En este tiempo sería bueno que siguiéramos reflexionando sobre cuánto hemos hecho y sobre cuánto hemos logrado en este largo caminar.

Si no ponemos al "hombre" como nuestra meta, poco servirá todo lo que digamos y hagamos sobre nuestra ESPIRITUALIDAD.

Una de las premisas importantes, quizás la fundamental, nos habla del perdón y la reconciliación, palabras que suenan lindas dentro del vocabulario pero que se tornan muy difíciles de aplicar cuando las circunstancias requieren que seamos nosotros los que debemos tomar "cartas en el asunto".

El PERDÓN nos habla de una gran pobreza de corazón y una gran misericordia por parte de quien debe hacer uso de él. Ciertamente, afirmamos que sería fantástico que en el mundo se viesen con más frecuencia signos de Perdón pero ... yo me pregunto ¿cuánto hace que yo perdono a alguien?, ¿qué he hecho yo para colaborar con mi sociedad y con el mundo para lograr el perdón y a través de los tiempos, a través de los rencores y a través de las discriminaciones, nos hemos ido alejando unos de otros?

Jesús, hace más de 2000 años nos enseñó el camino del amor amando a todos, nos enseñó el camino del perdón perdonando a todos, nos enseñó el camino de la misericordia volviendo a amar aún a aquellos que lo discriminaron, lo increparon, lo enjuiciaron y hasta lo mataron, aún así, hasta su último aliento de vida, Él siguió perdonando y amando.

DESPUÉS DE TODO NUESTRA VIDA ESTARÁ MEDIDA POR LAS OBRAS QUE HAGAMOS Y CON CUÁNTO AMOR HEMOS DADO Y VIVIDO.-