SÍ A DIOS

...Del mismo modo que en el diálogo bautismal el "no" se articula en tres renuncias, también el "sí" se articula en tres adhesiones:
"Sí" al Dios vivo, es decir, a un Dios creador, a una razón creadora que da sentido al cosmos y a nuestra vida;
"Sí" a Cristo, es decir, a un Dios que no permaneció oculto, sino que tiene un nombre, tiene palabras, tiene cuerpo y sangre; a un Dios concreto que nos da la vida y nos muestra el camino de la vida;
"Sí" a la comunión de la Iglesia, en la que Cristo es el Dios vivo, que entra en nuestro tiempo, en nuestra profesión, en la vida de cada día.
Podríamos decir también que el Rostro de Dios, el contenido de esta cultura de la vida, el contenido de nuestro gran "sí", se expresa en los 10 Mandamientos, que no son un paquete de prohibiciones, de "no", sino que presentan en realidad una gran visión de vida. Los 10 Mandamientos son un:
"Sí" a un Dios que da sentido al vivir (los tres primeros mandamientos); "Sí" a la familia (cuarto mandamiento); "Sí" a la vida (quinto mandamiento); "Sí" al amor responsable (sexto mandamiento); "Sí" a la solidaridad, a la responsabilidad social, a la justicia (séptimo mandamiento); "Sí" a la verdad (octavo mandamiento); "Sí" al respeto del otro y de lo que le pertenece (noveno y décimo mandamientos).
Esta es la filosofía de la vida, es la cultura de la vida, que se hace concreta, practicable y hermosa en la comunión con Cristo, el Dios vivo, que camina con nosotros en compañía de sus amigos, en la gran familia de la Iglesia.
El Bautismo es don de vida. Es un "sí" al desafío de vivir verdaderamente la vida, diciendo "no" al ataque de la muerte, que se presenta con la máscara de la vida. Es un "sí" al gran don de la verdadera vida, que se hizo presente en el Rostro de Cristo, el cual se nos dona en el Bautismo y luego en la Eucaristía (...)
Demos gracias hoy al Señor porque Dios no se esconde detrás de las nubes del misterio impenetrable, sino que, como dice el Evangelio de hoy, ha abierto los cielos, se nos ha mostrado, habla con nosotros y está con nosotros; vive con nosotros y nos guía en nuestra vida. Demos gracias al Señor por este don y pidamos por nuestros niños, para que tengan realmente la vida, la verdadera vida, la vida eterna. Amén
MARISA Y EDUARDO |