Reflexionando en lo que fue el año que acaba de terminar.
Qué cosas pasaron en mi vida? Qué cosas hice que antes no había hecho? Qué momentos difíciles viví? Qué momentos alegres disfruté? ¿A cuántas personas conocí, amé, encontré, toqué con un toque del amor de Dios? ¿Qué cosas hice por mi mismo?¿Cuántos momentos pasé a solas con mi Creador?
Ante todas estas preguntas o reflexiones y muchas más, deberíamos estar conscientes de que hubo alguien quien nunca nos abandonó, Quien nunca nos rechazó, ni nos dejó solos enfrentando momentos difíciles y buenos. Quien nunca estuvo tan ocupado como para no interesarse en nuestros asuntos personales. Si, ese alguien es nuestro maravilloso Creador y podríamos decir nuestro Padre Celestial si ya hemos entregado nuestra vida a El.