Dios Dijo:
Háblame. Dime qué hay en tu corazón. Seré tu confidente. Tengas diez o uno o no tengas ningún amigo al cual contarle tus confidencias, igual háblame a Mí.
Intenta escribirme. Luego puedes releer lo que escribiste, y podrías ver que la situación que te ha estado afligiendo no es tan monumental como creías. Recibiré tu carta antes de que la envíes, incluso antes de que la escribas. Eres tú quien no sabe qué va a decir hasta que lo sueltas. Es por ti que Me escribes la carta. Todos lo que haces que Me concierne es para ti. No es para Mí. Estoy contento de recibirla, muy contenta, aunque no es para Mí. O podría decir que todo lo que haces es para Mí. Es lo mismo. Sea para Mí o para ti, es para ti. Todo lo que he hecho es para ti. ¿Sueno como un padre que te dice que todo lo que hace es para ti, y tú lo dudas? De mí, amado, no puedes tener dudas. No hay dudas de que todo lo que hago es para ti, y todo lo que hago para ti es también para Mí.
Ven, siéntate sobre Mi regazo, por así decirlo, y dime que está sucediendo contigo. Cuéntame todo. Yo secaré tus lágrimas. Pronto habrás dicho todo lo que tienes para decir y entonces Nosotros, tú y Yo, nos sentaremos en silencio y nos deleitará estar juntos. Cuando te sientas Conmigo parece que lo problemas se reducen, incluso salen por la puerta y nunca vuelven a molestarte. Ni siquiera tengo que decir una palabra. Te escuchas a ti mismo.
Creo que ya has tenido suficientes penas, y no necesitas de más. Reemplacemos a las penas por bendiciones del corazón. Te bendigo a ti y a tu corazón, no importa lo que esté sucediendo. ¿Harás lo mismo? ¿Te bendecirás a ti mismo y a tu corazón herido, le darás un poco de comodidad y le permitirás sentirse como en casa Conmigo?
Si dudas de dejar ir lo límites inventados, entiendo, pero al menos ven hasta Mi porche del frente. Podemos sentarnos afuera con mecedoras y mecernos juntos, y llegar a conocernos. Podemos mirar al tráfico pasar. Podemos compartir lo familiar. Diría que podemos llegar a conocernos de un modo superficial, pero ese no sería el caso, pues yo ya te conozco. Te conozco de la A a la Z. Te conozco por delante y por detrás. Te conozco tan bien, destinado como estás a Mi corazón de amor.
Eres tú quien podría no conocerme, por supuesto, no conocerme realmente, o no conocerme para nada. Por supuesto, has oído rumores. Puedes haber leído sobre Mí, incluso puedes haber estudiado sobre Mí, o puedes haber hecho un dibujo Mío, cargado de reglas y con borde de oro. ¿Pero qué es eso al lado de sentarte conmigo?
Amado, si tú Me conocieras, no dudarías en caminar directamente hacia Mi corazón. No golpearías la puerta. ¿Por qué habrías de hacerlo? Es tu Hogar. Si hubiera una puerta, la abrirías y dejarías que se golpee, y entrarías y dirías "¿Qué hay de cenar?"
Y yo diría, "Hoy tenemos amor para la cena. Otra vez tenemos amor."
Traducido por: Cecilia R