A veces, las malas decisiones parecen dulces, ya que remueven la carga de la responsabilidad; ¿hasta cuándo durará su dulzura?
Muchas veces tomamos "falsas decisiones", es decir, para huir a una responsabilidad, buscamos algo que nos libere de esto. Sin embargo, la fuga nunca fue y nunca será una solución.
Más temprano o más tarde, en una forma u otra, me encontraré nuevamente con que estoy delante del monstruo del cual huí hace unos pocos años.
Lo mejor es asumir la responsabilidad de forma correcta. Cuando la tarea es para beneficio de otras personas, entonces puedo permitir que esta energía positiva, que fluye de la mente de los demás, también fluya por mí, dándome la fuerza para seguir adelante.
Es como si los otros estuvieron dándome bendiciones y esto impide que la responsabilidad de vuelva una carga y me da la fuerza para concluirla con todo éxito.
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