Conocer a Jesús es un don del Padre.
2015-09-25
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
¿Quién eres realmente, Señor, en mi vida? Eres todo. Sin Ti mi vida no tendría rumbo ni sentido. Por eso necesito la luz de tu Espíritu Santo para que esta oración encienda en mi alma el fuego de tu amor. Quiero ser dócil a tus inspiraciones y corresponder a ellas con generosidad.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 18-22
Una vez que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un lugar solitario para orar, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos contestaron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas que ha resucitado".
Él les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Respondió Pedro: "El Mesías de Dios." Entonces Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie. Después les dijo: "El necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucité al tercer día".
Palabra del Señor.
Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa)
En el Evangelio del día retrata en la forma de testigo valiente a Pedro, el que a la pregunta de Jesús a los apóstoles: «¿quién decís vosotros que soy yo?», afirma: «Tú eres el Cristo»[…]. Esta primera pregunta: ´¿quién soy yo para vosotros, para ti? - a Pedro, solamente se entiende a lo largo de una camino, después de un largo camino, un camino de gracia y de pecado, un camino de discípulo. Jesús, a Pedro y a sus apósteles, no ha dicho ´¡Conóceme!´ ha dicho ´¡sígueme!´ Y este seguir a Jesús nos hace conocer a Jesús. Seguir a Jesús con nuestras virtudes, también con nuestros pecados, pero seguir siempre a Jesús. No es un estudio de cosas que es necesario, sino una vida de discípulo.
Es necesario un encuentro cotidiano con el Señor, todos los días, con nuestras victorias y nuestras debilidades. Pero también es un camino que nosotros no podemos hacer solos. Y para ello es necesaria la intervención del Espíritu Santo. Conocer a Jesús es un don del Padre, es Él que nos hace conocer a Jesús; es un trabajo del Espíritu Santo, que es un gran trabajador. No es un sindicalista, es un gran trabajador y trabaja en nosotros siempre. Hace este trabajo de explicar el misterio de Jesús y de darnos este sentido de Cristo. Miramos a Jesús, a Pedro, a los apóstoles y sentimos en nuestro corazón esta pregunta: ´¿quién soy yo para ti?´ Y como discípulos pedimos al Padre que nos dé el conocimiento de Cristo en el Espíritu Santo, que nos explique este misterio. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 20 de febrero de 2014, en Santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal, ¿qué? El que más amor implique… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Iniciar todas mis actividades invocando con una oración la luz del Espíritu Santo.
« ¿Qué otra cosa podría deciros mejor que esta? ¿Aprended a conocer a Cristo y dejaos conocer por Él? Él conoce a cada uno de ustedes de modo especial. »