"Poner la mano al arado" Seguir la senda hacia el cielo no es un trabajo pesado. Aunque es duro, hay gran consuelo.
Amar a Cristo, es vivir según lo que El ha dispuesto. Es dejarse conducir por el Divino Maestro.
Vamos con miedo y cautela por un estrecho camino; nosotros como ovejuelas, El, como Pastor Divino.
Mas no hay que sentir temor al seguirle dócilmente, porque El quiere lo mejor para tí. ¿No es suficiente?
No son penosas sus normas. Su misericordia pura nuestra existencia transforma en una hermosa aventura.
Seguir a Cristo es hermoso. Servirle es una experiencia que aun el valle tenebroso tiene una dulce apariencia.
Por eso vale la pena ser por su amor dirigido Estamos de enhorabuena Los que en Cristo hemos creído.
-- Daniel Nuño --
Ministerio Mujeres en Victoria Somos siervas de Dios que trabajamos por la restauración integral del Cuerpo de Cristo y especialmente en la restauración de la mujer en todas las áreas
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