La bruja Anacleta que perdió su escoba, 
siempre vive en huelga y con cara de boba.
La bruja Benita que es muy mandona,
secunda la huelga desde su poltrona.
El brujo Martín, fino y elegante, 
ya colgó su escoba en el viejo estante. 
Y Aníbal, el brujo del vestido roto, 
ya no tiene escoba porque monta en moto.
Las brujas suspenden todas sus tareas, 
las brujas gorditas y las brujas feas.
La huelga es total, ninguna trabaja
ni la bruja alta ni la bruja baja.
 
Haciendo gran bulla salen esta noche
y de sus embrujos no harán derroche. 
Saldrán sin escoba y sin su caldero, 
sin el gato negro y el alto sombrero.
Esta noche clara contarán estrellas 
las brujas chifladas y las brujas bellas. 
Los brujos gentiles y los brujos raros 
brindarán alegres con vinos muy caros.
Esta noche clara con la luna inmensa 
hay huelga de brujas, lo dice la prensa.
Piden al gobierno del mundo encantado
un mejor salario, bien remunerado.
Terminó la huelga de escobas paradas 
con todas las brujas cantando sentadas, 
porque consiguieron de la dirección 
una buena paga con magia a montón.