, cuesta admitirlo. Es tanto como decir que nuestra religión es autentica y nuestras creencias no son utópicas. Difícil de digerir por algunos….
Tercera sorpresa. La imagen es tridimensional, aunque algunos se empeñen en lo contrario. Y por tanto bajo el lienzo hubo un cadáver ¿Qué falsificador de los siglos Xlll o XlV podría haber dotado a la Sábana esta característica?

2.5. Tejido, color y superficialidad. El tejido de la Sábana Santa es de una textura llamada de “espina de pescador” o en “espiga”. Es una sarga a cuatro. Fue confeccionado en un telar con lino hilado a mano. Es de alta calidad lo que prueba que fue adquirido por alguien pudiente (¿José de Arimatea o Nicodemo?). Entre sus fibras hay trazas de algodón y ya que este no se cultivaba en Europa a principios de nuestra era, ha hecho pensar a muchos que tuvo que fabricarse en Oriente. Esto sería cierto si hubiese sido tejido en el siglo I, no si lo fue en la Edad Media ya que en esa época el algodón sí había llegado a nuestro continente.
Las “manchas” que componen la imagen son de dos tipos y colores distintos: a) las del cuerpo o impronta son de un color amarillento que difiere del de la tela del fondo sólo por su mayor intensidad y b) las de la sangre que, sorprendentemente, aparecen rojizas. La figura se caracteriza por estar grabada muy superficialmente. Un hilo de lino está formado por 100 ó 200 fibras y la imagen sólo afecta en profundidad a las dos o tres primeras. Según los científicos del STURP, la imagen está formada por la decoloración de las fibrillas que constituyen cada hilo de la trama. Dicha decoloración se ha originado por deshidratación: el color amarillento que presenta es análogo al que se produce sobre una tela blanca al dejar sobre ella una plancha caliente. La excepción, como decía, la constituye la sangre que si se acumula en las hendiduras del tejido penetrando hasta su revés. Como parece que impregnó el tejido por contacto directo y cuyas fibras la absorbieron, ha permitido a algunos emitir la hipótesis, de que fue aplicada posteriormente al resto de la impronta. Pero es precisamente lo contrario. Debajo de la sangre no hay nada, solo tela, es decir que el supuesto falsificador, puso primero esta y después la imagen (figuras 24 y 25). Difícil, muy difícil de realizar y además con enorme tino.



Cuarta sorpresa. Dos tipos de imágenes: una muy superficial, la impronta, y otra que atraviesa el lienzo, la sangre puesta antes de la anterior ¿Cómo pudo hacer esto un supuesto falsificador medieval?

2.6. Estudios hematológicos. En 1978, Heller y Adler, que formaban parte del STURP, demostraron lo que se sospechaba desde hacía tiempo: las manchas que parecían sangre humana, realmente lo eran. Diversas experiencias han permitido detectar hematíes, metahemoglobina, hematoporfirina, proteínas, albúmina, etc. Además curiosamente conserva una cierta tonalidad rojiza difícil de explicar cuando esta se seca, ya que lo normal sería que apareciese negruzca. Un razonamiento sugerente podría ser el siguiente: en un individuo traumatizado se produce una hemólisis importante, la hemoglobina liberada en grandes cantidades llega al hígado convirtiéndose rápidamente en bilirrubina que descargada en elevadas concentraciones de nuevo a la circulación sanguínea, mezclándose con la metahemoglobina, proporcionando ese color tan vivo. En 1981, Bollone, profesor de Medicina Legal de Turín, usando anticuerpos fluorescentes, llegó a determinar el grupo sanguíneo: AB (poco habitual en la población mundial). Además, estudiando otros antígenos de las membranas de los hematíes observó que pertenecían a los llamados M, N y S (figura 26).



Esto viene a señalar que se ha encontrado un gran parecido entre los contenidos sanguíneos del hombre de la Sindone con los de los hebreos y yemeníes actuales, comunidades que han mantenido un cierto aislamiento. Pero es que la sangre está puesta anatómicamente donde debe, en función de si es venosa o arterial. Sin embargo la única forma de asegurar completamente esta aseveración es detectar la presión de oxigeno: menor en la primera y mayor en la segunda. Y esto evidentemente no ha podido demostrarse en el hombre de la Sábana Santa, que es un cadáver y solo disponemos de un lienzo. Los defensores de su autenticidad tratan de aplicar otros criterios difíciles de comprobar científicamente como los distintos tiempos de coagulación. Pero sí existe un detalle de gran importancia. Se detecta sangre pre y postmortem. El ejemplo más representativo de esta última es la herida del costado derecho. En ella se observa “agua” que no es tal si no el suero resultante de la sedimentación sanguínea existente en la aurícula derecha y presente en cadáveres recientes (figura 27).Es decir que el hombre de la Sindone estaba muerto cuando se le introdujo la lanza.


Quinta sorpresa. En el hombre de la Sábana Santa hay un tipo de sangre raro en la población mundial (AB, MNS) que sigue rojiza en la actualidad. Esta es pre y postmortem ¿Cómo lo hizo el supuesto falsificador medieval? ¿Como era posible que tuviese semejantes conocimientos?

2.7. El Codex Pray.
También es muy interesante la información que proporciona este Códice. Se trata de un manuscrito que, datado entre 1150 y 1195, se conserva en la Biblioteca Nacional Húngara de Budapest. Parece ser que en 1150 una misión diplomática húngara marchó a Constantinopla a solicitar la mano de la hija del emperador bizantino, Manuel II Comneno, para el príncipe heredero Bela de Hungría. Alguno de los enviados tuvo que ver la Sindone y la dibujó en la miniatura del Códice (figura 28).



Dos imágenes son particularmente importantes. Una representa la unción de Cristo descendido de la cruz, está desnudo, con las muñecas cruzadas y las manos, que cubren el bajo vientre, tienen cuatro dedos (vease después). En la otra se observa la llegada de unas mujeres al sepulcro y un ángel que les muestra el sudario vacío, señalándole una zona del lienzo, con las características conocidas de la tela, que parece como si hubiese sufrido algún tipo de deterioro, quizás fue debido un incendio anterior al siglo XII. Esto atestiguaría que la Sábana Santa ya existía en esa época y que por esas fechas tuvo que sufrir alguna restauración.
Sexta sorpresa. Hay en Hungría un Códice, datado antes del tiempo que proporciona la prueba del C14, que muestra un enorme parecido con lo que se observa en la Sábana Santa. Esto prueba, sin ningún género de dudas, su existencia anterior.

2.8. La Pasión de Cristo. La Sábana Santa es un autentico tratado médico con visión del siglo XXI y ni mucho menos con la de la Edad Media. En ella aparecen reflejados hechos fisiopatologicos que no podían ser conocidos en esa época. No voy a entrar en detalles de estos aspectos que han sido descritos en esta página de forma magistral. Solo lo haré en lo que aparece reflejado en el lienzo. Veamos:

La hematohidrosis o sudor de sangre. El profesor Tamburelli ha encontrado huellas de la misma en el hombre de la Sindone y no somos nadie para rebatirle. Pero pensamos que es muy difícil distinguir esta de otras lesiones posteriores que la enmascararían. En cualquier caso esta se produjo y en las figura 29 y 30 se recogen, respectivamente, su mecanismo fisiopatologíco y posibles consecuencias en el hombre de la Sábana Santa, aunque como digo el rostro ensangrentado es más lógico que tenga otros orígenes que después comentaremos.




Primeros golpes. Bien en el trayecto del Monte de los Olivos al palacio de Anas, Caifás, Pilatos, Herodes o posteriormente, el hombre del lienzo de Turín recibe golpes y diversas vejaciones. Eso está perfectamente reflejado en la Sábana Santa (figura 31).


La flagelación. Sus señales son evidentes, aparecen sobre todo en la espalda y piernas y menos en tórax y abdomen para evitar lesiones que podrían haber afectado a órganos vitales (corazón, pulmón e hígado) y conducir a la muerte del condenado. Es una flagelación sistemática romana y por tanto con más de 60 golpes (Monseñor Ricci, cuenta 120) (figura 32).


La coronación de espinas. Más de 40 heridas punzantes recorren el cuero el cuero cabelludo. La corona como sabéis tenía forma de casquete y sus efectos se ven tanto en el hombre de la Sábana tanto en la nuca como en la frente (figura 33).


Camino del Calvario. Jesús porta solo el patibulum y las señales han quedado marcadas a nivel de los omoplatos. Pero el peso del mismo y los sufrimientos anteriores, le hacen caer varias veces, aplastándose el rostro y las rodillas impactan contra el suelo clavándose multitud de guijarros. Todo esto se observa en la imagen de la Sindone (figuras 34).


La crucifixión. Primero hay destacar las huellas de los clavos. Particularmente son visibles los que entraron por la articulación radiocubital inferior. En los pies, el derecho, por debajo del izquierdo y clavado directamente, muestra mucha más sangre (solo se usó un solo clavo). Como además Jesús se asfixiaba, apoyándose en el patibulum, realizaba movimientos para expirar e inspirar, esto se traduce en tres hechos significativos: a) que la sangre, debido a su posición en la cruz, chorreaba por los brazos, b) que la espalda rozaba con el madero dejando en ella su rastro y c) que a cada movimiento los clavos de las muñecas rozaban el nervio mediano, sensitivo y motor, lo que produce la abducción del pulgar (manos de cuatro dedos, recuérdese el Codex Pray) (figuras 35 y 36)



La lanzada. Jesús murió relativamente pronto y no hubo necesidad de practicarle el crurifragium (fractura de la tibia y peroné), práctica habitual para acortar la agonía y producir una muerte rápida. La lanzada fue pues la certificación legal de la misma (figura 37).


Jesús ya estaba muerto, lo contrario hubiese supuesto que la herida se habría abierto y se desgarrara la carne. Y esto no se observa en el hombre de la Sábana Santa. Ya en la figura 27 se vio la huella que dejo la lanzada, como manó sangre y “agua”, y su trayectoria por el costado derecho que no era casualidad. Los romanos, profesionales de la guerra, practicaban esta herida mortal teniendo en cuenta que el enemigo se solía cubrir el lado del corazón (el izquierdo) instintivamente con el escudo.

Traslado al sepulcro. Por la postura del cadáver durante el mismo, la sangre que fluye de tantas y tantas heridas se desplaza por inercia a la zona de la cintura (figura 38).


Pero es que además en el talón del pie izquierdo se reconoce la huella de la mano de quien trasladó a Jesús al sepulcro (figura 39).


Rigidez cadaverica. Dejemos que esta vez “hablen” las imágenes y no las palabras, véase pues la figura 40. Parece claro: Jésus estaba muerto. El que luego se apareciese vivo, ya es otra historia.


Séptima sorpresa. Detalles y más detalles médicos, a todas luces, imposibles de ser conocidos por un supuesto falsificador medieval. Algunos conocimientos sobre ellos nos han llegado en los últimos tiempos e incluso a día de hoy no les encontramos explicación científica. Además en la Sábana Santa aparecen aspectos que, por mucho que se quiera, por mucho que se diga, no pudieron ser plasmados por mano humana.

Vosotros, mis amigos de esta Comunidad, tenéis la última palabra: ¿creéis que el hombre de la Sábana Santa fue Jesús, como se me escapa en este relato algunas veces? Espero no haberos cansado en exceso y si no es así, os espero en la tercera y cuarta entrega dedicadas, respectivamente, a como pudo surgir la imagen y a la historia, la leyenda y la tradición que existe alrededor de la Sindone.

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JOSÉ LIÉBANA UREÑA

Continuará ...


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