Porque el tiempo es un bien tan precioso en nuestra apresurada cultura, es también un regalo
de enorme valor que podemos dar a los demás. Jesucristo fue el gran modelo en cuanto a un
manejo equilibrado del tiempo. él demostró su amor por la humanidad dando su tiempo.

¿Ha notado usted que en ninguna parte de la Biblia vemos al Señor Jesús teniendo prisa? Nunca
encontraremos un versículo que diga: "Corrió a Betania", o "regresó rápidamente a Galilea".
Dondequiera que el Salvador iba, era sensible a las necesidades de las personas a su alrededor,
a las que ayudaba amorosamente. Nunca estuvo demasiado ocupado como para ser interrumpido.

Justo antes de ir a la cruz para llevar a cabo la obra más importante de su vida, Jesús se
detuvo para ayudar a un pobre mendigo ciego, que era un don nadie a los ojos de la sociedad.
Aunque la redención de la humanidad era de vital importancia, el Señor se preocupó lo suficiente
por el sufrimiento de una humilde persona, como para detenerse y aliviar su sufrimiento.

Si el Señor permitió ser interrumpido en el camino a la cruz, ¿no se detendrá también para escuchar
cuando usted clame a él en su angustia? él nunca está demasiado ocupado gobernando el universo
para escuchar el clamor de su hijo amado que pide ayuda.

Para seguir las pisadas de Jesús, tenemos que preguntarnos: ¿Estoy dispuesto a ser interrumpido?
Somos administradores de todo lo que Dios nos da, incluyendo nuestro tiempo. Considere a este valioso
bien un recurso para ser utilizado cuando tenga que tender una mano de ayuda en
amor como hizo Cristo.

Dr. Charles. F. Stanley