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General: EVANGELIO DIA 1
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Resposta  Missatge 1 de 2 del tema 
De: perladelmar  (Missatge original) Enviat: 01/01/2014 17:26
SANTO ROSARIO EN LA IMAGEN
 
 
 
Primera Lectura (Lectio Divina)
Números 6, 22-27
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo:
"Di a Aarón y a sus hijos:
‘De esta manera bendecirán a los israelitas:
El Señor te bendiga y te proteja,
haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor.
Que el Señor te mire con benevolencia
y te conceda la paz‘.

Así invocarán mi nombre sobre los israelitas
y yo los bendeciré".
Reflexión
 
Este es uno de esos textos tan hermosos, pero tan poco conocidos por encontrarse en uno de los libros más difíciles de leer.

La bendición es el signo de todo don gratuito que viene de Dios porque es bueno y porque nos ama; su protección es el cuidado que tiene para con los suyos, o los que ama. Hacer resplandecer su rostro es mostrarse cercano, próximo como luz que ilumina y orienta en el camino.

Que Dios nos dé su favor es que simpatice con nosotros o que se incline hacia nosotros; mirarnos con benevolencia es dedicarnos una mirada dulce y tierna como la de una madre; finalmente, que el Señor nos conceda su paz es la máxima petición que se puede hacer a Dios o que se le puede desear a un hermano: la paz es el conjunto de todos los bienes deseables para uno mismo y para los demás. Esta expresión es el saludo propio de los judíos desde los tiempos bíblicos hasta el día de hoy: SHALOM.

Este anhelo del pueblo judío se ha cumplido para todos los hombres en la persona de Jesús, pues Dios nos ha concedido por medio de su Hijo, la bendición y la protección; su rostro ha iluminado nuestras vidas. En él nos ha concedido su favor; Jesús es también la mirada benevolente del Padre y nos dirá san Pablo que "él es nuestra paz".
 
Oratio
 
Padre lleno de misericordia, que nos has mostrado las bondades de tu amor paterno al enviarnos a tu Hijo hecho hombre como nosotros, te pedimos que por su medio, alcancemos los bienes del cielo que por su medio nos has concedido. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
 
Operatio
 
Dedicaré unos minutos a repetir esta pequeña oración hasta que me llegue al corazón.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
 
 
PALOMA23
 
Evangelio
Lucas 2, 16-21
 
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos los oían, quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.

Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido.
 
Reflexión
 
La buena noticia que viene del nacimiento del Hijo de Dios en medio de los hombres se muestra como algo que tiene que disfrutarse inmediatamente.

Los pastores van presurosos a Belén; su urgencia se debe a la buena noticia que se les ha comunicado, es algo que no pueden perderse, quieren ser los primeros, puesto que fueron los primeros que recibieron ese anuncio. Así como Dios es rico para dar, así los sencillos son prontos a descubrir sus maravillas, a reconocerlas y a anunciarlas.

María, la humilde sierva del Señor, ha sido la primera en gozar del don de Dios, pero junto con ella, la gente sencilla es también la primera que recibe el anuncio gozoso del nacimiento del Salvador.

No es que Dios olvide a la gente preparada, culta, sabia y experimentada (eso se destacará en la epifanía del Señor); lo que sucede es que los humildes y sencillos, son similares a los niños y, antes de querer entender o encontrar una explicación a lo maravilloso y extraordinario, se gozan con ello, se dejan tocar por lo bello y hermoso y dejan que les llene la vida y el corazón.

Por eso, María, guarda estos prodigios en su corazón y los medita profundamente, pero no intentando encontrar una explicación, sino un por qué, es decir, ¿por qué Dios es tan rico y misericordioso que se abaja a nuestra pequeñez y se hace uno de nosotros? Los inteligentes buscan el cómo, los sencillos el por qué.

Sin embargo, una vez que han gozado del don de Dios, regresan a sus labores, porque Dios quiere que las maravillas de su misericordia, guíen e iluminen nuestro diario vivir; Dios no nos llama a su lado o a su amistad para enajenarnos, nos llama para que seamos pregoneros, anunciadores, discípulos, apóstoles, portadores de buenas noticias, y no hay mejor noticia que la contenida en el nombre del niño: Jesús; es decir, YHWH salva, porque Dios quiere que todos los hombres se salven y nos ha dado como único Salvador a su propio Hijo para hacer de nosotros verdaderos hijos amados de Dios.

 
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro
 
 
PALOMA23
 
Oración introductoria


Gracias, Señor, por permitir que inicie este año buscando tener un momento de intimidad contigo en la oración. Invoco a tu santísima Madre para que me ayude a contemplar su ejemplo y virtudes. Ruego al Espíritu Santo que infunda en mí su luz y fortaleza para crecer en la humildad de los pastores.

Petición

Señor, ayúdame a incrementar mi amor por María.

Meditación del Papa


Es precisamente el Espíritu quien nos guía. Él es el autor de la alegría, el creador de la alegría. Y esta alegría en el Espíritu nos da la verdadera libertad cristiana. Sin alegría, nosotros, cristianos, no podemos llegar a ser libres. Nos convertimos en esclavos de nuestras tristezas, en cambio, la alegría cristiana deriva precisamente de la alabanza a Dios.
¿Qué es este alabar a Dios? Alabarle a Él gratuitamente, como es gratuita la gracia que Él nos da. Y la eternidad será esto: alabar a Dios. Pero esto no será aburrido, será bellísimo. Esta alegría nos hace libres.
¡Es precisamente la Virgen quien trae las alegrías. La Iglesia la llama causa de nuestra alegría, causa nostrae letitiae. ¿Por qué? Porque trae nuestra alegría más grande, trae a Jesús. (S.S. Francisco, 31 de mayo de 2013, Misa matutina en la capilla de Santa Marta).

Reflexión


Empezamos el año festejando a la Virgen. Es una oportunidad de oro para ponernos en sus manos desde el primer respiro del año.

Los hombres, al igual que hace más de dos mil años, siguen necesitando de Cristo. Pero pocos le reciben y le aceptan, porque se olvidan del ejemplo que nos dan María y los pastorcillos. El Evangelio nos dice que los pastores después de escuchar el mensaje del ángel "fueron a toda prisa".. Porque los “sencillos de corazón verán a Dios”. Es decir, pusieron en práctica lo que les pedía Dios: caminar hacia Belén, donde encontrarían al Salvador. Y es precisamente esto lo que necesitamos. Sabemos que para tener a Cristo hay que decidirse a dejar los "rebaños" del egoísmo, de la comodidad, el placer y la vanidad, pues no existe un Cristo a nuestra medida, sino el único Cristo que encontraron los pastorcillos "un niño envuelto en pañales recostado en un pesebre".

Para llegar a Él hace falta ser humildes, pues la entrada de la cueva es pequeña y exige agacharse. Es Dios mismo quien nos enseña, desde ese pesebre, que su seguimiento exige cruz, dolor, humildad, pureza y pobreza de corazón, y obediencia a la voluntad de Dios. Y es esto lo que da la paz y la felicidad en el corazón. María, la Madre de Dios, nos enseña que para llegar a Cristo hace falta también la oración. Ella "guardaba todas la cosas y las meditaba en su corazón".

Para ser Madre de Dios, María no tuvo que renunciar o dejar al margen nada de su feminidad, al contrario, la tuvo que realizar en nobleza y plenitud, santificada como fue por la acción del Espíritu Santo.

Al nacer de una mujer Dios ha enaltecido y llevado a perfección "el genio femenino" y la dignidad de la mujer y de la madre. La Iglesia, al celebrar el uno de enero la maternidad divina de María, reconoce gozosa que María es también madre suya, que a lo largo de los días y los meses del año engendra nuevos hijos para Dios.

Madre, bendición y memoria. En el designio de Dios, que es fuente de la maternidad, ésta es siempre una bendición: como a María, se puede decir a toda madre: "Bendito el fruto de tu vientre".

Una bendición primeramente para la misma mujer, que mediante la generación da cumplimiento a la aspiración más fuerte y más noble de su constitución, de su psicología y de su intimidad.

Bendición para el matrimonio, en el que el hijo favorece la unidad, la entrega, la felicidad.

Bendición para la Iglesia, que ve acrecentar el número de sus hijos y la familia de Dios.

Bendición para la sociedad, que se verá enriquecida con la aportación de nuevos ciudadanos al servicio del bien común.

La maternidad es también memoria. María hacía "memoria" de todas esas cosas en su corazón. Memoria no tanto de sí misma, cuanto del hijo, sobre todo de los primeros años de su vida en que dependía totalmente de ella. Memoria que agradece a Dios el don inapreciable del hijo. Memoria que reflexiona y medita las mil y variadas peripecias de la existencia de sus hijos. Memoria que hace sufrir y llorar, que consuela, alegra y enternece. Memoria serena y luminosa, que recupera retazos significativos del pasado para bendecir a Dios y cantar, como María, un "magnificat",

Propósito


Si queremos salir de estas Navidades "glorificando y alabando a Dios por todo lo que hemos visto y oído" y de habernos encontrado con Cristo niño, hace falta desprendimiento de nosotros mismos, humildad y oración. Y así, todos los que nos escuchen se maravillarán de las cosas que les decimos.

Diálogo con Cristo


Gracias, Señor, porque hoy me muestras la fe de la Virgen, que meditaba todos los acontecimientos en su corazón. Y los pastores, qué gran lección de humildad y de amor. No preguntan, no cuestionan, con sencillez aceptan el anuncio y salen maravillados después de contemplar a Jesús. Permite, Señor, que en este nuevo año sepa cultivar la unión contigo en la oración, para que pueda verte en todos los acontecimientos. Para ello sé que se necesita más que el deseo o la buena intención, tengo que hacer una opción radical por la oración, que me lleve a dedicarte lo mejor de mi tiempo.

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El primer día del año lo dedicamos a María, Madre de Dios

 
 


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Resposta  Missatge 2 de 2 del tema 
De: DULCEPOEMA Enviat: 16/03/2015 03:30


 
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