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Cambios Internos
© Fátima Irene Pinto
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Antes yo esperaba tener amor por mi misma
para después darlo a los otros.
He observado que, dando el amor que no tengo,
me sorprendo plena del amor que me falta.
Antes yo esperaba poseer bienes
(materiales, culturales, espirituales)
para repartirlos con mi prójimo.
He percibido que lo poco que reparto con generosidad,
me encuadra dentro de una ley universal
- es dando que se recibe -
Antes yo esperaba estar centrada y bien resuelta para ejercer
el optimismo y distribuir palabras de esperanza y fe.
He verificado que cuando yo lo hago, aunque dentro
de mi haya una tempestad, mi inconsciente registra
y graba estas impresiones y, sin que yo lo perciba,
mi armonía interior es reconquistada.
Antes yo esperaba que pasara el furor de la ofensa
y del resentimiento para perdonar.
He notado que repitiendo varias veces la palabra
Perdón
aunque sin mucha convicción, los sentimientos de dolor
y resentimiento pierden completamente la fuerza
y mi alma se siente ablandada.
Antes, enferma, yo esperaba la salud volver
para poner manos a la obra.
He constatado que, aún dentro de algunas limitaciones
físicas, hay algo que se puede hacer.
Por poco que sea, me devuelve la bendita sensación
de ser útil, tocando el instrumento que me corresponde
en la gran sinfonía de la vida y esto es la
mitad de la cura, si no es que toda.
Antes yo esperaba estar feliz para distribuir sonrisas.
Descubrí que sonriendo, aunque con una lagrima
suspendida de mi ojo, en las sonrisas que regresan,
encuentro fuerzas para enjugar mis propias lágrimas.
Antes yo esperaba recibir un beneficio para agradecer.
Hoy agradezco por anticipado, agradezco todo:
las personas, la familia, el trabajo, las circunstancias.
Agradezco hasta los reveses y los vientos contrarios
y descubro que solamente así, mantengo abiertos los
canales por donde fluyen el infinito
amor de Dios y las bendiciones universales.
Mara | |
Creado por Lilith
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