| 
   
  
  
Tú que nunca serás...
  Sábado fue y capricho el beso dado, capricho de varón, audaz y fino, mas fue dulce el capricho masculino a este mi corazón, lobezno alado.
  No es que crea, no creo; si inclinado sobre mis manos te sentí divino y me embriagué, comprendo que este vino no es para mí, mas juego y rueda el dado...
  Yo soy esa mujer que vive alerta; tú, el tremendo varón que se despierta y es un torrente que se ensancha en río
  y más se encrespa mientras corre y poda. ¡Ah, me resisto, mas me tienes toda, tú, que nunca serás del todo mío! 
ALFONSINA STORNI 
  
 |