Dios: una Persona viva y cercana, que nos ama y pide ser amada..
2015-09-30
San Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia.
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Creo en Ti, Dios mío. Por tu inmensa misericordia y amor, me has llamado a la existencia, cuidas continuamente de mí y me pides que te siga. Confío en tu infinita bondad y dejo a un lado mis miedos, mis necesidades, mis deseos, para centrarme en alabarte y abrirte mi corazón, para seguirte sin poner pretextos. Te amo, Señor, y lo quiero hacer con toda mi mente, corazón, alma y fuerza.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, alguien le dijo: "Te seguiré adondequiera que vayas." Jesús le respondió: "Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza".
A otro, Jesús le dijo: "Sígueme". Pero él le respondió: "Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre". Jesús le replicó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; Tú ve Y anuncia el Reino de Dios". Otro le dijo: "Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia". Jesús le contestó: "El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el reino de Dios".
Palabra del Señor.
Reflexiona lo que Dios te dice en el Evangelio (te sugerimos leer esto que dijo el Papa)
«El evangelista Lucas nos presenta a Jesús que, mientras camina por el camino, directo a Jerusalén, se encuentra con algunos hombres, probablemente jóvenes, que prometen seguirlo donde quiera que vaya. Con ellos Él se muestra muy exigente, advirtiéndoles que “el Hijo del hombre -es decir Él, el Mesías- no tiene donde reclinar su cabeza”, es decir que no tiene una casa propia estable, y que quien escoge trabajar con Él en el campo de Dios ya no puede echarse atrás.
A otro en cambio Cristo mismo le dice: “Sígueme”, pidiéndole un corte neto con los vínculos familiares. Estas exigencias pueden parecer demasiado duras, pero en realidad expresan la novedad y la prioridad absoluta del Reino de Dios que se hace presente en la Persona misma de Jesucristo. En última instancia, se trata de esa radicalidad que le es debida al Amor de Dios, al cual Jesús mismo obedece primero. Quien renuncia a todo, incluso a sí mismo, para seguir a Jesús, entra en una nueva dimensión de la libertad, que san Pablo define como “caminar según el Espíritu”. “Cristo nos ha liberado por la libertad!” -escribe el Apóstol- y explica que esta nueva forma de libertad adquirida para nosotros por Cristo consiste en estar “al servicio los unos de los otros”. ¡Libertad y amor coinciden! Al contrario, obedecer al propio egoísmo conduce a rivalidades y conflictos.» (Benedicto XVI, 27 de junio de 2010).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal, ¿qué? El que más amor implique… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezar un Padre nuestro varias veces al día para expresarle a Dios mi deseo de agradarle en todo.
«El corazón del hombre camina derecho cuando va de acuerdo con la voluntad divina.»
(Santo Tomás, Sobre el Padrenuestro)