No tengamos miedo.
Divino Niño Jesús ahora entiendo mejor porqué quieres tratar conmigo como un niño, pues es para que no te tenga miedo.
Efectivamente, Tú que eres Dios, te has querido hacer un Hombre para que los hombres nos alleguemos a Ti, y así, al verte como uno de nosotros, no tengamos temor de Ti.
Pero no conforme con ello ahora quieres manifestarte al mundo y a tus elegidos, como un Niño Pequeño, para que todavía quien duda en acercarse a la Divinidad, ya no tenga más titubeos y se anime a acudir a Dios en forma de Niño.
Mas no ha quedado sólo en ello tu abajamiento hacia los hombres, sino que hasta has llegado a convertirse en Pan en la Eucaristía, con tal de que nosotros no tengamos miedo de ir hacia tu encuentro.
¡Qué ingratitud sería la nuestra si, a pesar de todas tus muestras de amor y de cercanía, prefiriéramos alejarnos de Ti!
Ojalá esto nunca suceda en nosotros, sino que corramos a tus bracitos de Niño Dios, pues un niño nunca da miedo, y Tú eres el Divino Niño, el Eterno Niño que amas infinitamente a los hombres, y que no has escatimado nada para que nos acerquemos a tu Majestad.