- Je, esto era lo que esperaba de ti, Lune. -
Exclama desde un punto en el que la luz no se puede distinguir, generando en ese momento pasos sinuosos y constantes que van dándole a la escena una apariencia mucho más tétrica, pues hace eco una efímera risa sádica y maligna.
- Ahora estamos listos, es satisfactorio que corrijas tus errores y que seas tan rápido. Eso indica que nunca me equivoco. -
Adjunta completamente soberbio, demostrando aprobación en la suave voz que ahora ya se escucha en el trono del Tribunal, en donde, Minos se posa detrás del magno escritorio que sostiene el libro de la vida, aquel en donde se registra todo lo que sucede en el mundo y con la humanidad que eventualmente tendrá que recibir su juicio, una tarea tan compleja que pareciera ser posible realizarla únicamente por el primer juez del Inframundo, Minos de Griffon, quien centra la mirada siempre oculta bajo el fleco en sus nuevas tropas.
Minos de Griffo - Estrella Divina de la Nobleza
"Si puedo manipularlos con la punta de mis dedos, es porque no son la gran cosa"