
NUESTRO SECRETO.
Yo podría escribir la historia de haber estado entres tus brazos y congelar lo erótico.
La historia podría comenzar que fue nuestras miradas la antesala de aquella hoguera, aunque nuestra confesión de ser prohibido nos elevó más.
Tu jadeo fue preludio para recordarte en noches enteras y guardar el secreto que me pediste.
Me pregunto ¿Qué noche nos podría purificar de aquel pecado o de aquella entrega que volcó lujuria y luego prejuicios?
Yo podría escribir que tus labios melosos es arte en zonas prohibidas.
Celebré con tu cadera el haber emanado lo que nos reclamaba y haber consumido lo sublime.
Éramos prohibidos y seguiremos siendo prohibidos. Nuestro secreto será de lejos, de cerca; a lo eterno, y eso es atroz.
Yo podría escribir lo nuestro, pero no lo haré; mañana escribiría por siempre entre tu ropa ligera y diminuta.
Josué Pineda Reyes.
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