Por el contrario,se considera como un insulto que nos digan que somos " cobardes"; pero resulta que, para adquirir una personalidad propia,es imprescindible el valor;
el valor que sepa decir si cuando hay que decirlo,pero no titubee en decir no cuando no se pueda,decir si.
Ser valiente,ser cobarde; tener personalidad,no tenerla.
Es la voluntad la que deberá regirnos;
pero esa voluntad debe ser iluminada por el entendimiento y por la gracia del Señor;
deberemos pedir esa luz y esa fuerza y con ellas lanzarnos a las cumbres sin titubeos,sin miedos,sin angustias de ninguna clase.