

Tú, que vienes caminando
desde el fondo
de mi vida;
que traes como bandera
la música de tu risa;
tú que en tus
ojos escondes
lo que mi alma necesita;
tú, que en mi pecho has
vivido
por años como dormida y hoy me
despiertas de golpe
hasta que no da cabida
mi pequeño corazón
para esta explosión de
dicha.
Eres el río al que quise
ponerle diques un día.
Hoy que subió tu
corriente
ya no hay diques que resistan.
En la casa de mi pecho,
en mi
sueño y mi vigilia,
en las calles de mis
manos,
en la ciudad de mis días,
en la patria de mis pasos
y en el país
de mi vida
ven, entra y manda: es tu reino, tu victoria, tu conquista.
De la Red

Set de Tabla
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