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       A un niñito que andaba hablando solo mientras caminaba por el patio de su casa, tocado con su gorra de béisbol y jugueteando con la pelota y el bate, se le oyó decir orgullosamente: 
 -Soy el mejor jugador de béisbol del mundo. 
 Después arrojó la pelota al aire, intentó darle con el bate y erró. Impávido, recogió la pelota, la lanzó al aire y se reafirmó diciendo: 
 -¡Soy el mejor jugador que hay! 
 Repitió el intento de asestar un golpe a la pelota y, tras volver a fallar, se detuvo un momento a examinar minuciosamente el bate y la bola. Luego, arrojó una vez más la pelota al aire y dijo: 
 -Soy el mejor jugador de béisbol que jamás haya habido. 
 Volvió a asestar el golpe con el bate y una vez más erró a la pelota. 
 -¡Uau! -exclamó-: ¡Vaya lanzador! 
 
 Fuente: Sopa de Pollo para el alma          Fondo/Copyright©2011_By/Marilu_All rights reserved |