EN NUESTRO APOSENTO

"Seis días después Jesús los llevó aparte a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol".
San Mateo 17:1 y 2

Dios nos lleva aparte para hablarnos íntimamente. Es en esa intimidad, al igual que cuando los esposos cierran la puerta de su aposento, donde se desarrollan dialogos que solamente lo saben los involucrados. 

Los días que dedicamos al ayuno y a la oración son muy especiales. Todos unánimes en espíritu aunque separados físicamente estamos rogando, intercediendo, clamando al Señor.

Jesús llevó a Sus discípulos "aparte" para revelarse a ellos, para mostrarles Su gloria e iluminarles con Su luz.

Tomemos tiempo hoy para apartarnos con Jesús y subir la cuesta por medio de la oración. Orar, es muchas veces, como escalar un cerro.

Dejemos algo de lado, dejémoslo para más tarde, y subamos al monte alto, elevemos nuestro ser al Señor y veremos Su gloria, contemplaremos Su grandeza, seremos bañados con la luz de Su presencia.

Y allí con Él seremos colmados de toda dicha y bendición.

Graciela