|         A LA VIRGEN DE NAVIDAD   La olvidada campana de la estrella toca la hora del Amor, y el viento dispersa en las tinieblas el lamento de los cautivos y la Paz lo sella. 
 Porque eres Madre, siendo aún Doncella, y el río de tu leche es ya sustento; porque duerme el Señor bajo tu aliento, heno de tu campiña en la gamella: 
 En la Noche del Tiempo renacido, incapaz de decir tu dulce nombre la Palabra del Padre hecha vagido; 
 capullo de las fajas y del sueño, tembloroso y mortal capullo de hombre ¡nuestro hermano mayor y el más pequeño!   A.D                        |