Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

MATRIMONIOS VENCEDORES
¡ Feliz Cumpleaños Tatisverde !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 ►BIENVENIDA A MATRIMONIOS VENCEDORES! 
 ►Vista rápida 
 ►Panel General 
 ►Mensajes sobre el Matrimonio 
 ►Estudios Biblicos: matrimonio, familia, hijos 
 ►Panel de Reflexiones con Araceli 
 ►Altar de Oración 
 ►Mujer, no te sientas sola 
 ►El RIncón de Graciela 
 ►Sanidad en tu matrimonio con Migdalia 
 ►Regala fondos 
 ►Regala gifs 
 ►Fondos Araceli 
 FONDOS PROPIOS 
 ► Regalos de Detallitos Cristianos 
 
 
  Herramientas
 
Estudios Biblicos: CUANDO EL PERDON ES NECESARIO
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: simplementeGrace  (Mensaje original) Enviado: 11/06/2009 00:32

El Perdón es Amor en acción :

 1· Parte 

Hemos obtenido nuestra salvación a través del abundante amor de Dios y su misericordioso perdón. Es la base de nuestra relación con El y, por consiguiente, no debe ser sorpresa que sea la base de nuestra relación con los que nos rodean.

Miremos algunas cosas que Jesús tenía que decir respecto al perdón. Al leer estos versículos piense cuáles son las implicaciones para nosotros: 1) en nuestro perdón recibido del Padre, y 2) en nuestro perdón otorgado a los que nos rodean. Anote sus observaciones.

Mateo 6.12–15

Mateo 9.2–6

Mateo 18.21–22

Marcos 11.25–26

Lucas 6.37

Lucas 7.47

Lucas 17.3, 4

El Evangelio de Juan no usa específicamente la palabra «perdón», sin embargo, vemos en la práctica la misma actitud perdonadora en el ministerio de Jesús cuando El hablaba con los individuos. Observe los siguientes episodios y anote cuál fue la actitud de Jesús hacia estas personas y cómo les ministró el perdón.

3.1–21 (nótense los vv. 16–17)

4.5–26

5.1–15

8.3–12

Información adicional

«Uno de los mayores énfasis en las enseñanzas de Jesús es cómo construir y mantener correctas relaciones con Dios y con la humanidad. El Señor ve estas relaciones, no como algo sin importancia o superficial, sino como la esencia de la cual está hecha la vida. Conocer a Dios es nuestra máxima prioridad, pero el procurarlo no debe reemplazar ni disminuir nuestras relaciones interpersonales con los demás. Por el contrario, nuestra interacción personal con Dios debe hacer surgir en nosotros las cualidades de carácter que edifican y sostienen todas nuestras relaciones.»

«Practica la reconciliación. Comprende que los conflictos causan mucho más daño cuando se dejan sin resolver. Comprende que Dios perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. Incorpora el perdón de los demás a tus oraciones diarias como un ejercicio de disciplina cotidiana. Corrige tus faltas y resuelve tus propios problemas antes de intentar corregir las faltas de otros. Deja que cualquier actitud de juzgar a otros te señale la necesidad de examinarte a ti mismo por cosas que te molestan en los demás»

Cuando el perdón se practica dentro de la unidad familiar, va en todas direcciones: de padre a hijo, de hijo a padre, de cónyuge a cónyuge. Y es nuestra actitud hacia Dios la que a fin de cuentas determina nuestras actitudes del uno hacia el otro. Si en realidad reconocemos cómo nuestra gran salvación y el perdón de Dios son motivos de gratitud al Padre, no podemos hacer menos que dar el mismo perdón y grandeza de corazón a quienes nos rodean.

Información adicional

Nuestras actitudes hacia nuestro cónyuge son determinadas por nuestras actitudes hacia Dios. Un marido puede quedarse corto en relación con las expectaciones de su esposa y del ideal de Dios para un esposo. No obstante, la mujer busca de todas las maneras posibles ser una buena esposa, tomando corno ejemplo a Cristo, quien obedeció a su Padre y confió en Él, aun cuando su propio pueblo lo rechazó (Jn 1.11). O, una esposa puede frustrar a su esposo, desconocer su autoridad, o aun faltarle el respeto. No obstante ello, el esposo la honra, la cuida y ora a favor de ella, siguiendo el ejemplo de la conducta del Padre, quien «conoce nuestra condición» (Sal 103.14).

Fe viva

¿Hay aspectos donde su cónyuge o algún hijo le ha decepcionado? ¿Cuáles son?

¿Ha permitido que algunas de estas decepciones se conviertan en amargura y falta de perdón en su alma? ¿Cómo le ha afectado en su conducta hacia esa persona?

¿Ha afectado su relación con el Señor esa falta de perdón que alberga?

Basado en los pasajes bíblicos que hemos visto hasta aquí, ¿qué le llama el Señor a hacer con estas desilusiones?

¿En su corazón?

¿En sus acciones?

¿En su relación con Él?

Información adicional

[En Mateo 18.18–35] las palabras preliminares de Jesús hacen especialmente crucial esta parábola del «reino» acerca del siervo que no perdonó. Se ofrece una juiciosa advertencia contra la tendencia humana de olvidar el don de la gracia de Dios de perdonar y contra la inclinación del alma de cultivar una actitud reacia al perdón. 1) Jesús demostró cómo la actitud de no perdonar puede limitar lo que Dios haría en otros. (Nótese: El consiervo encarcelado está todavía en prisión al final de la historia, lo cual revela cómo una actitud intransigente puede «atar» a una persona a circunstancias indeseables y perpetuar un problema.) 2) Jesús enseña cómo el espíritu de no perdonar (los torturadores, literalmente «cobradores de impuestos») exige un precio a nuestros cuerpos, mentes y emociones. Finalmente, toda persona del «reino» es aconsejada a mantener un corazón perdonador hacia todas las otras personas. Los privilegios del reino y el poder no deben ser mal manejados. El no perdonar es potencialmente peligroso para cualquiera de nosotros.

Con frecuencia se cita a Mateo 18.18 para aseverar la autoridad del creyente en la oración. Pero el poder de «atar y desatar» se revela de inmediato como algo de mucho riesgo, si la intransigencia a la hora de perdonar se mantiene entre la gente del reino.

Fe viva

Ya hemos examinado las palabras de Jesús sobre el perdón, y El aclara que tenemos una responsabilidad de perdonarnos los unos a los otros, aunque sólo sea para que el Padre nos perdone. A la luz de la «Dinámica del Reino» anterior, responda las siguientes preguntas:

¿Cómo la falta de perdón «ata» a la persona no perdonada?

¿Cómo puede «atarlo» a usted?

Señale ante el Señor cualquier área conocida de falta de perdón y la esclavitud resultante. Pídale que le libere y que en su corazón crezca el amor y el perdón hacia quienes le han ofendido.

A veces, todos hemos considerado la cuestión del perdón y pensado: Es más fácil decir que hacer. Otras veces hemos pensado: Pero usted no sabe lo que me hicieron. Me hirieron muy profundamente. Algunas veces el perdón viene fácil y en otras demora semanas sentir que hemos perdonado por completo a alguien. Pero el Señor nunca nos permite usar el tiempo, la ofensa, ni la dificultad para evitar perdonar a alguien. Dios nos llama a mantener nuestros corazones libres y limpios ante Él. Nuestra verdadera responsabilidad es entre Él y nosotros; y de aquí brota nuestra responsabilidad hacia otros. De este modo, el perdón llega a ser un acto de fe. Perdonamos debido a que hemos sido perdonados y a que creemos que mediante el perdón a la larga vendrá la libertad.

2da, PARTE

Tal vez no hay relaciones más difíciles y exigentes en las cuales mantener una atmósfera libre y perdonadora que en nuestras familias. Somos más proclives a ofender, lastimar y enfurecernos con quienes pasamos más tiempo y tenemos más intimidad, tanto relacional como físicamente. ¡Pero el perdón puede obrar maravillas en las familias!

Información adicional

Por medio de la trágica historia de Oseas y Gomer Dios nos revela tanto la profundidad como el poder 1) de su amor por Israel; y 2) del vínculo marital. Dios describe su dolor y la humillación que sufre debido a la infidelidad de Israel. En obediencia a Dios, Oseas padece el mismo dolor y humillación por la infidelidad de su esposa. Pero Dios muestra cómo puede salvarse el matrimonio: mediante el sufrimiento y el perdón.

Esta es una de las más profundas revelaciones acerca del matrimonio que podamos encontrar en lugar alguno de la Escritura. El matrimonio exitoso no es asunto de gente perfecta, que vive perfectamente, mediante principios perfectos. El matrimonio es más bien un estado en que gente muy imperfecta se hiere y humilla a menudo, pero encuentran la gracia para perdonarse el uno al otro, y permitir así que el poder redentor de Dios transforme su matrimonio

Fe viva

¿Puede pensar en alguna situación donde un acto amoroso de perdón aclaró las dudas y sanó una relación? ¿A esta circunstancia le precedió un sufrimiento emocional semejante al que sintió Oseas?

Mucho se ha dicho en nuestra sociedad de hoy acerca de que nadie debe mantener una relación (como la de Oseas) que le ocasiona algún tipo de sufrimiento emocional. ¿Qué piensa usted al respecto?

¿Cree que Dios sufrió emocionalmente por nuestro estado sin perdón cuando nos descarriamos y alejamos de El?

¿Cómo debería la actitud de Dios hacia nosotros antes de ser perdonados afectar la nuestra hacia los que nos han lastimado?

Información adicional

Se ha dicho que la mayor enseñanza sobre la familia es, sencillamente, una aplicación de lo que significa vivir como cristiano. Estos versículos en Romanos [15.5–7] están dirigidos a la comunidad cristiana en general; sin embargo, con frecuencia se los usa como pasaje bíblico para ser leído en el casamiento, por cuanto estos versículos presentan una descripción bella y apropiada del matrimonio cristiano.

La palabra clave es «recibíos» (griego proslambano), la cual significa «tomar para sí mismo». Su raíz indica que hacia nosotros se dirige una fuerte iniciativa que en Cristo, Dios vino literalmente a nosotros y se posesionó de nosotros «siendo aún pecadores» (5.8). Mediante ese acto de aceptación, Él puso a nuestra disposición la gracia de Dios y el poder de la redención.

Cuando a ese poder se le permite trabajar en una familia, transforma las vidas de dos personas imperfectas en una sola vida, la cual será para la alabanza de la gloria de Dios. Por ello, el Señor coloca esta palabra como un emblema sobre todo matrimonio, desde el primer día hasta el último. «Recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios».

Hay ocasiones cuando ni siquiera encontraríamos la necesidad de perdonar ni pedir perdón si dedicáramos un poquito más de tiempo, energía, cortesía y esfuerzo para mantener buenas relaciones con los seres más cercanos a nosotros. A menudo nos aprovechamos de quienes más vemos, pensando que podemos «quitarnos la máscara» ante ellos y dejarles que vean nuestro «lado malo». Recuerdo un momento particularmente bochornoso con mi esposo cuando, en medio de una disputa, le dije: «No tengo que portarme bien contigo. ¡Tú eres mi esposo!» Por desgracia, así es exactamente cómo muchos tratan siempre a sus familias. Pero las relaciones familiares, como todas, requieren nuestro esfuerzo.

¿Puede pensar en algunas situaciones en las cuales podría haber evitado lastimar sentimientos a los miembros de su familia si hubiera usado un poco de cortesía y sabiduría?

¿Qué podría haber hecho diferente?

¿Cuáles consideraría que son las tres cosas más importantes que debemos recordar al relacionarnos con nuestras familias, a fin de evitar malos entendidos y lastimar sentimientos?

Probablemente ¡lo que en más problemas nos mete es lo que decimos!

Información adicional

«Muchos pecados tienen que ver de alguna forma con la maledicencia. La disciplina y las decisiones correctas dan como fruto la sana conversación. Muy fácilmente hablamos demasiado, con mucha dureza y libertad. Hablar menos y más cuidadosamente traerá como resultado una disminución del pecado.

«Habla sólo lo recto. Comprométete a hablar de las cosas de Dios. No te quejes cuando estés en dificultades o problemas. Clama a Dios. Confía en que el Señor te escuchará y responderá. Sé cuidadoso con tus palabras. Conoce que la recta conversación traer consigo la promesa de una larga vida».

Información adicional

«Una forma apropiada de expresarse es crucial en la vida cristiana. El libro de los Proverbios dice que la vida y la muerte dependen de la lengua. Qué importante es que nos demos cuenta que nuestro lenguaje debe estar espiritualmente inspirado.»

«Ten cuidado de cómo hablas y de los que dices. Rechaza las falsas actitudes; y desarrolla una actitud compasiva y misericordiosa hacia los demás. Evita y rechaza cualquier impureza o lenguaje o conducta impura; ello contradice tu profesión de fe en Cristo».

¡Refrene su lengua! Al principio, vigilar cada palabra puede ser molesto, pero servirá para el progreso de la justicia. «Habla bien de los demás. La crítica ofensiva, la calumnia, el chisme y las murmuraciones son "aguas turbias", que brotan del saber mundano y diabólico».

Fe viva

Todos tenemos áreas en las cuales estamos tentados a decir lo que no debiéramos. Para algunos es el chisme; para otros son palabras iracundas. ¿Con cuál área de control de su lengua tiene mas problemas?

¿Tiende esto a dirigirse contra los miembros de su familia o contra otros?

¿Ha orado y le ha entregado esta área al Señor? ¿Qué le dijo Él que hiciera?

Anote tres maneras en que podría adquirir un mejor control de lo que dice.

¿Hay algunas personas a las cuales debería pedirles perdón? Si es así, haga planes para hacerlo en los días o semanas siguientes.

Dar y pedir perdón puede ser también una maniobra delicada. Si vamos a la persona dolidos y enfurecidos, lo más probable es que brote nuestro dolor y cólera. Ser capaces de establecer un ambiente que permita que el perdón fluya con libertad es algo que sólo el Señor puede lograr. Y hasta que no vayamos a la otra persona con el poder, perdón y libertad del Espíritu Santo, no seremos capaces de dar ni recibir perdón completamente.

Información adicional

La historia de José es un antiguo relato que ilustra la actitud misericordiosa que Dios espera asumamos en nuestro trato con aquellos que nos han agraviado. Se trata de un ejemplo del amor que mostró Cristo. Pese a que los hermanos de José le vendieron como esclavo y engañaron a su padre para que lo creyera muerto, cuando este los confrontó durante su tiempo de necesidad, su amor y perdón se pusieron de manifiesto. Demostrando una extraordinaria fe en la poderosa providencia divina, José confiesa su creencia en que Dios usó la traición de sus hermanos como medio para liberar a su familia durante el tiempo de hambruna (y. 7). El perdón de José al pecado de sus hermanos es tan completo que los besa y llora de gozo al reunirse con ellos una vez más. El perdón fraternal es expresivo, altruista y se ofrece de tal manera que ayuda al beneficiado.

Fe viva

Usted ha planeado ir a ver y pedirle perdón a otra persona. Ahora es tiempo de preguntarle al Señor cuándo exactamente debe ir, lo que debe decir. Pídale que llene su corazón con verdadero arrepentimiento y que prepare el corazón de la otra persona para recibir lo que usted tiene que decir. Deténgase y pídale al Señor que empiece su obra ahora mismo.

Finalmente, para mantener relaciones, debemos darnos cuenta de que nunca tenemos el derecho de privarle a otro del perdón. Nuestro Padre celestial jamás lo hace y llama a sus hijos a que crezcan continuamente llegando a ser como Él.

Información adicional

Esta crucial sentencia está dirigida a cambiar la vida en ambos términos de la ecuación: 1) en nuestra recepción del amor divino y su misericordioso perdón y 2) en nuestro reciprocar el perdón tal y como lo recibimos. Las virtudes de la bondad y el perdón son atributos engendrados por nuestro Padre celestial, y deben hallarse en nuestras vidas. Dios espera que seamos como Él, es decir, que estemos prestos a perdonar las transgresiones de nuestro prójimo con la abundante misericordia que nos ha mostrado. «Grande» viene del hebreo rab, que significa «abundantemente, con exceso». Dios no quiere que racionemos nuestra misericordia y nuestro perdón. Está buscando gente que reparta misericordia y perdón ilimitadamente.



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados