Quince minutos con el Ángel Custodio

Terrible batalla.

Ángel Custodio mío, estoy comprobando que esta batalla entre Cielo e Infierno se va recrudeciendo cada vez más, y yo estoy en el medio, como presa deseada por los demonios y por todo el Infierno. ¿Qué podré hacer yo solo? Menos que nada, y seré vencido por el Maligno. Pero para esto te ha puesto Dios a mi lado, para que no te separes de mí y me guíes y defiendas en esta contienda que está llegando a su momento más grave. Nos estamos acercando a la lucha abierta entre el Bien y el Mal, y quiero que tú, Ángel mío, estés más que nunca a mi lado, combatiendo el mismo combate, y que me defiendas de toda adversidad. Te pido también que intercedas y hables con los Ángeles Custodios de mis seres queridos, especialmente con los que están más alejados de Dios, para que induzcan a sus custodiados a convertirse, ya que no queda mucho tiempo disponible para ello, como la Virgen lo viene anunciando en todos sus mensajes y apariciones. Es el momento de que todos formemos un solo cuerpo, Ángeles y hombres, para enfrentar al Infierno que ha ascendido sobre la tierra y que quiere dominarlo todo y destruir a Cristo y a su Iglesia. Ángel mío, en un abrazo fraternal me consagro a ti y me entrego a ti para que, en los momentos más críticos de esta batalla, tú me salves y defiendas. ¡Gracias querido Ángel mío! ¡Unidos para siempre, en el tiempo y en la eternidad!