|
General: Nostalgia de los cuartos vacíos
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: perladelmar (Mensaje original) |
Enviado: 22/07/2016 01:33 |
Nostalgia de los cuartos vacíos Se han ido con un equipaje, lleno de todo aquello que con amor les fuimos transmitiendo, en su corazón y en su mente.
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Hoy Jesús, traigo nostalgia en el alma.
Hoy Jesús, mis ojos traen vaho de lágrimas, porque hay demasiado silencio en mi casa y he venido aquí para que postrándome a tus plantas sienta el consuelo de tu entrega, también de tu desprendimiento a tantas cosas con la única resolución de hacer la voluntad de tu Padre. Y me detengo un momento a pensar ....¡ cómo hiciste el corazón de la mujer, como hiciste el corazón de las madres!. Y hoy te vengo a contar todos mis pensamientos, sentimientos y nostalgias....
La mujer está en la política, en la ciencia, en la comunicación, pero su esencia de mujer no la ha de perder así como tampoco su ternura, su sensibilidad y el percibir las cosas de manera diferente al hombre. Esto tiene relación con el hecho de cómo sentimos las madres cuando los hijos se van. Los padres lo asumen de distinta manera y las horas fuera del hogar los distraen y los confortan.
Las mujeres cuando nos convertimos en madres, pasamos por etapas diferentes: la espera, los hijos pequeños, los hijos en la adolescencia, los hijos jóvenes y cuando los hijos se van. Suena esto a título de película, pero esto es lo que en estos momentos nos ocupa y atañe. Cuando los hijos se van.
Los hijos se van por diferentes motivos. Porque se casan, por el trabajo, por lo estudios, en fin, por el motivo que sea, pero llega un tiempo en que se van. Parece que aún oímos las risas, las conversaciones, las discusiones, el teclear de la máquina de escribir o de la computadora ya muy entrada la noche para entregar un trabajo al día siguiente en la Universidad. Un suéter, un zapato, varios cuadernos dejados en el sitio más inverosímil de la casa... Sus habitaciones no con el orden que hubiésemos deseado y que siempre pedimos inútilmente, el retrato del novio o de la novia... Calor y color por todas partes, ruido, música, VIDA.
La casa tuvo las habitaciones destinadas a ellos y se fueron transformando con el paso de los años. Cuartos infantiles primero: muñecos de peluche en las repisas y en el suelo, un elefante, una avestruz, una pelota, un barco, un osito, una muñeca, un avión. Después... fotografías, póster, banderines del equipo favorito, libros, revistas, etcétera. Movimiento de entradas y salidas, llamadas telefónicas de larguísimas conversaciones... En los fines de semana el vestido de noche sobre una silla y el silencio de un profundo sueño juvenil en las mañanas de los domingos.
Esos cuartos ahora están vacíos. Muy en orden, con el orden que tantas veces predicamos y que ahora nos duele. Quietos, callados. Entramos en ellos con pasos quedos, quién sabe por qué y recorremos con la vista las camas con sus colchas impecables, todos los rincones... todo está en orden, todo está bien. Levantaron el vuelo. Se fueron del nido. Se fueron del nido que los cobijó por años. Nosotros, sus padres, los enseñamos a volar y se fueron.
Van a volver pero nada será igual. Regresarán hombres y mujeres forjados en el diario vivir. Con sus vidas propias y manejadas a su manera. Están comenzando la más seria y profunda experiencia, igual que nosotros lo hicimos.
Tenemos que retirarnos de la presencia activa en sus vidas y pasar a ser la parte contemplativa de sus existencias y sus proyectos. Se han ido con un equipaje, lleno de todo aquello que con amor les fuimos transmitiendo, en su corazón y en su mente. Muchas de "esas cosas" estarán dormidas hasta que ellos sean padres.... Llevan como escudo, para todos los infortunios que la vida les depare, su fe en Dios y su amor a Él. Los forjamos en el deber y en el afán de la excelencia para emprender toda clase de experiencias y sabrán dar amor porque amor les dimos.
En el abrazo se llevan nuestro corazón, pero después abrimos los brazos y los vemos partir...para que la VIDA los reciba.
Los recuerdos son de "otros tiempos". La nostalgia es el presente de los cuartos vacíos.
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 3 de 3
Siguiente
Último
|
|
De: ALIPIA |
Enviado: 22/07/2016 23:31 |
Nostalgia de los cuartos vacíos Se han ido con un equipaje, lleno de todo aquello que con amor les fuimos transmitiendo, en su corazón y en su mente.
Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Hoy Jesús, traigo nostalgia en el alma.
Hoy
Jesús, mis ojos traen vaho de lágrimas, porque hay demasiado silencio
en mi casa y he venido aquí para que postrándome a tus plantas sienta el
consuelo de tu entrega, también de tu desprendimiento a tantas cosas
con la única resolución de hacer la voluntad de tu Padre. Y me detengo
un momento a pensar ....¡ cómo hiciste el corazón de la mujer, como
hiciste el corazón de las madres!. Y hoy te vengo a contar todos mis
pensamientos, sentimientos y nostalgias....
La
mujer está en la política, en la ciencia, en la comunicación, pero su
esencia de mujer no la ha de perder así como tampoco su ternura, su
sensibilidad y el percibir las cosas de manera diferente al hombre. Esto
tiene relación con el hecho de cómo sentimos las madres cuando los
hijos se van. Los padres lo asumen de distinta manera y las horas fuera
del hogar los distraen y los confortan.
Las
mujeres cuando nos convertimos en madres, pasamos por etapas
diferentes: la espera, los hijos pequeños, los hijos en la adolescencia,
los hijos jóvenes y cuando los hijos se van. Suena esto a título de
película, pero esto es lo que en estos momentos nos ocupa y atañe.
Cuando los hijos se van.
Los
hijos se van por diferentes motivos. Porque se casan, por el trabajo,
por lo estudios, en fin, por el motivo que sea, pero llega un tiempo en
que se van. Parece que aún oímos las risas, las conversaciones, las
discusiones, el teclear de la máquina de escribir o de la computadora ya
muy entrada la noche para entregar un trabajo al día siguiente en la
Universidad. Un suéter, un zapato, varios cuadernos dejados en el sitio
más inverosímil de la casa... Sus habitaciones no con el orden que
hubiésemos deseado y que siempre pedimos inútilmente, el retrato del
novio o de la novia... Calor y color por todas partes, ruido, música,
VIDA.
La
casa tuvo las habitaciones destinadas a ellos y se fueron transformando
con el paso de los años. Cuartos infantiles primero: muñecos de peluche
en las repisas y en el suelo, un elefante, una avestruz, una pelota, un
barco, un osito, una muñeca, un avión. Después... fotografías, póster,
banderines del equipo favorito, libros, revistas, etcétera. Movimiento
de entradas y salidas, llamadas telefónicas de larguísimas
conversaciones... En los fines de semana el vestido de noche sobre una
silla y el silencio de un profundo sueño juvenil en las mañanas de los
domingos.
Esos
cuartos ahora están vacíos. Muy en orden, con el orden que tantas veces
predicamos y que ahora nos duele. Quietos, callados. Entramos en ellos
con pasos quedos, quién sabe por qué y recorremos con la vista las camas
con sus colchas impecables, todos los rincones... todo está en orden,
todo está bien. Levantaron el vuelo. Se fueron del nido. Se fueron del
nido que los cobijó por años. Nosotros, sus padres, los enseñamos a
volar y se fueron.
Van
a volver pero nada será igual. Regresarán hombres y mujeres forjados en
el diario vivir. Con sus vidas propias y manejadas a su manera. Están
comenzando la más seria y profunda experiencia, igual que nosotros lo
hicimos.
Tenemos
que retirarnos de la presencia activa en sus vidas y pasar a ser la
parte contemplativa de sus existencias y sus proyectos. Se han ido con
un equipaje, lleno de todo aquello que con amor les fuimos
transmitiendo, en su corazón y en su mente. Muchas de "esas cosas"
estarán dormidas hasta que ellos sean padres.... Llevan como escudo,
para todos los infortunios que la vida les depare, su fe en Dios y su
amor a Él. Los forjamos en el deber y en el afán de la excelencia para
emprender toda clase de experiencias y sabrán dar amor porque amor les
dimos.
En el abrazo se llevan nuestro corazón, pero después abrimos los brazos y los vemos partir...para que la VIDA los reciba.
Los recuerdos son de "otros tiempos". La nostalgia es el presente de los cuartos vacíos.
|
|
|
|
|
|
|
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|