| Hoy quiero platicarles algo que nos sucedió cuándo nos mudamos de casa:
Nos cambiamos de casa en octubre del año 2005. Lo hicimos por "partes", es decir, los muebles los fuì mandando poco a poco. Por las mañanas nos venìamos a esta casa, ya que aquì estaba instalada la cocina. Cocinaba y nos ibamos a la otra casa, llevandonos la comida, para esperar a mis hijos y comer.
Dos veces sucediò algo extraño: Al llegar a la casa, el baño estaba sucio, siendo que no habìa nadie que pudiera ocuparlo. Esto me extrañò mucho y lo comentè con la casa de bienes raìces que me rentò la casa. La licenciada me dijo que la dueña de la casa habìa muerto en mayo, y que tal vez el "viejito" (su esposo) quien vivía cerca, se resistìa a dejar su casa e iba cuando sabìa no estabamos. Sonaba lògica la explicaciòn.
Una mañana, al llegar, notamos unas huellas de pies descalzos en la terraza de entrada, concretamente eran de dos personas: un adulto y un niño. No le dimos importancia a este hecho.
Una vez ya instalados completamente aquì, mi esposo viò a un niño sentado en el antecomedor de la cocina, no le hablò sino que fue muy contento a avisarme que mi nietecita habìa llegado pues la acababa de ver, (la cocina tenìa apagada la luz, por lo que èl solo viò a una criatura pero no le viò el rostro). Posteriormente mi hijo Chapu, me comentò que un niño estaba sentadito en la cocina, le extrañò y me preguntaba quien era, pensando que tal vez algun vecinito, pues no los conocìamos aùn.
Como a las dos semanas de èsto, mi nietecita me "presentò" a su amiguito que venìa a jugar con ella. Pensè que era algun amiguito imaginario como suelen tener los hijos ùnicos. Ella cada vez que venía a la casa, jugaba con el niño el niño en cuestiòn se llama "Jail" y tiene 4 añitos. A veces se "peleaba" con Jail, y èl la mordía (sólo en una ocasión, le ví en su manita, una marca, no sé si de mordida pero si morada), mi nena lo corría y luego me decía que lo viera, que estaba paradito en la terraza viendonos muy triste por la ventana porque quería jugar, pero ella no lo dejaba entrar.
La niña, no se de dónde, cogiò un dìa un librito y decía que era su biblia, (no se quien le enseñò que la biblia se trae bajo el brazo) el caso es que no soltaba su librito, y los pleitos con Jail generalmente eran porque el quería quitarle su "biblia", la nena se resistía a dàrsela y por eso él la mordía.
Aunado a èsto, en esta casa, hasta la fecha, suceden cosas muy raras: Cierran las puertas, las abren, si pongo un disco, me lo cambian por otro (el estereo es para tres discos), me esconden las cosas para luego aparecer donde sabìa yo que estaban y habìamos revuelto todo para encontrarlas. Lo curioso es que hace 3 años, esas "travesuras" las hacían entre semana, cuando Marianita (mi nietecita) no estaba, ya que cuando ella estaba, repito jugaba con su amiguito...¿imaginario??????, aunque la ùltima vez, ya no era uno solo, Jail trajo otro amiguito, segùn Marianita "pequeñito", la oì hablarle con mucha ternura, diciendole como yo le digo a ella "cosita".
Actualmente Marianita vive ya conmigo, y se ha olvidado por completo tanto de su "biblia" como de su amiguito Jail.
Si alguien tiene una explicaciòn a èsto, me encantarìa escucharla.
Flaquita |
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