La mujer que llegaba a las seis...
Con un estilo influido por la sobriedad narrativa de Ernest Hemingway y la temática policial, este cuento fue publicado el 24 de junio de 1950 en el semanario Crónica. Cuenta la historia de José, el dueño de un restaurante, y una prostituta que siempre llega a las seis de la tarde a comerse un bistec. La relación entre la mujer y José está forjada a base de desplantes, manipulación, deseo sexual no correspondido, celos, ternura y mucha complicidad, tanto así que esta pareja llegará a ponerse de acuerdo para encubrir un homicidio.
— Lo que pasa es que te quiero tanto que no me gusta que hagas eso —dijo José.
— ¿Qué? —dijo la mujer.
— Eso de irte con un hombre distinto todos los días —dijo José.
— ¿Es verdad que lo matarías para que no se fuera conmigo? —dijo la mujer.
— Para que no se fuera, no —dijo José—; lo mataría porque se fue contigo.
— Es lo mismo —dijo la mujer.
La conversación había llegado a densidad excitante. La mujer hablaba en voz baja, suave, fascinada. Tenía la cara casi pegada al rostro saludable y pacífico del hombre, que permanecía inmóvil, como hechizado por el vapor de las palabras.
— Todo eso es verdad —dijo José.
— Entonces —dijo la mujer, y extendió la mano para acariciar el áspero brazo del hombre. Con la otra arrojó la colilla—… entonces, ¿tú eres capaz de matar a un hombre?
— Por lo que te dije, sí —dijo José. Y su voz tomó una acentuación casi dramática.
Gabriel García Márquez