Es el rocío…

Es el rocío que, al alba,
da vida a los claveles
que adornan mi ventana.
Es la luz que se cuela
a través de las ramas del árbol
que cubren mi desgana

Es la acuarela
con mil matices dibujada
que penetra suavemente
hasta alcanzarme las entrañas

Es como el vino añejo
el que se degusta, poco a poco,
y se engancha a nuestros sentidos
haciéndonos perder la calma.
A veces… amargo
cuando se levanta el viento,
ese viento terrible del desengaño
que todo lo destruye y arrastra

Es la deseada paz
después de la tormenta.
Es el abrazo del mar y el cielo
unidos por el horizonte,
enlazados por un mismo sueño,
ante el reflejo inolvidable
de un espejo gris metalizado.


Isabel Miralles