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Docenario Guadalupano

POR EL PADRE JOAQUÍN GALLO REYNOSO, SACERDOTE JESUITA

12/08/2009  La Sagrada Familia y el acontecimiento Guadalupano Algunos prodigios vividos por la Sagrada Familia. Estamos en un mes muy mariano en que recordamos algunos de los prodigios más grandes de Santa María, Nuestra Madre, como su Asunción gloriosa (15) al cielo y su Reinado universal (22). Además, se le celebra el 2 como Reina de los Ángeles. Nos unimos a todas las celebraciones que hay en el Estado para celebrarla en estos días de vacaciones. Ella nos ayude a descansar, unirnos y reparar fuerzas para servir mejor. Por otro lado, en lo que va del año y en memoria del encuentro mundial de familias que hubo en México, hemos estado considerando a la Sagrada Familia como llena de virtudes y alegrías, de capacidades enormes. Hoy consideraremos algunos de los prodigios vividos por ellos. Y, como siempre, haremos consideraciones relacionadas entre estos sucesos-misterios de la Sagrada Familia y los sucedidos en el acontecimiento Guadalupano de 1531. En éste también hubo, ha habido y seguirá habiendo muchos prodigios, como los hubo, de alguna manera, en la familia de San Juan Diego, y todos ellos por obra de Dios. Encomendemos de manera especial en estos días a tantas familias que no han vivido las alegrías normales o extraordinarias que otros sí han vivido, y pidámosle a la Sagrada Familia y a Juan Diego que las ayuden a reconocer, aunque sea, el prodigio de ser seres vivos muy bien hechos, muy amados por Dios y por María… Primera consideración: La Encarnación del Señor. El misterio más grande que haya sido realizado en esta tierra es la Encarnación del Hijo Eterno del Padre. Y ocurrió en la familia de María y José. Ellos son quienes han estado más cercanos a la Santísima Trinidad. María quedó embarazada y hoy celebramos esto todos los días a nivel internacional. San José veló por la vida de María y de Jesús con un cuidado exquisito durante muchos años. En el acontecimiento Guadalupano María llega embarazada, como lo muestra el cinturón que trae ceñido en la cintura. Y Juan Diego estuvo al cuidado de la Imagen y de la fe del pueblo los siguientes 17 años después de las apariciones como nuevo patriarca de este continente… Demos gracias a Dios por este primer prodigio. Jaculatoria: Familia Santa y Bendita, llénennos de sus favores a quienes los proclamamos como nuestros protectores. Segunda consideración: La Virginidad en la Sagrada Familia. De manera increíble y realizada por Dios, el Hijo del Padre-Dios nació de manera tan especial que María quedó virgen después del parto. No solamente esto: se comprometió con San José a llevar una vida sin relaciones sexuales. Permaneció virgen para siempre y San José lo mismo. En el acontecimiento Guadalupano aparece María, según la usanza indígena, como doncella. Y San Juan Diego y su esposa María Lucía, como es tradición, llevaron vida célibe después de su bautismo mientras vivió ella, que murió antes de las apariciones. Celebremos estos testimonios heroicos de quienes nos fortalecen nuestra fe y buenas costumbres. Tercera consideración: La Sagrada Familia vivió de manera sencilla su vida oculta en Nazaret, como cualquier familia de la tierra. Es de maravillar cómo no hubo nada espectacular en la vida de la Sagrada Familia mientras vivieron en Nazaret. Tan es así que los del pueblo, cuando Jesús empezó a realizar milagros, se preguntaban: ¿Que no es éste el hijo de José; no es su madre María? ¿Cómo, entonces, hace estos milagros..? Y por eso no creían en Él. En el acontecimiento Guadalupano María usa los signos de la cultura indígena y con unas flores convence al Obispo y al pueblo de la verdad de su presencia entre ellos y de la magnitud de su mensaje. Por su parte, Juan Diego, “el que habla como águila”, es decir, con mucha autoridad, era un macehual del pueblo que ofrecía su mercancía como cualquier otro, tenía a sus hijos e hijas y los educaba en sus tradiciones. Y Dios lo había escogido como el profeta de América. Celebremos a Dios, que hace prodigios increíbles, en el silencio de la vida familiar, en el interior de los corazones. Cuarta consideración: Las muertes gloriosas de la Sagrada Familia… Pensemos y sintamos cómo vivieron estos acontecimientos en la Sagrada Familia. La muerte nos llega en cualquier momento a cualquiera de nosotros. También a ellos, aunque de manera excepcional: Cristo en la cruz. San José en brazos de Jesús y de María, y Ella en compañía de algunos Apóstoles y discípulos y discípulas de Jesús. Nada de llamar la atención, de bajada de ángeles, nada, nada. Juan Diego murió santamente en la ermita en que cuidaba a la Virgen, en junio de 1548. Según la tradición, la Virgen le había anunciado que se fuera preparando para ese gran día. De su santa mujer ni sabemos cuándo. Dios se encontrará con nosotros también sin ruidos ni trompetas… Preparémonos. Quinta consideración: La Ascensión del Señor, la Asunción de María y la glorificación de San José. Imaginemos la gloria de Jesús, María y José. Ellos, tan sencillos, ahora son las personas más glorificadas de la historia, sin comparación alguna. Vivieron su santidad de manera tan cordial, tan humanamente, tan divinamente. Los tenemos volcados hacia nosotros para ayudarnos, apoyarnos, fortalecernos mientras llega nuestra glorificación. Así también, San Juan Diego y María Lucía y los millones de millones que ya están en la gloria de Dios. Gocemos y esperemos, también seremos glorificados como ellos por el Dios maravilloso que nos llenará de su gloria. A Él la gloria, el honor y la alabanza por los siglos y toda la eternidad. Textos Bíblicos de apoyo: Luc 1, 26-38 y 46-55; Salmos 45(44) y 148; Apoc 21, 1-7. Gloria, alabanza y amor a la Sagrada Familia y a la Santa Trinidad.