"Lectura del tomo quinto de la Historia de Francia de Michelet. Así como yo olvido los detalles de esto que leo y no guardo más que una impresión general del malestar y de horror, aparte de tres o cuatro anécdotas, el mundo olvida su propia historia, no la interroga y no saca de ella ninguna enseñanza. Diríase que la historia se ha hecho para olvidarse. ¿Qué humano, a no ser un especialista, reflexiona ahora sobre las exacciones que sufrieron los judíos bajo Felipe el Hermoso o sobre las confiscación y destrucción de los templarios? Por ello mismo, en la historia que se escriba en el año tres mil, la segunda guerra mundial que tanto costó a la humanidad ocupará tan solo un párrafo y la guerra de Vietnam, una nota al fin del volumen que muy pocos se darán el trabajo de leer. La explicación reside en que el hombre no puede al mismo tiempo enterarse de la historia y hacerla, pues la vida se edifica sobre la destrucción de la memoria"
Mientras trabajaba, no podía decir eso, ya que el sábado era el mejor día para el trabajo, sin los condenados teléfonos llamando todo el día y con la ayuda de la música a todo trapo para hacer lo mas tedioso de la semana: revisar facturas y actualizar costos.
Sólo lo pude decir el último, ultimísimo día de trabajo para el que me había preparado todo el año y... a otra cosa mariposa.
Sin embargo reconozco que a veces sueño con que estoy por ahi otra vez.