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Me imagino un fin de semana con ella,
escribiendo la historia de aquellos que no siendo amantes
se amaron en el perdón de sus memorias enarboladas.
Un fin de semana con la sorpresa cautiva de los lectores,
mientras ella y yo interrogando a la primavera,
¿Cuándo fué una rosa gitana para el poeta ermitaño?
Me imagino un fin de semana con ella, contando
las brisas del mar; mientras los ríos y lagos preparándose
como víctimas inmoladas ante el preludio
gimiente de dos cuerpos anhelantes.
Un fin de semana con versos ebrios,
mientras ella con sus senos al descubierto frente al mar
de letras métricas espera ser leída inconmensurablemente.
Un fin de semana...
Josué Pineda Reyes.
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