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 ALTAS TERNURAS 
 
 Una vez, acérqueme, compungido,a mi madre - mi madre fue una santa
 que paso por el mundo; bondad tanta,
 que en otro corazón, no he conocido.-
 
 Valor la iba a pedir, consuelo, olvido
 para seguir viviendo. en mi garganta
 se anudaba la voz. ella, con cuanta
 piedad oyó mi acento dolorido.
 
 La iba a mostrar el mar de mi tristeza;
 la roca de mi duda; la maleza
 agresiva y hostil de mi fastidio;
 
 á pedirla de amor una mirada
 que, al radiar en mi senda desolada,
 me apartase del antro del suicidio!
 
 
   --Madre-le dije- el fardo de la vidame agobia de tal modo, que no puedo
 resignarme a vivir; y voy, sin miedo,
 a entrar en la región desconocida...
 
 !Sálvame!-su mirada condolida
 se alzó á compas de su tembloso dedo,
 y-espera-dijo, con susurro quedo-
 dios besará los labios de tu herida!
 
 Después, cogió en sus manos mi cabeza,
 y la apoyó en su seno, q´ el quebranto
 enjuto en una vida de tristeza,
 
 y humedeció mi frente mientras tanto,
 como con un bautismo de pureza,
 con el agua bendita de su llanto
 
 
   Sus lágrimas de amor-esencia purade su inmenso pesar-en lluvia clara
 cayeron, y en los surcos de mi cara
 formaron un arroyo de ternura.
 
 Arroyo que, al mojar la comisura
 de mis labios, dejó una huella rara:
 dejó miel en mi boca, como para
 endulzar todo el mar de mi amargura!
 
 Era que el llanto del amor del amor materno,
 que, hasta entonces pensé fuera de acíbar
 como los otros llantos, aunque tierno,
 
 dejando, al estallar, las celdas rotas
 del panal de aquella alma, como almíbar
 se desgranaba en transparentes gotas!
 
 
 --Júrame por tu dios, que, mientras vivayo, no te matarás !júralo, hijo!-
 mi madre, estremeciéndose, me dijo;
 y se quedó un instante pensativa.
 
 Después, con una voz más compasiva,
 continuó:--solamente eso te exijo;
 luego... puedes matarte, que, de fijo,
 no será tu alma de satán cautiva!
 
 Porque habré de pedir con tanto celo,
 al supremo hacedor, después de muerta,
 que te perdone, que obtendré mi anhelo!
 
 Y, cuando expires, estaré yo alerta,
 para adornar, a tu llegada, el cielo,
 porque dios mismo te abrirá la puerta!-
 
 JULIO FLOREZ 
 
 
 
  
 
 
 
 
 
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