(Hoy seguí buscando un texto inencontrable, sin éxito, por supuesto. Inserto aquí esta nota de hace hartos años)
Supe que un amigo tuvo
una violenta alza de presión que lo inmovilizó por unos días. Al parecer, la
situación se habría generado en el infarto sufrido por un colega mientras
jugaban a la pelota. A pesar del paso del tiempo y la experiencia,
siempre esa llamada de alarma nos puede dejar sumidos en un abismo de
perplejidad. Aparece el lugar común: "la vida pendiente de un hilo".
Y lo es efectivamente ese accidente vascular, la mordedura de una minúscula
araña, el repentino descontrol del que conduce el otro auto. ¿Qué se puede
hacer para que no nos abrumen antes de tiempo - si eso existe - el fardo de
sensaciones destructivas que nos corroen el alma y enferman el cuerpo en
consecuencia?
Pueden ser duros golpes los infortunios sufridos por hijos,
parientes, amigos. Hay libros de autoayuda, meditación, buenos consejos, esperanzas
de justicia divina. (porque la justicia terrenal no es precisamente ciega, sino
que tiene vista de águila). Pero todo eso requiere tiempo y claro, necesitamos
una solución rápida, por algo San Expedito está en la cima de su popularidad.
Existe la química, que
se supone arregla los entuertos del alma, equilibrando los fluidos hasta
dejarnos en un nirvana artificial mientras dura su efecto, mientras produce
algunos desarreglos en presas cercanas.
¿Se podrá poner el
parche antes de la herida? Lo he intentado, pero no obtuve la debida
comprensión. Ocurre que, habiendo decidido poner término a una relación de
pareja de 35 años y al saber que tal causa es, estadísticamente, una de
las más altamente culpables de stress, acudí a un siquiatra para una especie de
pildorita para el antes de. No resultó.
Queda la misteriosa
fe, ésa que mueve montañas, la energía que aúna la voluntad de muchas personas
tras un objetivo común. Según esas mismas estadísticas, la práctica de alguna
fe religiosa permite que la gente se defienda mejor de la agresividad del
ambiente. Pero la fe no es receta fácil de encontrar. No se puede hacer un
collage sacando un poquito de cada religión y acomodarse con el resultado.
Muchos lo han hecho, por supuesto, pero se requiere un tremendo esfuerzo,
talento creativo, alma de líder y seguidores, no es asunto para una persona del
montón. Quizás es por eso que estoy escribiendo estas líneas al aire, yendo un
pasito más allá de dejarlas clavadas en el pc e intentar que alguien, aunque
sea un ánima del purgatorio, se anime a animarme con una frase animosa.