En este día en que celebramos a los profesores, hay uno a quien destaco de manera especial. Un hombre sabio en todos los temas, generoso, puntilloso, amante de la belleza. Se trata del doctor César Cecchi, quien impartía clases de historia del teatro en la naciente Escuela de Teatro de la Sociedad de Autores Teatrales de Chile, entidad que desgraciadamente tuvo escasa vida. En otro plano, menciono al actor Américo Vargas, el profesor de actuación y excelente como tal. También aparece la figura del maestro húngaro Karoly Czedenyi (si recuerdo como escribirlo) quien estaba a cargo de las clases de expresión corporal.
Tampoco olvido a mi compañero de clases, Ernesto Malbrán, hiperquinético y creativo alumno de 19 años, quien luego se convertiría en profesor, director de teatro, actor, pero por sobre todo primó su condición de maestro a lo largo de una vida en extremo fructífera.
Cuando después ingresé a la Escuela de Teatro de la U. de Chile, todos los profesores parecieron deslavados al compararlos con los anteriores y perdí la motivación inicial. |
Argomento precedente
Primo 
