Docenario Guadalupano
Nuestra Madre, Santa María de Guadalupe, y el año de los consagrados y de la familia. Dios y Santa María de Guadalupe, solidarios con todos nosotros… Hemos iniciado marzo, el mes de la Encarnación del Señor, y a nivel civil mundial mes de la mujer, por ser el día 8 su festejo.
María, la Máxima Mujer, en el sentido pleno de Dios, en el anuncio que le hizo el Arcángel Gabriel, se comprometió con su sí al sí definitivo y solidario de Dios en favor de la humanidad. Hoy nos vamos a detener en este Acontecimiento, el mayor de la historia: Dios que se hace hombre como nosotros para podernos participar los dones de su amor y de su vida eterna. Un mes de muchísimo significado y una fecha inolvidable que la Iglesia recuerda tres veces al día con el famoso rezo del “Angelus” para recordar la enorme gracia de la Encarnación… Meditemos este gran misterio y relacionémoslo con el Acontecimiento Guadalupano del Tepeyac, un Acontecimiento importantísimo para todo el mundo… Gocemos… Como en este año y cada mes nos estamos fijando en órdenes o congregaciones religiosas por ser el año dedicado a éstas y las familias, vamos a conocer una obra de mucha solidaridad: la de los así llamados Hermanos Juaninos. Esta orden fue fundada por los seguidores y compañeros de San Juan de Dios (1495-1550) hacia 1572 en Granada, España, y se extendió por Europa. Se dedican de manera especial a los enfermos y más en particular a los afectados por enfermedades emocionales de diversos tipos y gravedades. Su título completo es Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y sus siglas, O.H. Su fundador es Patrono de los Hospitales. En Mérida fue la segunda orden religiosa en llegar y existe cerquita de Catedral su iglesia de San Juan de Dios. ¡A cuántas personas incapacitadas del cerebro y de su vida emocional —hoy llamados de capacidades diferentes— habrán atendido estos santos varones! Agradezcamos a Dios esta presencia solidaria de ellos y pidamos por vocaciones para ellos. Pasemos a las consideraciones. Rosario o meditación de la anunciación a María y encarnación del Señor. Leamos San Lucas 1, 26-38; puede servir para usarlo algunos días durante la Caminata de la Encarnación… Pongo algunas citas del Nican Mopohua para acentuar lo dicho sobre el Acontecimiento Guadalupano: 7-22; 23-33; 57-67; 70-81; 115-120; 137-142; 162-184 y 212-218. Contemplemos con mucho amor y alegría, mientras rezamos las Aves María, esta escena tan hermosa y trascendental para toda la humanidad, pues vamos a considerar el Acontecimiento máximo en la historia humana: la Encarnación de Dios mismo entre nosotros.
Primera consideración: Dios Padre envía al Arcángel San Gabriel a anunciarle a la Virgen María que es elegida para ser Madre del Salvador. Vamos a imaginarnos cómo Dios le encarga al ángel que lleve el mensaje; cómo éste llega con María y así se inicia la etapa definitiva de la historia de la humanidad. Digámosle a Dios como el ángel: ¿a quién quieres enviarme y cuál es el mensaje? Y pensemos que, nada menos, la misma Virgen es la que viene a México a anunciarnos que nos trae a su mismo Hijo Jesús…
Segunda consideración: El ángel saluda a María como la Llena de Gracia, con quien está Dios de manera tan original y perfecta. Imaginemos esta escena tan bella y consoladora, una de las más hermosas que se hayan dado en la Historia. Contemplemos a nuestra Madre jovencita y hermosa, saludémosla con el mismo amor y alegría que el ángel y consideremos lo afortunado que hemos sido en México al recibir tal noticia y presencia de Jesús y María entre nosotros. Esto nos invita a cambiar nuestra triste historia actual en una historia gozosa como entonces. Contemplemos…
Tercera consideración: La Virgen se desconcierta ante el saludo tan especial del ángel y éste le dice que no tema. Cuando el ángel saludó a María Ella se preocupó lógicamente, era una muchacha sencilla del pueblo y no sabía a qué se debía semejante saludo. Nosotros, a veces, tenemos como Ella algunos temores por algunas cosas: desavenencias, enfermedades… Hoy vamos a aprender de María a no tener miedo a nada y menos si hacemos algo bueno por Dios o por otros. Aprendamos de San Juan Diego a superar los miedos y a hacer lo que Dios y María nos piden.
Cuarta consideración: El ángel le explica a María cómo Dios hará posible que Ella llegue a ser la Madre del Salvador. Era muy importante para la Virgen saber cómo podría ser lo que el ángel le anunciaba porque Ella tenía promesa de desposarse con San José. Entonces, ¿cómo iba a ser eso posible si su Hijo iba a ser nada menos que el Mesías, el Hijo de Dios? Aprendamos de María a resolver nuestras dudas y del ángel, a dar las razones convenientes de nuestras acciones para que el Plan de Dios se pueda realizar entre nosotros. Aprendamos de la Virgen cómo le dice a Juan Diego que vaya con el Obispo y haga las cosas como Ella se lo pidió. Pidamos hoy por todos los que no saben ni siquiera que Dios existe, que María es Madre de Jesús y Madre nuestra amadísima…
Quinta consideración: La Santísima Virgen acepta con toda humildad ser la Madre del Mesías-Salvador. Imaginemos a Nuestra Madre jovencita, llena de humildad, de cariño y agradecimiento ante Dios. Ella le dice al ángel que será la esclava del Señor. Eso quería decir que estaba totalmente dispuesta a obedecer, a seguir el Plan de Dios. ¿Qué tan dispuestos estamos para servir como Ella? Pidámosle que nos enseñe a obedecer a Nuestro Dios. Y pidámosle a Juan Diego que obedezcamos a Dios y a María como él lo hizo en su tiempo. Oraciones complementarias y letanías ordinarias. Pueden aumentar el Magnificat: Lc 1, 46-55. Si se hace la meditación o rosario en grupo pueden hacer juntos algunos comentarios que los ayuden a aumentar la devoción y su compromiso, y éste, en cuanto más concreto, mejor. -