Tesoros de la vida

Si pudieses evitar depender de ellas, las cosas buenas en tu vida resultarían infinitamente más fáciles de disfrutar. Si sientes estar necesitando desesperadamente algo, el temor a perderlo te impedirá sacar el máximo provecho de ello.

Muchas de las frustraciones de la vida provienen de no poder disfrutar a pleno las cosas buenas que ya están frente a ti. El deseo de aferrarte fuertemente a las cosas que tienes podría hacer que esas mismas cosas se volviesen virtualmente inservibles.

La seguridad no se alcanza escondiéndose de la vida. La más perdurable forma de seguridad se encuentra en saber que tú puedes lidiar exitosa y satisfactoriamente con cualquier cosa que pueda llegar a suceder.

Si te quedas encerrado en una bóveda que tú mismo te has construido, los tesoros de la vida se vuelven inservibles. ¿De qué sirve tener algo valioso, para vivir temeroso de perderlo?

En cambio, toma el tesoro que constituye tu vida, sácalo al mudo y disfrútalo. Concéntrate en las oportunidades y no en los temores.

Cuantas más cosas pienses que necesitas, esas necesidades más te paralizarán. Cuanto más decidas entregarte y vivir, más cosas buenas encontrarás en tu camino.