EL ELEFANTE
Mi abuelo era muy ingenioso. Cuando la zapaterìa es la que trabajaba necesitò publicidad, se le ocurriò traer un elefante. Esto fue en un tiempo en que los circos ambulantes eran casi inexistentes y ver a un elefante era tan probable como ver a un unicornio. Dias antes de que llegara, la gente ya hablaba de ello en las calles : " ¡ Viene el elefante ! ". Cuando finalmente llegò, resultò ser un camiòn disfrazado. La gente estallò en carcajadas incrèdulas y, siguiendo al camiòn en su paso, armaron un desfile improvisado. Durante años los niños dibujaron elefantes con ruedas.
Diego Molina, 34 años, Santiago.
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