El hombre que olvidó la poesía... (Relato en Génesis Capítulos 2:7 hasta 3:24)

Ocurrió hace más de 6,000 años, en el oriente medio en algún lugar cercano al río Eufrates; el Creador había decidido iniciar la historia de la humanidad al formar del polvo a un hombre a quien llamó Adán y lo instaló en un jardín llamado Edén, por cierto que si pensabas que este lugar era toda la tierra, te diré que no era así; este jardín ocupaba un área definida según dice la Biblia, como una 'muestra' para Adán quien tendría que ampliarlo con ayuda de su familia (cuando existiera y se multiplicara, claro está) hasta cubrir la tierra completa. Además, y como un detalle interesante, no solo había un árbol especial, sino dos( "El árbol de la vida" y "El árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo").

El caso es que un poco después que fue creado Adán, Dios vio que no era bueno que estuviera solo y pensó en crear a la que sería su esposa, Eva, a quien obtuvo durmiendo a Adán y de una costilla la formó. Hasta aquí todo 'miel sobre hojuelas', es decir, todo marchaba perfecto.

Pero aquí lo curioso del asunto: Cuando Eva fue creada, Adán su esposo se sintió tan agradecido que hasta poeta se volvió, la Biblia registra la primera poesía de amor de un hombre por una mujer:

Entonces dijo el hombre:
“Esto por fin es hueso de mis huesos
y carne de mi carne.
Esta será llamada Mujer,
porque del hombre fue tomada esta”

Bonito, ¿verdad?, muy tierno ¿no?, era la expresión cariñosa del hombre al ver la perfecta creación de la mujer... Pero qué rápido se olvido Adán de su dicha cuando un poco después y luego de que Eva comiera del fruto del "árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo" que les dijeron que no comieran y ante la pregunta de Dios a Adán este olvidó toda poesía y se "desinfló" por completo el encanto. Veamos una porción del relato:

"Más tarde oyeron la voz de Jehová Dios que andaba en el jardín hacia la parte airosa del día, y el hombre y su esposa procedieron a esconderse del rostro de Jehová Dios entre los árboles del jardín. Y Jehová Dios siguió llamando al hombre y diciéndole: “¿Dónde estás?”. Por fin él dijo: “Oí tu voz en el jardín, pero tuve miedo porque estaba desnudo, y por eso me escondí”. A lo que dijo él: “¿Quién te informó que estabas desnudo? ¿Del árbol del que te mandé que no comieras has comido?”. Y pasó el hombre a decir: “La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio [fruto] del árbol y así es que comí”."

¡Aja!, ¿No que mucho amor?, que fácil se le hizo echarle la culpa a Dios mismo ("La mujer que tu me diste...") y de paso a la mujer misma ("...ella me dio el fruto")´. ¿Donde quedó el enamorado Adán? Era como si Adán hubiera dicho: "Yo estaba bien solito, pero la mujer que tu me diste por compañera lo hecho todo a perder". Quizás si él hubiera aprovechado la oportunidad para confesar su mal y pedir perdón por las cosas de las que era responsable, hubieran resultado distintas.

El resultado de todo esto la Biblia dice que fue la desgracia para todo humano heredado de generación tras generación y ni modos aquí estamos, pero algo debemos aprender de todo lo que pasó al inicio de la historia bíblica.
 

Por mi parte aprendo que es muy sencillo olvidarse del "amor" cuando nuestros intereses están en juego egoístamente y que la tendencia a echarle la culpa a otro de nuestros errores está en nuestros genes, pero que eso no justifica que olvidemos que nuestros decisiones tendrán consecuencias y por tanto, debemos asumir nuestra responsabilidad de nuestros actos. Seguramente nos irá mejor que a los primeros humanos. ¿Que aprendes tu?